viernes, 7 de agosto de 2009

Prefacio - Alissa Hawkind.



Tenia que idear el plan perfecto para vengar la muerte de mi padre, acabar con cada uno de los Cromwell iba a ser una aventura única, atacaría de la misma manera que lo hizo el perro negro, quitando de en medio a sus seres queridos. Miré mi reloj y sonreí dando espacio a mis dientes blancos, el tiempo había llegado, todos y cada uno de los minutos que quedaban para acabar con la vida de los Cromwell los aprovecharía para divertirme.

Un juego no apto para cardíacos…

Primera victima, Ethan Cromwell, imaginarlo en su lecho de muerte me hacia sonreír, verlo desesperado por falta de aire, suplicando piedad mientras lo asfixio con mis propias manos; no, no era lo ideal, eso sería muy infantil, suave y sin una pizca de diversión, pero, ¿Como lo asesinaría?, atraerlo a lo mas profundo del bosque y luego desmembrarlo era tentador, dejarlo en la puerta de su casa en ese estado no era mala idea, ver a la familia sufrir sería excitante.

Luego acabaría con la chica lobo llamada Wendy, siguiente en sufrir antes de morir, Andy, luego John, Will y por ultimo su compañera la loba mayor, Dolly. Acabar con la familia de Luperth era una buena manera de hacerlo pagar, dejarlo solo, desamparado, perturbarlo hasta la locura y verlo morir lentamente iba a ser mi venganza.

Si…esa será mi venganza.
Alissa Hawkind, tienes una mente brillante e inocente…


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N: Me gustaría aclarar unas cosas, este prefacio no lo escribí yo, naturalmente lo escribió fué Ethan. Quiero añadirle no sólo acción a la historia, sino los motivos que Alissa tiene para vengarse de los Cromwell, no sólo por el asesinato de Logan. sino por el de su padre y creador(el mismo Logan) si lo vemos todo desde el punto de vista de ella obtenemos algo muy interesante porq Alissa tiene una mente macabra y calculadora, es cierto, pero es producto de su sed de venganza, los vampiros son criaturas muy vengativas, y eso se refleja en los pensamientos de ella y de todos los Hawkind al clamar justicia por sus propias manos por la muerte de la cabeza de la familia.

Pero, ella también tiene una mente inocente, por eso digo que será interesante su punto de vista de todo lo que ha pasado. Espero poder explicar bien eso, ya que me toca escribir eso a mí jeje.

Espero no tardarme tanto, he sufrido de bajas de inspiración que ni que les cuento =S

Besos y que estén bien.

Alissa.

viernes, 24 de julio de 2009

Inocentes.

El camino se me hizo largo debido al morbo de ser descubiertos en algún momento, me acerque a Wendy y a Andy que estaban parados como piedra.
-¿Qué pasa?- quise saber.
Wendy me señalo el camino con su dedo índice, había una larga línea roja que indicaba como llegar al gimnasio.
-Los guardias se están acercando- aviso John que acababa de llegar. Wendy corrió siguiendo la fina línea que se curvaba en la pared formando agraciadas ondulaciones, al parecer quien lo había hecho se había divertido con su sádico juego.
Llegamos a la puerta central del gimnasio mirando las marcas de manos rojas por todos lados de la puerta.
-Abre, Wen- ordeno John tragando saliva.
Wendy empujo la puerta y sus manos automáticamente fueron a parar en su boca, Andy se puso tenso y John cerró los ojos y apretó los dientes, dude por un segundo mirar pero no resistí la tentación: El cuerpo de Scott Mariótti colgaba desde uno de los aros de Básquet, tan pálido como el yeso, con sus ropas raídas, con mas de una mordida y sus ojos desorbitados reflejando horror y temor.

-¿Pero quien tiene una mente tan descabellada?- gruño Wendy.
-Lo sabemos perfectamente- espetó Andy mirando aun el cadáver.
-Dices que viste en tu visión a uno de ellos- recordé.
-Si- asintió John.
-Es una lastima que su muerte halla sido tan...divertida, ¿puede ser?- se acercaba el vampiro oliváceo.
-Cuentas tus horas- amenazó John perdiendo los estribos. Mire a nuestro nuevo acompañante.
-Solo que, esto no es algo que, haríamos- lo ignoro el vampiro cruzándose de brazos.
-¿Como pruebas eso?- se acerco John temblando de ira apunto de entrar en fase.
-No deberíamos atacar aquí- le tome del brazo sabiendo sus intenciones.
-Eso te lo puede responder, Ethan- canto la voz de Alissa apareciendo detrás de Oscar –Quien se halla alimentado de este miserable humano no es de mi familia.
-El no lo hizo, John…pero si se lamenta no haber podido divertirse con Scott- murmure para calmar a John, Andy lo tomo del otro brazo para ayudarme.
-E ahí la respuesta- volvió a hablar Alissa petulante arrastrando cada una de las palabras.
-Si, verdaderamente lamento no haberlo hecho yo- se quejo Oscar dándome la razón con la vista fija en el cadáver.
-¿Qué hacías aquí entonces?- interrogo Andy dedicándole una mirada envenenada.
-Solo estuvo en el sitio equivocado, Cromwell- vocifero Natalie apareciendo detrás de Alissa con sus manos atrás y gesto angelical –A Oscar no se le puede acusar de eso- señalo al cadáver -hasta probar todo lo contrario- sonrió
-Es curioso que siempre están en el sitio equivocado, entonces- el sarcasmo broto de Wendy.
-¡Solo investigamos!- grito Alissa con ira.
-Vaya manera de investigar- la fulmine –Y cálmate…no deberías ponerte nerviosa- sonreí agriamente.
-Ustedes siempre aparecen, cuando no han sido…
-Tenemos derecho, es nuestro territorio, vampiro- interrumpió Andy a Oscar.
-Ustedes no son los únicos que pueden invadir territorios, les recuerdo…
-Mi padre tenia que salvar a Wendy…no iba a dejar que la asesinara, Alissa Hawkind, si a eso quieres llegar- esperaba haberle quitado las palabras de la boca. Alissa me miro con su típica hostilidad.
-El será vengado, perro, no creas que se ha quedado así- se acerco a mi calculadora, sentí su aliento frio en mi rostro y de repente John quiso atacarle –Es una pena que no puedas ver a través de mi, Cromwell…se lo mucho que te frustra no poder hacerlo- se rio en mi cara ignorando el forcejeo de John.
-Esperamos que intenten vengarse- hablo John enseñando una ancha sonrisa.
-Esto…será mejor que descarten la idea de acusarnos de asesinatos que no hemos cometido- espetó Oscar tomando a su hermana vampira del brazo para alejarla de mí, se lo agradecí.
-Si, dejaremos de sospechar de ti especialmente- la voz de Wendy sonó como si tratara de ocultar la incredulidad mientras miraba el cuerpo del que había sido amigo de John. Oscar miro el cadáver y gruño algo inaudible.
-Los guardias y los forenses se acercan- informó Natalie girando su cabeza hacia la puerta –Será mejor que nos vallamos Alissa, Oscar.
-Si- aceptó la vampira –Cuídense, Lobos- nos dedico una última mirada y salió caminando de manera despreocupada del gimnasio. Oscar miro por última vez de donde colgaba el cuerpo y mostro una burlona sonrisa antes de salir, por ultimo Natalie miro a Wendy ceñuda y revoleando los ojos giro un poco para encararnos.
-Cuídense- recordó la vampira divertida, nos giño el ojo con sonrisa picara y desapareció con una elegante gracia al caminar. Wendy apretó los dientes.
-No es envidiable su forma de caminar, Wen- desaprobé y ella se sonrojo enojada –Perdón por escuchar eso- sonreí –Pero llevo razón.
-No vuelvas a hacer eso Ethan o te arrepentirás- se cruzó de brazos.
-Vamos- apuro Andy encabezando la marcha, los cuatro salimos con cautela del gimnasio sin mirar al cadáver.

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-¡¡YA NO MAS…ESTO SE TIENE QUE ACABAR!!
-Cálmate Luperth- le miraba Dolly asustada.
-¡¡No puedo, ya esto es lo ultimo que podemos dejar pasar!!- caminaba mi padre de un lado a otro.
-Pero hay un problema, papá- comento Wendy.
-¡¡¿Qué?!!- quiso saber.
-Ethan, vio en la mente de Oscar que no habían sido ellos- informo –Son “inocentes”.
-¿Es eso verdad?- se dirigió a mi con sus ojos llenos de furia.
-Si…eso fue lo que pude leer en su mente- me encogí de hombro –Pero con esta muerte los ciudadanos no dirán que fueron lobos, seria extraño sacar esa conclusión, así que por ese lado nos podemos quedar tranquilos.
-A parte, quieren vengar la muerte de Logan…Alissa sonaba decidida- dijo Andy ceñudo.
-Y lo esta- estuvo de acuerdo Luperth –Pero no me tomara desprevenido, atacare primero- golpeo la mesa.
-Atacaremos querrás decir- corrigió Will hablando por primera vez -Es evidente que ya no son siete chupasangres, quien sabe cuántos son ahora- cabeceo Will de un lado a otro.
-Ya que los Hawkind no fueron los atacantes, entonces estos vampiros desconocidos…
-Si, Andy, ellos son los que acabaron con la vida de los chicos- apoyo Will la conclusión de Andy.
-Necesitamos refuerzos- apunto John.
-Si- acepto Luperth desarrollando un plan en su cabeza.
-Llamare a Michael, y que venga con su padre- se ofreció Andy.
-Damián estará más que gustoso en venir, también le avisare- me encogí de hombros dando la idea.
-Pero… ¿Quién mas podría venir?- pregunto Will.
-Madeleine querrá venir- canturrio Wendy dándole con el codo a Will.
-Enana- la abrazo por el cuello rascándole la cabeza.
-¡Basta!...no estamos para juegos- regaño Luperth. Wendy y Will se quedaron inmóviles clavando la mirada en Luperth, no muy contentos por interrumpir su juego.
-Esto tiene que acabar, y será por nuestra propia cuenta- gruño Luperth frotándose el mentón.
-Hay que tener cuidado con los habitantes de Aberdeen, los pondríamos en peligro- recordó Dolly preocupada.
-Mas del peligro en el que están, no creo- bufó Luperth haciendo caso omiso a lo que había dicho Dolly.
-¡Pero no podemos correr más riesgos!- grito mi madre.
-¡Y que pretendes que hagamos entonces, Dolly!- exigió Luperth sabiendo que Dolly no tendría la respuesta para contradecir, se sintió victorioso.
-Es mejor que nos calmemos- propuso Andy alzando la voz.
-Solo diré esto por última vez: Iremos a buscar a los vampiros, atacaremos, y si es de perder a alguien en el intento pues así será…y el tema queda concluido aquí- puntualizó. Le miramos sin decir una sola palabra y segundos después salió del recibo sin mirar a nadie.
-¿Qué seguirá ahora?- me pregunte a mi mismo -¿La vampira desconocida de mi habitación, estará metida en esto?

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N: Que tal eh? xD ya por fin se descubrió que los Hawkind son libres de toda culpa, que pasará después??? Según tengo entendido este es el cap final...del libro de Ethan por decirlo de alguna manera, luego subiré el prólogo de Alissa, para dar paso a todo lo que ha pasado desde el punto de vista de Alissa y por lo tanto de los Hawkind...
Espero les haya gustado este cap :)
Besos.

P.S: No puedo subir imagenes T.T y tenia una genial para el cap...

jueves, 2 de julio de 2009

Preguntas, Dudas y Negligencias.


Las horas pasaban y había olvidado que tenía que cenar, el estómago me rugía ferozmente, me eché fuera de la habitación imaginando cual había sido la cena que había preparado mamá, todas las luces de la casa estaban apagadas ¿Qué hora era que todos dormían?...sorprendido del tiempo que había perdido leyendo, lo que había sido un defraude total, llegué a la cocina, caminé directo al refrigerador, lo abrí y en el centro de la nevera estaba mi cena, la tomé y la metí en el microondas para calentarla, me apoyé del mesón con los brazos cruzados.

El grupo de vampiros había sobrepasado los límites, habían asesinado lo suficiente y nosotros se los habíamos permitido, a este tema había que ponerle un punto final, pero… ¿Dónde se había metido el mayor Alph? ¿Por qué no había hecho lo prometido? Se suponía que iríamos a enfrentar a los vampiros a la mañana siguiente, y nunca fuimos, pero ¿Qué estábamos esperando? ¿¡Otro asesinato!? -probablemente- ¿Pero, quien sería el siguiente? ¿A quién tenían que matar para poner por fin un ultimátum?...todo estaba fuera de control, lo que había averiguado sobre sanguinarios no servía de nada porque era algo realmente estúpido, simples leyendas que no valía la pena ponerlas en prácticas tratándose de algo serio… recordé de nuevo la historia de Damián. Era todo lo que tenía en mente, a las tres hermanas: Yónica, Casandra y Nettie, ya no lo soportaba mas, las veía quemándose en la hoguera riéndose de los pueblerinos.

Mi padre tenía que hacer algo de una vez para detener esto…el mayor Alph, el lobo marrón a quien imaginaba como un anciano de cabellos blancos, se había lavado las manos, o en este caso las patas. La noche de la reunión cuando hablaba sonada decidido y sabio, era reconfortante, un gran líder hasta que la reunión fue interrumpida por cazadores, desde esa noche no habíamos vuelto a saber de él ¿Los cazadores le habrían disparado? No, no creo, de todos los lobos él era el más rápido, a pesar de ser un anciano, pero entonces que estaría tramando, a que se debía su desaparición, los meses habían pasado y nada se sabía de él o de su petulante seguidor Jef, un lobo rojizo y con una enorme cicatriz, era extraño no saber de él tampoco, pero ¿Cuándo fue que se descontroló todo? Quise poner en orden mis pensamientos. Un agudo sonido que venía del microondas me sacó de mi meditación, a pesar de ser bajo hizo eco en toda la cocina, temí despertar a alguien. Mi cena estaba caliente, lista para digerir. Saqué el plato y me senté en la mesa para probar el primer bocado de lasaña.

>>Primero, asesinan a un chico en el bosque, y nos echaron la culpa de todo, principalmente a mí porque encontraron unos cuantos pelos de lobo gris. Y por esa negligencia no podemos transformarnos constantemente en lobos para salvarnos de los cazadores.
>>Segundo somos emboscados por los susodichos, una persecución penosa, esa noche temí que hirieran a uno de mis hermanos, todo se había convertido en un total desastre, lobos corriendo a todos lados ladrando y aullando temiendo por sus vidas, todo un matiz de colores, un retrato vivo de la desesperación.
>>Tercero, desaparece el lobo mayor, sinceramente algo desalentador.
>>Cuarto, mueren más de veintiocho chicos víctimas de hambrientos muertos vivientes. Pasan los meses y nosotros los licántropos no hacemos nada al respecto.

-¡Vaya cosa!- reproché.

Era desesperante todo este asunto, y eso poniendo a parte a mi visitante misteriosa, las dos noches que había tenido encuentro con ella no me había afectado su aroma en absoluto, no había podido entrar en su mente y no había podido ver su rostro, pensar que había desaparecido no me tranquilizaba, estaba cerca y eso lo presentía, solo podía relacionarla con un miembro Hawkind, pero había algo que no encajaba en el rompecabezas de mis dudas.
Me lo preguntaba una y otra vez, pero no encontraba una respuesta razonable: ¿Por qué estar cerca de una vampira desconocida no me quema la nariz y al acercarme a Hawkind siento repulsión y asco? ó ¿Por qué entro en la mente de todos los vampiros y al entrar a la mente de Alissa, me bloqueo completamente sintiéndome vulnerable por no poder escuchar sus pensamientos…llega mi visitante desconocida y tampoco puedo leer lo que piensa? y ¿Por qué no le soy repugnante a mi invasora pero al ver a los Hawkind, noto como ellos arrugan sus pálidas caras? ¿Estarán fingiendo que les repugnamos para despistarnos?...no encontraba sentido a mis preguntas mezcladas con una posible respuesta.

Levanté la vista hacia el ventanal de la cocina y me sumergí en el cielo, la luna cuarto menguante apenas iluminaba. Mis conclusiones seguían viajando de manera distraída.

-No deberías estar despierto a estas horas, Ethan- me envaré en la silla atragantándome del susto.
-Ni tú, que haces levantado, Andy?- le miré tratando de tragar.
-Tenía sed- se encogió de hombros.
-Y yo hambre- me reí después de poder engullir.
-Vale, pero si viene mamá te ganarás una riña, así que…- bebió jugo de naranja, lo saboreó y después trago con gusto haciendo ruido al tomarlo -…Es mejor que subas.
-En un rato- lo miré desaparecer de la cocina…me levanté y lavé el plato, el reloj del micro marcaba la una y diez de la madrugada, ver la hora me dió sueño de repente y subí a mi habitación.

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-¡Pero qué demonios pasa!- gritó John frente al volante.
-Quien sabe?- movió la cabeza Wendy.
-¡Háganse a un lado!- tocaba la bocina. Pero la gente hacía caso omiso a nuestro apuro.
-Presiento que esto no está nada bien- habló Andy mirando por la ventanilla.
-Sera mejor que nos bajemos aquí, John… ¿John?- lo movió Wendy –¿John que pasa?- lo siguió moviendo. John estaba petrificado con la mirada perdida.
-¿John, que estás viendo?- se acercó Andy al asiento del conductor.
No pasó mucho tiempo para que nuestro hermano reaccionara, nos miró a todos tratando de explicarnos con la mirada lo que había visto.
-Es…es uno de mis compañeros de clases- habló distraído tratando de recordar lo que había visto.
-¿Qué paso con él?- pregunté ceñudo tratando de descifrar su mirada.
-Está en el gimnasio- dijo al fin.
-Ves que tu compañero está en el gimnasio, que interesante- bufó sarcástico Andy acomodándose otra vez en el asiento trasero.
-No, no me han entendido…con el está el vampiro Hawkind.
-¡¿Qué?!- gruñó Wendy.
-Será mejor que vallamos a ver qué sucede- hablé quitándome el cinturón de seguridad. John encontró un espacio libre en el estacionamiento de la secundaria y los cuatro nos bajamos entre la multitud que caminaban de un lado a otro. Miré buscando alguna cara conocida pero no podía con tanta gente tropezándome, Wendy me tomó de la mano y me guió hasta un espacio vacío que logré ver, la gente más se aglomeraba en ese punto hasta que entendí el por qué…había una cinta amarilla que dividía un gran tramo del edificio al estacionamiento, habían unos cuantos guardias con sus rifles en la mano para hacerse más intimidantes y poder controlar a los curiosos sedientos de evidencia.
-¿Cómo iremos al gimnasio?- pregunto Andy mirándonos en busca de solución.
-Veamos por la parte de atrás- propuso Wendy.
-Todo está atestado de gente- contradije.
-Caminemos a ver por el lado de la cafetería- desapareció John, sin más remedio le seguimos haciendo espacio entre las personas que tratábamos de apartar, y en efecto la cafetería estaba sola, solo una cinta amarilla nos dividía de ella pero lo mejor era que guardias no habían. Entramos agachados cuidando que no nos descubrieran, de vez en cuando Wendy echaba una ojeada para ver si nos veían de algún lado pero no había peligro alguno. Atravesamos la cafetería y la siguiente puerta nos dejaba cerca de la pequeña plaza de la secundaria…como suponía habían algunos guardias caminando de un lado a otro.
-Genial, el edificio completo está custodiado- se quejó Andy.
-Vamos por acá- indicó Wendy. Alejándose entre un pequeño callejón que dividía el edificio cuatro del edificio tres, pasamos sigilosamente, ya nos acercábamos al gimnasio, otros dos edificios más y listo.
-Cuando aquel guardia se aleje nos…
-¡Shh!- le tapo la boca John a Wendy, nos pegamos todos a la pared deseando no ser descubiertos, el director estaba caminando de un lado a otro nervioso tratando de hablar con uno de los guardias.
-¿Cuanto tiempo tardarán en llegar los forenses?- preguntaba el director con una risita histérica…

Dejé al descubierto mi ojo izquierdo para verlos alejarse.
-Se han ido- avisé.
-¡Bien!- echó a correr Wendy desapareciendo de nuestra vista.
-¡¡Wen…Wen!!- llamó John enojado –¡Te descubrirán, vuelve aquí ahora mismo!- pero no obedeció, siguió su ruta, Andy no lo pensó y corrió tras ella.
-Esto es de película- chilló ceñudo John.
-Ya conoces a Wendy, ama el peligro- me encogí de hombros indiferente – y Andy va por el mismo camino.
-Que buena influencia- se quejó.
-Qué más da, ya estamos aquí- mire por última vez para ver si estaba todo despejado, era un alivio que los guardias estaban del otro lado, empecé a correr.

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N: Y aquí termina otro cap, genial cierto?? Será que Ethan logrará las respuestas a sus preguntas? Son muchas cierto? Yo digo que entre toda esa maraña hay algo que se está perdiendo, espero lo vea pronto, por el bien de todos.

Les daré un pequeño adelanto del siguiente cap, se llama "Inocentes" el título habla por sí solo cierto?

Nos vemos en la siguiente actualización.

Vaya, hoy estoy de gran humor, a lo mejor será porque pronto tendré participación, ya sabrán de que hablo ;)

Besos mordelones ;)

Alissa.

martes, 23 de junio de 2009

Vampiros.

Todo lo que buscaba resultaba tan falso y tan ilógico, nada me era nuevo, necesitaba más información, con los libros que había en casa solo obtenía las mismas respuestas, y las imágenes que lograba obtener resultaban ser del famoso Conde Drácula.

Los meses pasaron rápido, ya estábamos a mitad de mayo, veintiocho muertes registradas, chicos de diecisiete años y todos con la misma mordida. En las reuniones de lobos siempre discutían las mismas cosas, no se ponían de acuerdo, estábamos permitiendo que los invasores se alimentaran de personas inocentes, incumpliendo la ley que ellos mismos habían prometido. Los ciudadanos sólo culpaban a los lobos de los asesinatos, y yo aún no lograba encontrar una teoría acertada sobre los chupasangres para atacarles y acabar con esto de una vez por todas. Ver en la secundaria a los Hawkind todos los días era perturbador y molesto. Malditos asesinos.

Le pedí el favor a Will de que me llevara a la ciudad en uno de sus autos, ahí había una pequeña librería, él se fue a una tienda de artículos deportivos que quedaba a dos cuadras de Eny’Book, entré al local y me maravillé con tantos libros de diferentes tamaños y colores, me distraje por completo, ojeé unos cuantos hasta que el dueño me preguntó si deseaba llevar algo, era un anciano de unos ochenta años con melena blanca.
-Si…ehm, ¿de casualidad usted, tiene libros que hablen sobre vampiros?
-Oh, cuentos para niños…si, si tengo…del otro lado de la estancia.
-No, no quiero cuentos para niños, señor…- miré la pequeña laminilla dorada que adornaba su camisa azul -…Benny, quiero un libro que hable de leyendas antiguas sobre vampiros.
-Hmm, si creo tener- enarco una ceja, dio media vuelta y desapareció por una cortinilla de terciopelo color vino tinto, unos minutos después salió con cuatro libros no muy gruesos, al parecer eran de un mismo autor, polvorientos, los cuatro libros tenían títulos diferentes en letras grabadas color plata –Han estado aquí por años, nunca los vendí por que nadie se interesaba por ellas.
-¿Cuanto es el costo?- pregunte.
-Setenta y cinco dólares cada uno- respondió examinando el estado de los libros –Son algo antiguos.
-Bueno... me llevo este- tome uno de los libros que me llamó la atención, “100 Maneras de exterminar a un Vampiro”.
-Creí que buscaba historia sobre vampiros- señaló “Descendientes del Conde Dracula” otros de los libros, hice una mueca de duda y desaprobación, tenia el presentimiento de que ese decía lo mismo que había investigado en casa.
-No, solo me llevare este- insistí, el anciano se encogió de hombros rendido por mi insistencia y recibió el pago, envolvió el libro en papel de seda y me lo entrego como si de una reliquia se tratase. Me despedí y salí de la tienda.

-¿Qué has comprado?- pregunto Will viendo el paquete cuando íbamos camino a casa.
-Solo un libro, nada interesante- respondí.
-Puros cuentos para niños, verdad- dejo salir una carcajada.
-No, son…libros de…

-…Necesitas comprar una guía de cómo conquistar chicas en lugar de comprar libros aburridos, hermano- no evito volverse a reír.
-Seguro- puse los ojos en blanco.
-Te sumerges tanto en ellos que olvidas que existe el mundo exterior- continuo hablando.
-No creo…
-Vamos, dime cuantas veces has salido de casa para bailar en la ciudad o ligar- acomodo el retrovisor para verme cuando respondiera.
-Nunca- conteste mirando el libro envuelto. Si mi intuición no me fallaba, Will me estaba hablando como un padre cuando aconseja a su hijo, con la diferencia de que este me quería arrastrar al lado oscuro, me reí con la idea.
-Ya vez…te aconsejo…- palabra clave “aconsejo” -…Conocer chicas universitarias…un día de estos te llevare a conocer unas cuantas- prometió.
-De acuerdo- mire por la ventanilla.
-A ver cuantas te ligas- se rió acelerando para pasar a un auto verde que estorbaba desde hace rato, cuando vi se trataba de una anciana que apenas llegaba al volante, sentí pena.



Cerré la puerta de mi habitación y deje caer el paquete sobre mi cama, me senté y espere un minuto antes de abrirlo.
-¡Ethan, baja a cenar!- grito Dolly desde las escaleras.
-¡No tengo hambre!- avise aun mirando el paquete.
-¡Te guardare la cena por si te da hambre mas tarde!

Asentí sin responder, estaba dudoso de abrir el libro ¿Qué pasaría si no encontraba la respuesta que necesitaba? ¿Qué tal si no aparecía un método efectivo para eliminar a los vampiros? Temía no encontrar la respuesta correcta, pero aun así decidí rasgar el papel de ceda que cubría el único libro de cuero negro.
-Que tenemos aquí.
Pase las primeras cinco paginas para llegar al capitulo uno, las paginas eran amarillentas y la letra tenia muchas florituras. Comencé a leer.

Según algunas culturas, los vampiros tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla.

-Ya comenzamos mal- refunfuñe al leer la palabra “lobo” ¡Que gran mentira!

Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se considera que la sangre no es la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre.

En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana era el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos.

-No sabia que podían reproducirse- le comente al libro con incredulidad.

Una de las maneras mas frecuentes es:
Clavar una estaca en el corazón. El fresno es la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca suele clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia.

La decapitación es el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo.

La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba son medidas adicionales frecuentes. Desmembrar el cuerpo y quemar las partes, luego mezclar las cenizas con agua bendita.

Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver.

Los vampiros no toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.

Por su naturaleza demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana.

Los vampiros son vulnerables a la luz del sol, su cuerpo se hace roca.

Todos estos métodos me parecían tan raros, cerré el libro para ver en el lomo el nombre del autor: V. Tepes.
Hice una mueca de decepción. Deje caer el libro sobre la almohada y me senté apoyado de la pared, los Hawkind eran unos sanguinarios de una raza distinta a lo que había leído y estos métodos para eliminar vampiros eran tan indefensos y fáciles. Recordé la historia de Damián y la manera en la que habían acabado con las hermanas de Transilvania: quemándolas en la hoguera. Había algo más en esto, pero no me rendiría, buscaría la mejor forma para destruir a los Hawkind, empezando por la hostil Alissa…
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N: Por fin nuevo cap de Diario xD, espero que les guste tanto como me gustó a mí =P..No pude poner imagen porq esta cosa no me deja poner imágenes, ni idea de porqué, a lo mejor es mi inter u.u la pondré cuando se acomode...
VampiBesos.
Alissa.

viernes, 22 de mayo de 2009

La Masacre De Transilvania.




-¿A dónde fueron?- pregunté
-Se alojaron en una cueva- respondió
-Pobre de los habitantes de Transilvania- dijo Ariadna con voz quebrada.
-Ninguno de los habitantes de la aldea sobrevivieron- siseó Damián macabramente.
-¡¿Qué?!- se sorprendió Anastasia, Damián le miró por un segundo y continuó la historia.

Cuando el vampiro no encontraba lo que buscaba se volvió loco, mató a todos los que se cruzaban en su paso, bebía su sangre, y los dejaba tirados como si de basura se tratase.

-¡Eso es horrible!- ahogó un grito Ariadna.
-Eso no es nada, el solo había matado a poca gente ahí- se encogió de hombros –Un aldeano carpintero vió cuando el vampiro asesinaba a su única hija, el invasor le persiguió cuando el aldeano echó a correr pidiendo auxilio con toda la voz que pudo.

-¿Qué le paso al carpintero?- pregunté deseando que se hubiera salvado.
-Murió…el vampiro le torció el cuello por su imprudencia, pero era demasiado tarde, los aldeanos gritaban y corrían a todos lados, unos cuantos trataron de apresar al sujeto pero este podía con todos a la vez, esa noche asesinó sin contemplación alguna, murieron niños, jóvenes, adultos, ancianos, ¡¡había sangre en todas partes!!

-Que gustazo el de él- se rio Sebastián, Anastasia le zapeó.
-Esa fue la peor masacre que pudo haber, murieron muchas personas inocentes- murmuró por lo bajo.
-¿Qué pasó con Yonica y Nettie?- pregunto Anastasia.
-Estaban ocultas, no sabían lo que pasaba a sus espaldas por que estaban lo suficientemente lejos del pueblo, tomaron su viaje al este, sin mucho éxito, pues el vampiro las encontró, siguió su aroma después de acabar con Transilvania, solo quedaban estas dos sobrevivientes y al igual que todos tenían que morir, pero algo le detuvo, y fue la belleza y el delicioso aroma las que evitaron que este les tocara un pelo, Yonica y Nettie eran tan bellas como Casandra, y olían como ella. El vampiro se las llevó a Inglaterra, donde también las convertiría en sus esposas.

Casandra al verlo llegar con sus hermanas le rogó que no le hiciera lo mismo que a ella, pero este no le prestó la mas mínima atención, ahora las tres pertenecían a él. Yonica con el tiempo comenzó a sentir cierto afecto por las atenciones y las comodidades que le ofrecía el vampiro, pues ahí en la castillo de la colina tenía todo lo que había deseado, lujos y riquezas, de las tres hermanas ella era la más codiciosa. El vampiro las mantuvo vivas poco tiempo, quería conservarles para siempre, ya era hora, bajo cierto engaño se llevó a Nettie donde experimentó el dolor mas grande, luego se llevo a Yonica, sin necesidad alguna de engañarle, pues esta obedecía a todo lo que él decía, se arrepintió de haberlo hecho después.

Casandra, que se mostraba rebelde a seguirle no tuvo otro remedio que huir, le costó salir de esa prisión pero aun así lo logró. Se internó en una ciudad disfrazándose y cambiándose de nombre, había dejado de ser Casandra, ahora era Phoebe.

-Pero igual la iba a descubrir fuera a donde fuera, ¡por su olor!- espetó Ariadna ceñuda.
-Y lo hizo, él la descubrió sin ninguna dificultad, y se la llevó de nuevo a la mansión- continuó algo molesto por la interrupción –Él podía con ella, como había dicho antes, era muy fuerte, la lastimó en el forcejeo pero aún así logro morderla, Casandra agonizante sin saber que le sucedía a su cuerpo lo maldijo entre dolores, el vampiro solo reía mientras la veía retorcerse. Ahora Casandra, Yonica y Nettie eran como él, pálidas, y frías, eran vampiras, muertas en vida.

Casandra juró vengarse, y decidió asesinarlo, las hermanas se unieron y se apoyaron aún mas, sin importar lo poco que Yonica sentía todavía por él, de todas formas ella amaba sus riquezas, y una vez muerto todo les quedaría a ellas tres, planearon atacarle sorpresivamente, y lo lograron, juntas asesinaron a su único esposo y lo dividieron en partes.

-¡Pero eso es espantoso!- chilló Anastasia escondida detrás de Sebastián.
-Cada parte de su cuerpo lo enterraron en diferentes rincones de Inglaterra específicamente en los cuatro puntos cardinales, temían que se uniera de nuevo, cualquier cosa podía esperarse de aquella bestia. Ahora solas continuaron su vida como Las Damas de la Colina, asesinando continuamente para saciar su sed.

Se alejaron de Inglaterra para buscar un hogar en Francia a mediados del siglo XVIII. Donde una desconocida apareció, vampira e igual de hermosa, aunque de ella no se mucho, de hecho nada, solo que era diferente y abandono a las hermanas tiempo después, ¿Quién era esa vampira? Nunca se supo su nombre, así como vino se fue… Cierta tarde cuando Casandra deambulaba por el bosque, el aroma de la sangre caliente de un humano la hipnotizó, había algo en el que olía diferente, era una mezcla de dos cosas, lo ligero y lo pesado; no, no una mezcla, sino una unidad y además sutil y débil, sólido y denso al mismo tiempo, esa sangre latente que invadía su sensible nariz la volvía loca, era tan fresco como la brisa marina, cruzó varias millas para llegar hasta el origen del olor. Tan penetrante aroma emanaba de un muchacho, deseó matarlo pero a la vez conservarlo, su aroma era exquisito y tentador.

Era un chico de diecisiete años de edad, desgarbado y alto, piel clara y cabellos rubios de brillantes ojos verdes, el chico atendía en una granja, vivía solo con su abuelo de crianza y se llamaba Christopher Peep. Decían que él hacia pactos con espíritus en el bosque, y sus amigos eran los lobos, desde pequeño sentía adoración por estos animales salvajes que nunca hicieron el intento de comérselo, todo lo contrario, lo trataban como a uno mas de sus cachorros, los ciudadanos le llamaban “El niño lobo” y lo trataban mal por considerarlo extraño.

Casandra, lo compró a su abuelo para que le sirviera, así lo tendría siempre cerca y podía olerlo a toda hora, después de comprarlo asesinó a su único pariente quedando instantáneamente huérfano. Nettie y Yonica no estaban muy de acuerdo de mantener a un mortal, pues el chico era una droga y para ellas era necesario matarlo, algo había en el que les repugnaba a la vez que les agradaba, pero la hermana mayor no hizo caso, aún lo quería para jugar con él. Nettie escondida de Casandra intentó matar al chico, sin mucho éxito. Christopher era astuto y sedujo a la vampira menor para escapar. Sabedor de lo que le esperaba prefirió actuar primero e intentó matar a las hermanas, las traicionó delatando la presencia de vampiras en la ciudad.

Los ciudadanos encendieron antorchas y se armaron de hachas para cazar a las inmortales, Christopher aprovechando la distracción escapó. Casandra sintiéndose insultada fue detrás del muchacho y lo torturó, mordió su cuello y bebió su sangre, era el néctar que ella había deseado pero que se había resistido a probar, ya no había marcha atrás, molesta por la traición de este sin contemplación le quitó la vida, ya no olería jamás un exquisito aroma como ese. Y eso la mantuvo airada.

-¿Como intentaron matar a las vampiras?- pregunté prestando más atención –Ella podía más que ellos, fácilmente los harían polvo.
-Bueno, ciertamente en esa época las personas creían que los vampiros morían si les enterrabas una estaca en el corazón, o si les rociabas agua bendita- respondió Damián…
¿Morirían los Hawkind si intentara hacer eso con ellos?- Me pregunté.

-¿Qué pasó después?- pregunto Sebastián.
-Bueno, ellas fueron quemadas después de encontrar el cuerpo de Christopher, hasta donde sé- contesto Damián haciendo una mueca.
-¿Quemadas?- pregunté incrédulo.
-Si…quemadas en la hoguera- miró la fogata.
-Es la historia más horrible que he escuchado- jadeó Anastasia.
-Ya es tarde, deberíamos estar camino a casa- miro el reloj Ariadna –Pasan de las nueve y quince.
-Sí, será mejor que nos vallamos- acepto Sebastián levantándose y dándose un buen estirón.
-Ethan, te llevaré a casa- ofreció Anastasia.
-Si…gracias- me levanté, estaba entumecido, era una historia muy entretenida pobre Christopher y pobre de los ciudadanos de Transilvania, pero tenía dudas sobre la muerte de las vampiras, había sido tan fácil que no me resultaba creerlo.

-Ethan, pronto iré a tu casa para visitar a Wendy… ¿puedo?- preguntó animado Damián.
-Pues claro que si, es tu casa, lo sabes- aprobé –Puedes ir las veces que quieras, no tienes ni que preguntar.

Sebastián apagó la fogata y pronto todos nos íbamos, Ariadna se vino con nosotros e iba charlando con Anastasia de lo más contenta por el día que había pasado, me despedí de ellas en lo que llegamos a la puerta de mi casa, estaba molido y solo quería acostarme a dormir, salude a mamá que estaba de pie en las escaleras con el inalámbrico en la mano.

-Ha llamado la señora Queen… ¿se puede saber donde han estado metidos?- interrogó molesta.
-Solo hemos estado en la playa con otros tres amigos mamá- respondí con despreocupación.
-¿Pero has visto la hora que es?- insistió –¡¡Son casi las diez!!
-No nos pasó nada, y no hicimos nada malo- solo arriesgar mi vida en el acantilado. Le dí un beso en la mejilla y subí las escaleras.

Se quedó mirándome mientras iba directo a mi cuarto, cuando entre cerré la puerta con seguro, la cama me llamaba y obedientemente me eché sobre ella, sin darme cuenta ya estaba profundamente dormido.

...Vestía una levita de color oliva, camisa blanca, medias de seda blanca, zapatos marrones de hebilla y un peluquín atado con un lazo negro. Caminaba por la Rue des Marais en una callejuela de Paris, tenebrosa cuya anchura se podía medir con los brazos abiertos, donde solo habían personas de trajes llamativos, pelucas blancas, vestidos adornados, costaba pasar con tantas personas ahí, ¡Era asfixiante! Camine hasta llegar a una plaza, cerré los ojos para relajarme y tomar aire y al abrirlos la plaza había desaparecido, solo habían arboles alrededor y un perfecto radio circular donde me esperaba una hermosa mujer, llevaba un vestido dorado y su cabello recogido en un elegante moño con unos cuantos bucles negros caídos, tenía un abanico en la mano y muchos collares de oro puro que adornaban su garganta…cuando me acerque a ella desapareció, donde hace minutos estaba ella se encontraba el cadáver de un chico rubio con infinitas mordidas rodeado de siete lobos grises muertos...

Desperté sobresaltado por el sueño que había tenido, miré a mi alrededor buscando lo inexistente, todavía estaba oscuro, respiré hondo y volví a cerrar mis ojos… tenia que pensar en una manera de saber mas sobre los vampiros, pero ya averiguaría sobre ellos luego, por ahora solo quería volver a dormir.

martes, 19 de mayo de 2009

Las damas y el hombre de la colina


No podía describir muy bien la sensación que sentía mientras caía, abrí mis brazos y junté mis piernas, cerré mis ojos y me dejé llevar, sentía un nudo en la garganta, y como mi estómago se contraía, sentía como hormiguillas en el cuerpo, el aire me azotaba en la cara, intenté gritar pero no encontraba mi voz.

El contacto con el agua agudizó aun mas esa sensación en el estómago, millones de burbujitas subían de todas direcciones, me relajé antes de comenzar a mover los pies para buscar la superficie mientras comenzaba a bajar cada vez más, el mar estaba completamente negro y la corriente no estaba tan fuerte, todo estaba en silencio, solo en mis oídos tenía ese molesto “diiiin” tan agudo y penetrante, ya perdía el poco aire que tenía en mis pulmones, cuando toqué con mis pies unas cuantas rocas me di cuenta de que había tocado el fondo, miré hacia arriba pero con la vista borrosa no veía superficie alguna, me impulsé con las mohosas y resbalosas piedras y comencé a nadar, era algo difícil ya que la corriente me movía de un lado a otro.

Salí al ancho mar tomando todo el aire que pude, me alegre de poder respirar por fin, busque la orilla con la mirada y cuando estuve orientado nade. Cuando llegue arrastrado a la orilla y respirando con dificultad vi la colina rocosa y me reí de mi mismo, me levante y corrí todo lo que pude casi juraría que estaba caminando para llegar de nuevo con los muchachos, otro grito escuche de Sebastián a lo lejos, ya había saltado el también, jadeando llegue y Anastasia corrió para recibirme, Ariadna suspiro aliviada.
-¡¡Te dije que podrías!!- gritó Anastasia cuando me daba un abrazo casi asfixiante.
-S…si- trate de decir –Me…cuesta…respirar
-Oh, lo siento- me soltó.
-¡¡No estuvo tan mal eh!!- me palmeo Damián con una enorme sonrisa –Saltaras de nuevo… ¿Verdad?
-¡No!- farfulle con mis ojos desorbitados.
-Tranquilo, solo es broma…lo habéis hecho bien para ser tu primer salto- hizo un mohín.
-¡Seguro!- chillé con alivio
-Pero la próxima vez grita, veras que bien se siente- dijo por ultimo al momento que empezaba a correr para saltar.
-Has salido vivo eh, Ethan- se acercó Ariadna
-Si- siseé. Me acerque a buscar mi ropa y la puse sobre la roca en la que estaban sentadas las chicas, espere a que el viento me secara para luego vestirme.

Sebastián y Damián siguieron saltando unas cuatro o cinco veces más, ya eran las tres o cuatro de la tarde y ninguno de nosotros cinco habíamos almorzado, bajamos de la colina y nos acercamos a los vehículos, Sebastián y Damián charlaban sobre quien había saltado mejor, mientras Anastasia y Ariadna apresuraban su paso, yo mientras tanto a pesar de mi firmeza al caminar, me sentía como si aun estuviera debajo del agua siendo movido por la corriente.



-Damián ve a por las cañas- ordeno Sebastián –Hare la fogata- sonrió
-Ethan, ven a pescar conmigo…o te quedaras chismoseando con Ana y Ari- se burlo Damián, las chicas lo fulminaron con la mirada y yo solo me pude reír. Me fui con Damián al muelle a pescar.
-Que ha sido divertido lo del salto- rió Damián aun recordando mi pálida cara.
-Sí, claro- dije algo riendo también al imaginarme.
Pescamos lo suficiente como para quedar satisfecho los cinco, Sebastián ya tenía encendida la fogata y las muchachas venían con ramillas para pinchar el pescado, nos sentamos en círculo sobre unos cuantos troncos y comenzamos a charlar hasta que Damián propuso contar una historia.
-¿Sobre qué?- quiso saber Anastasia
-¿Han escuchado la historia de las damas y el hombre de la colina?- quiso saber Damián.
-No- dijimos todos casi al unísono.
-Bueno, esto se dice que paso hace millones y millones de años, podría decirse que en el siglo XV- comenzó con aire sabio –Cuenta la historia de tres hermanas pastorcillas que vivían en una pequeña aldea al sur de Transilvania, eran pobres en riquezas pero ricas en belleza, todas las jóvenes del pueblo les tenían envidia y las odiaban, pero por obra de la hipocresía no demostraban la rabia que les tenían a las hermosas damas, lo curioso es que había algo misterioso en ellas.

-¿Qué era eso misterioso?- quiso saber Ariadna

-Que las tres hermanas tenían un aroma único, siempre olían a rosa y lavanda, sin la necesidad de bañarse en perfume- siguió -Un día llega a la aldea un hombre, cuya palidez como la nieve llamaba la atención de todos los que le miraba, aparentaba treinta y un años de edad, y su nívea piel era el resplandor de la luna, las doncellas quedaban hechizadas ante tanta hermosura de aquel sujeto, Casandra la hermana mayor contaba con dieciocho años de edad cuando aquel hombre se fijó en ella, hizo mil y un intento para conquistarle, pero algo había en ella que no caía bajo sus hechizos.

El hombre perdía la cabeza, estaba obsesionado con la belleza de la chica, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para poseer a aquella ninfa que dejaba sin aliento a más de un mortal, consiguió raptarle dejando su rebaño de ovejas y llevársela lejos de todo ambiente pueblerino, sumergidos en lo más profundo del bosque deseo su cálida piel, los gritos de auxilio no llegaban a los oídos de ningún ser para rescatarla.

Los ojos de Anastasia se desorbitaron cuando Damián hacia un gesto de decepción, Ariadna se llevo una mano a la boca.

-Descuida, no hizo nada exagerado si eso están pensando- continuo Damián mirándolas con calma –Aquel hombre tenía planes para ella, quería conservarla jovial y hermosa, tal cual era, se la llevo de Transilvania al norte de Inglaterra. Casandra estaba aterrada, no sabía cuál sería su destino, solo sentía odio y tristeza, el pálido caballero la llevo a vivir en un enorme castillo que parecía haber nacido de una colina, se veía tenebroso a simple vista "Pronto te acostumbraras a tu nueva vida, como dama y señora" le siseo descaradamente aquel tipo.

Una vez ahí aquel desconocido la hizo su esposa, y luego su mujer, Casandra solo sentía asco y repulsión por aquel maldito ser, había dejado de ser una niña y se había convertido en una mujer brusca y llena de odio, aquel sujeto tenía una fuerza brutal y era tan duro como el mármol, él tenía una identidad oculta. Casandra investigó sobre el todo lo que pudo hasta descubrir lo que aquel maligno ser era…un vampiro.

Anastasia agarro el brazo de Sebastián tan fuerte que este se quejo de dolor, Ariadna solo tenía un aire pensativo, yo estaba metido por completo en la historia.

Ella ocultó de lo que era sabedora, destinada a que pronto moriría, no quedaba resignación, iba a morir lejos de su hogar y su única familia, sus hermanas. Aquel vampiro inocente de la sabiduría de Casandra, se dedico a tratarla con el único deseo que solo se veía en su escarlata mirada. Era lógico: pálido, fuerte, hermoso, jovial y olor penetrante dulzón…por qué no se había dado cuenta antes de lo que aquel ser era, un demonio.

Poco tiempo después comenzaba a estar inconforme de tener a una sola novia, decidió buscar otra, planeo ir al sur de África donde había mujeres de piel oscura tan bellas como diosas griegas, o al éste de Asia donde podía conseguir a tan joviales damas de cultura exótica. Pero su codicia por coleccionar mujeres hermosas pasaba fugazmente por su mente. Casandra le rogó volver a Transilvania, pero este le negaba de manera brusca regresar a ese lugar.

El vampiro tomo la idea de ir a esa aldea, donde había encontrado a su esposa, y decidió viajar solo, cuando llegó las jóvenes damiselas estaban encerradas en sus cabañas, habían declarado toque de queda desde la desaparición de Casandra. Habían mandado a quemar a los hombres desconocidos que deambularan por la zona, incluso, habían mandado a matar a todos los lobos que se encontraran en el bosque. Aquel níveo bípedo estaba embriagado por los aromas de las niñas vírgenes quinceañeras, planeo poseerlas a todas, disfrutaría de un gran banquete bebiendo su sangre.

Yonica que contaba con diecisiete años de edad y su pequeña hermana Nettie de quince, ambas hermanas de Casandra, se vieron en peligro cuando misteriosamente comenzaron a aparecer cadáveres desnudos, ultrajados y desmembrados de pequeñas pastorcillas doncellas. Las dos hermanas planearon huir de Transilvania lo más lejos posible, pues temían por su vida...

martes, 5 de mayo de 2009

Sábado de adrenalina


-Esto será divertido- hablaba Anastasia sonriente mirándome por el retrovisor.
-Sí, servirá de distracción- murmure viendo los dibujos borrosos de los arboles que íbamos dejando atrás.
-Presiento que habrá buen clima- continuó.
Sonreí.

-Oh! Esta canción me encanta- dijo al momento que le subía el volumen a una música algo lenta que después estallo en baterías y luego transformándose en un ruido rítmico y pegajoso, para ser la primera vez que lo escuchaba no estaba tan mal.
Llegamos a una zona muy alejada de la ciudad, Anastasia doblo una curva que pronto la carretera estaba adornada por varios árboles en forma de arco, era como un túnel de esos en los que no ves salida hasta que logras visualizar el resplandor del más allá.

-Pues, si que está metido esto- rompí el silencio, baje la ventanilla del auto para que entrara aire. -Sí, es algo así como nuestro escondite- apago el oxigeno y bajo la ventanilla también.
-¿Vienen a menudo?
-La mayoría de los sábados, si.
-¿Y qué hay de divertido?- pregunté mirando por fin la salida del largo túnel.
-Hay muchas cosas que se pueden hacer- pensó enseñando una sonrisa.
-¿Por ejemplo?
-Salto de acantilado, es lo que más hacen los chicos, lo intente una vez y no quise volver a hacerlo- se rió de sí misma, imagine por qué no lo había hecho más y me uní a su risa.
-¿Qué mas hacen?
-Contar historias de terror, cantar alrededor de la fogata, bañarse en el mar, pescar y lo que se te antoje hacer- chilló más contenta de lo que iba.

Era divertido hablar con Anastasia, siempre tenía su toque alegre y veía todo de una manera positiva, cuando por fin contaba como mínimo cinco o seis pares de arboles para salir visualice la arena y mas allá una gran frontera azul con cientos de destellos, miles de estrellas iluminaban sobre el tranquilo mar.
-Bienvenido, Ethan- acogió –Ya verás que te vas a divertir- prometió.


Ahí estaba Ariadna quien nos hacía señas con su brazo izquierdo, más alejados estaban Sebastián y Damián. Anastasia estaciono su auto cerca de la Jeep amarilla de Damián.
-Hola Ari- salude cuando ya me había bajado del auto.
-¡Hola Ethan!- se abalanzó sobre mi –Hola Ana- la abrazó
-Hola Ari- saludo contenta.
-Los muchachos se están preparando para saltar desde el acantilado- aviso Ariadna.
-¡¡Genial!!- chillo Anastasia
-Eso me preocupa, hace que me ponga nerviosa.
-Tranquila Ari, ya sabes que todos los chicos raros hacen ese tipo de cosas.
Cuando los chicos se acercaron me alarme, en sus mentes tenían pensado algo macabro, mire la media luna montañosa a lo lejos.
-Escuche que hablaban de nosotros- se acerco Sebastián seguido de Damián con una enorme sonrisa.
-¡¿Jeee Ethan, te unirás a nosotros para saltar?!- me invitó Damián dándome unas palmadas en el hombro sacándome de mi distracción.
-No, yo…todavía quiero seguir viviendo- dije con una risa nerviosa cuando vi de nuevo la colina rocosa.
-Venga, no tienes que temer- me jaló Sebastián del brazo izquierdo.
-Sí…te has venido a divertir, y que mejor forma que tomando riesgos- me jaló Damián del brazo derecho.
-Pero no me siento con el valor suficiente para…
-No sentirás nada, te lo prometemos- decía Sebastián guiñándole un ojo a Damián, eso hizo que me alarmara aun mas.

Ariadna y Anastasia nos pisaban los talones, estaban cuchicheando y riendo, Damián me recordaba una y otra vez que no moriría en el salto y Sebastián solo dejaba salir unas cuantas risas maliciosas, yo me sentía como el pavo que va a ser asado para la cena de acción de gracias.

Llegamos a la colina, donde el viento azotaba fuertemente y el sol calentaba un poco mas desde ahí, logre ver un punto escarlata y un punto mostaza, eran el auto y el jeep, me percate de la altura de la colina y sentí como la sangre huía de mi cara.
-Te has puesto pálido, Ethan- hablo Ariadna mirándome preocupada.
-Se le pasara cuando caiga- dijo Damián con despreocupación.
Perdí la noción del tiempo cuando vi la altura del acantilado, las olas rompían debajo de una forma violenta, el mar se veía oscuro y las verdosas rocas amenazadoras, no entendía cómo es que les gustaba saltar desde ahí, pronto entendí el por qué Anastasia no había saltado mas.
-Es parte de la diversión- animo Sebastián mientras fijaba su vista hacia las rocas que estaban abajo –Sentir esa adrenalina.
-¿Han muerto personas aquí?- murmure por lo bajo, note cuando mi voz se quebró a mitad de pregunta.
-No muchas, solo unas treinta personas o treinta y cinco tal vez- respondió Damián con suficiencia.
Mis ojos se abrieron de par en par cuando escuche la cantidad.
-Es broma, Ethan, muy pocos han muerto- alivió Ariadna dándole un zape a Damián quien ágilmente esquivó.
-Bueno, a saltar se ha dicho- concluyó Sebastián haciendo un ademan con la mano –Apartaos que el rey del acantilado va a saltar.
-Te quitare ese título- amenazó Damián haciéndose a un lado.

Sebastián se alejo para coger impulso, nos miro por última vez, corrió, saltó y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba, solo se escucho un grito de júbilo y emoción, segundos después se escucho el ¡¡SPLASH!! Anastasia y Ariadna aplaudían dando brinquitos, me asome a duras penas con el más mínimo cuidado de no caerme para ver si ya había salido, pero no lograba verle.
-¿Por qué no sale aun?- pregunte preocupado.
-Pronto saldrá, mientras hazte a un lado, es mi turno de saltar, y luego vendrás Tú- hizo énfasis en mi persona. Se preparó para hacer su glorioso salto. Me hice a un lado rápidamente en el momento en que este tomaba impulso.

Ariadna le deseo suerte cuando Damián comenzó a correr, unos cuantos segundos pasaron cuando ya se había perdido de vista colina abajo profiriendo un sonoro grito de aprobación y emoción, otro ¡¡SPLASH!! Audible agudizó mis oídos y me di por vencido, a estos dos locos les gustaba el riesgo de verdad, sonreí y me acerque a las muchachas.
-No temas, o ellos mismos te lanzaran- dijo Anastasia riendo anchamente.
-No tienes que hacerlo si no quieres, Ethan- me dio unas palmadas Ariadna, pero ese sentimiento de alivio que empezaba a experimentar cesó cuando Sebastián apareció gritando mi nombre.
-¡¡Es tu turno de saltar!!- gritó aun mas cuando lo tenía cerca –Venga, hecha tu ropa a un lado.
-¿Pero por dónde has salido?- dije sorprendido –No he visto salida- gemí
-Nade hasta la playa, es la única salida…vamos, no mas distracciones- continuo perdiendo la paciencia. Ariadna le dedico una mirada de desaprobación.
-P-pero…- titubeé
-Pero nada, venga.

Rendido me quite los zapatos con toda la lentitud posible.

-¡Que no vas a la guillotina, hombre!- insistió Sebastián.
-¡El agua esta deliciosa, Ethan!- gritó Damián apareciendo a paso veloz.
Me quite la franela, y luego la bermuda quedando medio desnudo.
-Vamos, vamos- me empujaban ambos –Coged impulso ahí, cuentas hasta diez y sin pensarlo corres con fuerza- indico Damián. Solo pude asentir, mi mente quedo en blanco –No cierres los ojos hasta que hallas saltado, ¿vale?- moví mi cabeza de arriba abajo.
-Tomas suficiente aire- aviso Sebastián.
A unos treinta pasos de impulso vi la muerte y no había hecho aun mi testamento.
-¡¡Vamos Ethan, tu puedes!!- gritaba Anastasia saltando, Ariadna aun no estaba muy contenta.


Hice una mueca mostrando mi nerviosismo al tratar de sonreír, tragué saliva y me centre en el acantilado, comencé a dar pasos débiles que luego fui acelerando, sentía que el camino se alargaba mientras yo mas corría, corrí con más fuerza y al llegar al abismo salté.

lunes, 20 de abril de 2009

Muertes sin rastro.


Faltaban cuatro horas para salir de la secundaria, la clase de francés pasaba lento, era algo que me torturaba, tomaba notas de las cosas que interesaban y se escuchaban a los alumnos participando en clases, más que todo había una chica que interrumpía a todo momento, prácticamente era la que daba la clase.

En gimnasia, la clase no estuvo tan mal, se estaba aprendiendo a jugar básquet, un juego en el que veía a Will o a Andy disfrutarlo, sinceramente a mí no me gustaba ese deporte, Anastasia tenía talento, se movía con tal gracia al jugar que intimidaba competir contra ella.

Cuando salí por fin, Andy y Michael discutían algo referente a una de sus canciones en el estacionamiento, al parecer no sonaba muy bien el órgano en una estrofa, mas retirados estaban en un pequeño grupo Zaray, Wendy, John y Laure. A esta última la reconocí, era la que daba la clase de francés.
-Ethan!! Ven, únete- llamó Zaray haciendo señas con su brazo derecho.
-¿Hola, que hay?- pregunté al sentarme junto a ellos.
-Contamos novedades- apremió Laure con una sonrisota.
-¿Novedades?
-Sí, nos cuentan que anoche unos cazadores encontraron a un aquelarre de lobos salvajes- respondió Wendy con algo de ironía en la voz.
-¿Vaya…y que tal estuvo eso?- ¡fatal!, pudimos haber salido muertos todos, me respondí – Ha de haber sido peligroso.
-Pues no, ellos dicen que los lobos escaparon tomando caminos diferentes y no atacaron a nadie- cabeceó Zaray de un lado a otro.
-Oh…

Duramos rato sentados hablando de cosas no muy importantes, más tarde se unieron Michael y Andy, ya se habían puesto de acuerdo referente al tema de su música, John bromeaba sobre leyendas urbanas y Wendy estuvo casi todo el tiempo distraída y con la vista perdida, traté de buscar la dirección de su mirada pero no veía si no un grupo de chicos reunidos que se pasaban unos utensilios para campin, probablemente planeaban irse de excursión, tenían un aspecto intimidante, todos parecían osos por lo enorme que eran esos sujetos.
“Vaya monstruos” pensé “¿Por qué los vera tanto?”
Casi todos se fueron retirando hasta que quedamos mis hermanos y yo sentados en la mesilla.
-Anoche estuvo fuerte la cosa, ¿no?.
-Cómo es que no olfateé a los cazadores?
-Andy, ninguno de nosotros lo previno, ninguno percibió sus aromas- señaló Wendy.
-Que persecución- exclamé
-Aun así, ¿cómo es que John no pudo verlo?
-No lo sé, estaba completamente distraído y pues no ví el peligro que nos acechaba- se defendió.
-En ese caso, ¿ya hiciste uso de la clarividencia para ver que tenemos visitantes?- vaciló Andy señalando a un grupo de vampiros que estaban del otro lado de la calle, John al verlos les gruñó con la mirada, parecían divertidos.
-Esto… ¿ahora que querrán?- pregunté fijando mi mirada en ellos.

Alissa me miró con la misma hostilidad de siempre -como si eso me afectara- la miré con indiferencia. Nos levantamos y esperamos a que ellos dieran el primer paso. Susana encabezó la marcha, después de ella les siguieron Alissa, Natalie, Oscar y Lucy e instintivamente arrugamos la nariz, ya su asqueroso aroma dulzón no nos afectaba demasiado, nos estábamos acostumbrando.
-¿Qué es lo que quieren?- preguntó John encabezando nuestro pequeño grupo.
-Que dejen de decir que fuimos nosotros los asesinos- respondió Susana secamente.
-¿Eso como lo supieron?…aún no les hemos acusado directamente- inquirió saber Wendy.
-Alissa estudió la mente del perro- vociferó Lucy orgullosamente dirigiéndome una mirada no muy discreta. Envenené a Alissa mentalmente por eso.
-En ese caso… ¿Por qué habríamos de creer que no fueron ustedes?- gruñó incrédulo Andy.
-¡¡Porque no hemos sido nosotros!!- alzó la voz Alissa.
-Es mejor que moderes ese tono de voz, chupasangre- le apunté con amargura.
-¿Y qué harás si no?- retó el vampiro Oscar.
Suspiré y lo miré con cierto sarcasmo amenazador.
-Podemos demostrártelo ahora mismo si quieres- se adelantó Andy.
-Cálmate, An- lo tomó Wendy.
-Esto es absurdo, Cromwell sabes perfectamente que no hemos sido nosotros- señaló Alissa. Fijé mi vista en Lucy y luego miré a la olivácea vampira. Me percaté de que no era el único que la miraba, todos los demás estudiantes veían la pequeña escena.
-Esto no es algo que hay que discutir aquí- sugerí mirándola con el ceño fruncido, sentía cólera de ira.
-Mejor vallamos al bosque- propuso Andy
-Sería una buena idea- estuvo de acuerdo Oscar mirando a mi hermano amenazantemente.
-Discutamos esto después- tanteó Natalie hablando por primera vez, sus ojos eran negros como el carbón.
-Oh, entiendo- exclamó Susana al verla, pues ella no era la única, Oscar y Lucy también tenían los ojos negros.
-Esto no se quedara así…Cromwell- me amenazó Alissa haciendo énfasis en mi apellido, los cinco dieron media vuelta y comenzaron a alejarse.
-¿A que vino tan absurda conversación?- preguntó Wendy –¡¡Demonios Andy cálmate ya!!- le regañó, este estaba temblando de ira, y podía transformarse delante de todos los espectadores que estaban ahí.
-No lo sé, no encontré sentido a sus palabras- respondió John -La vampira dijo que tú sabias que ellos no habían sido, Ethan.
-Esto…- me encogí de hombros.
-¡Esto es ridículo!- bufó Wendy eufórica.
-Será mejor que vayamos a casa- dijo John. Y sin decir más nos montamos en el coche.


Abrí un poco mis ojos y todavía estaba oscuro, miré la luz verde fluorescente del reloj despertador, marcaba las cinco y cuarenta y tres de la madrugada, seguramente el sol estaba tan grogui como yo que no empezaba a salir, me estiré girando un poco y quedé estampado al piso, haber caído de bruces hizo que me despertara de golpe, suspiré rendido y me levanté a lavarme, así pasarían las horas hasta que amaneciera por completo y viniera Anastasia para ir al muelle.
-Tres muertes seguidas en una sola noche… ¡esto es impresionante!- decía papá mirando el periódico.
-¡¡Eso es terrible Luperth!!- se alarmó Dolly.
-Lo sé…encontraron los cadáveres cerca del muelle, y ni un rastro de los asesinos.
-Claro que ya sabemos quiénes son- cantó Will con una media sonrisa de suficiencia.
-Sinceramente, una muerte limpia.
-¿Qué edad tenían?- preguntó Will.
-Diecisiete años tenían los tres chicos- respondió Luperth releyendo el diario.
-Igual que el chico del bosque.
-¿Qué dice el diario, Luperth?- pregunto Dolly.
-Turistas hallaron muertos cerca del muelle- comenzó a leer Luperth –vieron los cadáveres flotando en las orillas del mar, siendo arrastrados por las olas “Caminaba con mi esposa y mis dos hijos, cuando el pequeño echó a correr creyendo ver una ballena” contaba unos de los turistas “cuando nos acercamos vi que era el cadáver de un muchacho, mi esposa descubrió los otros dos”…Esto ha formado manifestaciones nocturnas por la falta de seguridad que tienen los habitantes de la ciudad de Aberdeen, cuatro homicidios sin un rastro del atacante, los cadáveres poseen la marca de la media luna en sus cuellos. Fueron identificados como Taylor Luhman, Eddie McCollí y Peter Schmitz.
-¿Tendrá algún significado eso?- preguntó Dolly
-¿Qué cosa?
-Que los cuatro chicos tengan la misma edad.
-Pues…de los vampiros se puede esperar muchas cosas, pero, no creo que sus asesinatos tengan significado en la coincidencia de edad- habló papá dejando el café a un lado.
-¿Serán tan ignorantes los ciudadanos para decir ahora que “lobos” merodeaban por la playa?- dijo Will apartando lo que quedaba de su lasaña irritado.

La corneta del auto de Anastasia me apuró y salí de mi habitación como un vendaval.
-¿A dónde vas Ethan?- interrogó Will subiendo las escaleras en el momento que me lanzaba cabeza abajo.
-A caminar con unos amigos- respondí sin mirar atrás, imaginé la cara de asombro de Will en medio de las escaleras –¡¡Adiós, mamá…hasta más tarde papá!!- grité cuando comenzaba a montarme en el auto, ellos levantaron la mano estupefactos en señal de despedida cuando Anastasia pisó el acelerador.
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Editado por Primera vez:
Jueves, 23 de Abril de 2009.
02:40 pm, Venezuela.
Alissa Hawkind.

jueves, 2 de abril de 2009

La Reunión.


Me levanté un poco mareado y me dirigí a la ventana, abrí la cortina y ya se asomaba un tímido sol, miré la ya clara habitación y salí.
-Ethan, hoy será la reunión de licántropos- me recordó Andy cuando salía de su habitación.
-Sí, gracias por recordármelo- lo miré un segundo y ya estaba listo para ir a la secundaria.
-¿Por qué no estás vestido?- me preguntó extrañado –Se te hará tarde.
-No iré
-¿Y eso porque?
-Solo…hoy no tengo ganas de ir
-Como quieras- se encogió de hombros y entró a su habitación que estaba en frente de la mía.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, estaba mi madre preparando el desayuno, entré sigilosamente ya que estaba de espaldas y no quería que me descubriera pero accidentalmente tropecé con el porta cubiertos y tintinearon fuerte al caer, haciendo que mamá pegara un salto.
-¡¡Ethan, me has asustado!!- dijo alarmada, el cuchillo con el que picaba las patatas lo puso en guardia, como un mosquetero.
-¡Lo siento!- dije reteniendo la risa.
-¿Por qué no estás listo?- preguntó.
-Hoy, no tengo muchas ganas de ir a clases- tomé un vaso con jugo de naranja y salí a toda prisa para evitar más preguntas, al llegar a mi cuarto me senté en el escritorio a leer un poco, escuché cuando Wendy, John y Andy se iban. Después de leer algunas reseñas y adelantar algunas tareas, me bañé y me alisté, eran las once y veinte de la mañana, el día no estaba tan mal, así que salí a dar un paseo en el bosque.
Caminé colina arriba, quería llegar a la cima de la montaña, todas las hojas estaban húmedas por la fina neblina que había, me detuve cerca de un riachuelo y me senté en la orilla a tomar un poco de agua y ahí me quede mirando un hilillo de hormigas negras, me daban escalofrió verlas aglomeradas caminando en una sola dirección, a la vez daban un poco de grima, pero era un placer admirar tanto trabajo el que ellas hacen sin descansar, me levanté y me sacudí un poco para continuar mi camino, me metí las mano en los bolsillos y caminé con la vista perdida siempre siguiendo el mismo patrón de mis pasos.
Al llegar me senté sobre unas enormes rocas que daban vista al oeste, había un bosque infinito desde esa vista, lo miraba con tanto agrado, muchas tonalidades verdes invadían mis ojos, era un verdadero placer, encogí mis piernas y las abracé, en mi mente se manifestaban como diapositiva las imágenes de la niña son rostro, la mujer con lágrimas de sangre ¿por que había tenido esos sueños?, y ambos tenían algo en común, y es que eran vampiras, ambas quisieron morderme, y ambas eran hermosas, un enigma, alejé mi mente en otra dirección y ahí estaba ella, Alissa Hawkind, esa prepotente, oh, como deseaba acabar con ella en ese momento, me molestaba no poder meterme en su mente, me molestaba tenerla cerca, me molestaba que estuviera en mi secundaria, su familia y todo lo que tuviera que ver con ellos. Desvié mi mente y aspirando los fríos aromas del bosque llegó uno peculiar, pero muy lejano, ya sabía que era y solté mis piernas para buscar de donde provenían, miré a lo lejos la figura de un humano, estaba tan lejos que no distinguía quien podría ser, pero de algo si estaba seguro, esa persona estaba mirándome fijamente, me dió escalofrío y me levanté para retirarme, ya eran las cinco y cuarenta, el sol calentaba débilmente y esa persona estaba ahí, entre los lejanos arboles, me di la vuelta y caminé colina abajo, tenía que llegar a casa para luego ir a la reunión, el olor fue desapareciendo a medida que me alejaba, era buena señal de que no me estaba siguiendo, caminé mas o menos una hora y al llegar a casa ya se estaban poniendo los abrigos.
-¿Dónde has estado?- preguntó mi padre.
-Daba un paseo…
-Ten, tienes que abrigarte mas- dijo Dolly dándome una chaqueta gruesa, era muy caliente y cómoda cuando me la puse.
-Nos esperan- espetó Luperth abriendo la puerta trasera.
Salimos y caminamos adentrándonos en el bosque, el sol ya estaba oculto y solo había una tenue luz que iluminaba, solo se escuchaban cantar los grillos y uno que otro búho, cuando caminamos al sureste y estuvimos entre los helechos nos convertimos en lobos, corrimos tratando de no hacer ruido, los cazadores podrían oírnos, llegamos a un amplio claro donde habían troncos caídos, ya habían unos cuantos lobos ahí, nos sentamos mientras mi padre se iba con el que parecía ser el jefe de una manada que había a nuestra derecha.
-Hola ¿que tal están?- nos saludó un lobo conocido.
-Hola Michael, estamos bien- saludo Andy adelantándose.
-¿Tu que tal estas?- pregunto Wendy devolviéndole el saludo.
-Oh, no me quejo- dijo Michael.
-¿Tienes rato aquí?- le pregunto John.
-Más o menos, pero no han dicho nada importante, a parte de hablar sobre los recién llegados, los humanos pálidos- dijo algo severo.
-Escuché que hablaban sobre vampiros y quise venir a escuchar- dijo una loba, muy guapa que se acercaba, tenía un pelaje abundante y atractivo para cualquier ojo lobuno, pareció pescar la atención de Will.
-Sí, es un tema del cual se hablara toda la noche, eso lo presiento- comentó Michael inflando su pecho.
-Es por eso que estamos aquí, para hablar de ellos- desinfló Wendy.
-Hmm- Michael frunció el ceño. Wendy solo se rió.
-¿Quién eres?- pregunto Will dirigiéndose a la recién llegada.
-Oh, disculpen por no presentarme, soy Madeleine Darling- habló orgullosamente.
-Nosotros somos los Cromwell, Dolly, Wendy, John, Ethan, Andy y yo soy Will- presentó
-Un placer- dijo efusivamente.
-Igual- acogió gentilmente Dolly.
Todos se colocaron en círculos cuando tres lobos grandes se pusieron en el centro del claro, el jefe era el de mayor tamaño, de abundante pelaje marrón y hocico cuadrado e intimidante por sus colmillos, el otro era un poco más pequeño y su pelaje era rojizo, tenía una oreja caída y una enorme cicatriz en el lomo, señal de haber sido víctima de una riña, el tercer lobo era negro, mi padre…los tres lobos hablaban silenciosamente casi en susurros, y por lo que veía los tres estaban en desacuerdo.
-Bien, el motivo de esta reunión, tiene como objetivo principal la llegada de un aquelarre de vampiros que nos han venido a visitar- comenzó el lobo mayor. Imaginé que en su forma humana era de cabello blanco, anciano y con mirada sabia –Estos vampiros han ocasionado un revuelo en la pequeña ciudad, han cazado en nuestro territorio y es algo que no podemos permitir.
-¿Qué haremos al respecto, mayor Alph?- preguntó un lobo que estaba junto a Michael, supuse que era su padre.
-Les tenemos que dar pelea- habló el seguidor de Alph.
-No podemos hacer eso Jet- espetó mi padre brusco –Pondríamos en peligro toda la…
-Más de lo que nos ha puesto tu hijo, Luperth- interrumpió seseantemente Jet, de la pena me encogí cuando me nombraron y mi padre clavó su mirada en mí.
-Aun así, no debemos tomar riesgos- habló Alph poniéndose en frente de ambos.
-Han asesinado y aun así pretenden que hay que dejarlos ilesos?- vociferó Jet irritado.
-Pues solo debemos tomar precaución del asunto…tenemos que enfrentarlos, tratar de no llevar el tema a la violencia- siguió hablando Alph.
-¿Y si ellos nos atacan a nosotros?- contra preguntó Jet.
-Entonces te echaremos a ti como carnada- sugirió sarcásticamente mi padre.
-Un comentario más y…
-¿Qué pasará con los cazadores?- interrumpió mi madre. Jet la miró con desprecio.
-Estarán al acecho a toda hora- dijo el padre de Michael –Con sus rifles cargados.
-Gracias a los pelos de un lobito gris que encontraron en un mal sitio- comentó Jet dedicándome una mirada ceñuda.
-El solo exploraba la zona- defendió mi padre poniéndose en frente de Jet.
-Pues no debería estar husmeando a altas horas de la noche…
-Vió algo extraño, y tenía que saber que era- dijo Dolly.
-Pues…en ese caso… ¿a quién viste muchacho?- me preguntó con incredulidad.
-Yo pues…
-A vampiros…Jet- respondió Luperth -¿Tu qué crees que vería?
-Oh!
-Basta!...tenemos que estar unidos- retó Alph ceñudo –Iremos a visitar a los bebedores de sangre mañana al anochecer…
Detonaciones ensordecedoras se escucharon varias veces interrumpiendo a Alph, y todo fué en cuestión de segundos, cuando me di cuenta se escuchaban ladridos desesperados en todas direcciones, busqué de prisa a mi familia con la mirada pero no los veía con tanto alboroto, corrí adentrándome al bosque aullando para encontrar a mi familia y entre las rocas ví a un grupo de cuatro personas con rifles en las manos, me devolví y escuché un disparo en mi dirección, me refugié en una pequeña cueva que había entre una colina y esperé a que se fueran, vi pasar un lobo blanco y la seguí, era mi madre.
-¡¡¿Donde están todos?!!- pregunté jadeando.
-¡¡Camino a casa con Luperth…vine por ti!!- respondió mi madre agitada.
Corrimos a casa sin saber si los cazadores nos seguían, cuando llegamos Luperth nos esperaba a unos cuantos metros, al juntarnos entramos sin mirar atrás.
-¡¡Esos malditos cazadores no tenían que habernos atacado de esa manera!!
-Cálmate Will- tranquilizó John mirando por la ventana aún con su forma lobuna.
-No debieron seguirnos…porque no escucho pasos ni veo a nadie- habló Andy
-Será mejor que vallan a descansar- ordenó Luperth mientras subía las escaleras, se notaba lo tenso y enojado que estaba. Los miré a todos jadeando y respirando entrecortadamente, todos obedecimos, y cuando llegué a mi habitación volví a mi forma humana y me acosté en mi cama así como estaba, sin tomarme la molestia de colocarme el pijama para dormir, que mal acto el de los cazadores, y que imprudencia la mía por provocar esto, pensé y pensé, hasta que lentamente mis ojos se fueron cerrando con la imagen de la persona que estaba en el bosque. ¿Quién podría ser?

sábado, 28 de marzo de 2009

La Niña Sin Rostro.



Cuando llegamos a casa vi que aun no llegaban ni mi padre ni mi hermano, era raro por que siempre estaban cuando llegábamos del colegio, fui al refrigerador y tomé un poco de agua, luego tomé un poco de carne cruda para saciar mi hambre, subí a mi habitación a leer un rato, sentí que aporrearon la puerta de mi habitación.

–Adelante- permití, y era Wendy quien se asomaba.
-Ethan, papá ha llegado- avisó y desapareció de mi vista. Bajé respirando hondo y ahí estaba sentado en el sofá de la sala, acababa de llegar del trabajo, todos estaban excepto Will, que aún estaba en la universidad, o tal vez en camino.
-Hijo, tienes que saber algo, pero aún falta…
-¡¡ ¿Como es que un Hawkind esta en mi universidad?!!- entró Will molesto con la nariz roja –Soporté su asqueroso olor durante todo el entrenamiento de ciclismo.
-Quieren invadirnos- dijo Andy ceñudo
-Quieren molestarnos- habló John.
-Hoy estuvo en clases de latín Alissa Hawkind- contó Wendy
-Serán más fácil de vigilar, después de lo sucedido anoche, no cumplieron su promesa- Dijo mi padre severo y con ira en la mirada.
-¿Es sobre el chico asesinado del bosque?- preguntó Will –De eso es lo único que se habló en la universidad, Penélope Sienkiewicz se encargo de decir que había sido un ataque de Lobo- continuó irritado.
-Si, sobre eso- comenzó Luperth –Apareció el hijo del vendedor asesinado anoche en el bosque con una mordida de vampiro, cuando vi el cadáver pálido y la luna en el cuello supe que venían con otras intenciones, aparte de vengarse.
-Padre, anoche…- me detuve en seco, todos me miraron interrogantes.
-Continúa, Ethan- ordeno mi padre.
-Anoche, vi algo entre los arboles…y…y fui a explorar…
-¿Qué hacías despierto a esas horas, y mas en el bosque?- pregunto histérico mi padre, parecía saber ya lo que había hecho pero prefería que yo mismo me delatara – ¿No te das cuenta lo que dicen?..."lobos asesinaron a este chico"
-Lo siento papá…yo…
-Si se llegan a dar cuenta de nuestra existencia, por tu osadía, Ethan…
-Luperth- intervino mi madre –No le hables así, esta asustado… ¿no te das cuenta?
-Dolly, ha puesto en peligro a todos- continuó irritado
-Pero no hice nada, yo solo vi el cuerpo tirado y cuando vi que tenia la mordida en el cuello me alejé- continué tratando de excusarme.
-¡¡PELO DE LOBO GRIS ENCONTRARON EN SU PECHO, ETHAN!!- me gritó
-P-pero yo…yo no hice mas que huir- dije estupefacto mirando su cara de enojo.
-¿Hermano, que viste aparte de eso?- me interrogó Will hablando serenamente con la vista fija en Luperth.
-Pues…vi a una vampira, pero no estoy seguro de…
-¿Leíste su mente?- me preguntó John.
-No pude, no había nada- respondí.
-Alissa…a ella no le pudiste leer sus pensamientos- dijo Andy sentándose erguido
-Eso pienso yo también, pero con ella había otra- dije mirando nervioso la cara de mi padre.
-Esta mas que claro, los Hawkind fueron los atacantes- aseguró Will.
-Ethan solo estuvo en el sitio equivocado, Luperth- me defendió mi madre sentándose a mi lado -Eso…
-Dolly, abre los ojos, y entra en los pensamientos de los humanos, ellos no piensan que halla sido un vampiro, ¡¡Ni saben de su existencia!!…piensan en lobos…¡¡Lobos!!- hablo a punto de perder la calma.
-¿No podremos transformarnos en cuadrúpedos constantemente?- pregunto Andy.
-No, los cazadores estarán a toda hora con sus rifles cargados- respondió Luperth mirándome ceñudo.
-¿Y que haremos ahora?- pregunto Wendy, sintiéndose aliviada de no ser ella la que estuviera en aprietos.
-Tengo que pensarlo, por ahora será mejor que vallan a sus labores…esto se terminó…permiso- se levantó del sofá y lanzándome una ultima mirada salió de la sala, apenado y con las miradas aún encima de mí, me crucé de brazos.
-Vamos Ethan, no tenias que salir de tu habitación anoche- cantó Wendy mirándome ceñuda.
-Al parecer Wendy te ha transmitido parte de su espíritu explorador- dijo Will, lo miré ceñudo, lo mismo hizo Wendy y salí como un vendaval. Subí a mi habitación haciendo sonar cada escalón, una vez en ella cerré la puerta con fuerza para hacer notar donde estaba, en la penumbra me di la vuelta, estaba detrás de mi una mujer pálida con un cabellos ondulados y ojos rojos, tenia unos labios carmesí muy hermosos y lucia un traje negro, su olor se me hizo conocido y me congelé en el mismo momento que la vi a duras penas en la oscuridad.
-Al parecer se ha hecho una revuelta desde que me alimenté de ese insignificante humano- habló esta mujer, con una voz suave y seseante.
-¿Qué buscas aquí?- pregunté desafiante.
-A ti, perro- me confesó
-Y… ¿Para que soy bueno?- vacilé aún mostrándome a punto de atacar si era necesario.
-Para el postre- dijo al momento en que se abalanzaba hacia mí, luchamos un largo rato hasta que golpes en la puerta se escucharon, la vampira me dedicó una maligna sonrisa y desapareció, exhausto me lancé a la puerta para abrirla y era mi madre.
-¿Qué son todos esos ruidos, Ethan?- me preguntó. Sin responder me le fuí encima y la abracé asustado, ella encendió la luz que con tanto relajo había olvidado encender.

–La ventana- masculló.

Cuando la vi estaba completamente abierta, y una fuerte brisa hacía volar la cortina de mi habitación con tanta violencia que pegaba del techo, me solté y la fuí a cerrar, encaré a mamá para…¡¡No se para que!! Si del susto se me había olvidado hasta como me llamaba, me senté en la cama mirando el piso y ella se me acercó.
-Que has hecho enojar a tu padre, eh- comenzó con voz pausada.
-Si, lo sé- hablé indiferente.
-Que hacías ahí, Ethan?- dijo en tono de pregunta sobando mi cabeza.
-Había una sombra en el patio, y sin darme cuenta estaba en el bosque investigando…hasta que encontré el cuerpo de Antoni Euse- empecé aún mirando el piso alfombrado de mi habitación.
-Te creo, y sé que tu padre también, solo que ahora tenemos que cuidarnos…esta algo tenso por la situación- consoló mi madre.
-Lo sé- susurré
-Tu padre hablará con las manadas vecinas mañana al anochecer, y tenemos que ir todos- avisó.
-De acuerdo- dije.
-Vamos, descansa, y recoge tu habitación, normalmente no eres desordenado- dijo asombrada, ojeando mi habitación.
-Si, ya recojo, disculpa- dije sonrojándome por completo, no me quise atrever a decirle sobre la reciente visita. Me besó en la frente y se retiró, me puse a ordenar y ¡¡Vaya desorden!!. Después de recoger me senté a leer, no sin antes cerrar la ventana con seguro, me acosté a descansar y perdiendo la noción del tiempo me quede dormido…

"Estaba en una casa vieja, con tablillas en las ventanas, todo estaba oscuro y los únicos rayos de luz entraban tímidamente entre las rendijas, caminé gritando un nombre, que por primera vez salía de mi boca, no sabía a quién buscaba, subí las escaleras y estas rechinaban amenazando con romperse, llegué a un pasillo de alfombra roja y la seguí, a mi derecha había una puerta entreabierta, éun vistazo pero no había nadie, escuché risitas silenciosas que me pararon los pelos de punta, reuniendo valentía abrí la puerta para ver quien era, y había una niña, de unos catorce o quince años vestida con ropa colonial del siglo dieciocho, muchos faralaos en una falda abombada hasta las rodillas, dos moños en su cabeza y muchos lazos en sus vestidos, había algo peculiar en su persona y era que el cabello cubría su rostro, me acerqué lentamente diciendo su maldito nombre, y con ternura hacia la niña retiré los cabellos, espantado vi que no tenia rostro, parpadeé no sé cuantas veces para que en su rostro aparecieran unos amenazantes dientes ensangrentados, me di la vuelta y corrí saliendo de la habitación, escalera abajo fallé un escalón y caí rodando, al llegar a piso firme miré el rostro de la niña"…desperté sobresaltado empapado de sudor y respirando con dificultad.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Muerte Revelada.



El miércoles estaba algo pesado, no sabía si era por que aún tenía miedo, o por que sabía que explotaría la bomba del chico asesinado en el bosque, miré el reloj y ya se hacia tarde para ir a clases, bajé deprisa y solo di una mordida a mi tostada, me despedí de mamá y me monte en el auto de John, no quería decir lo que había visto hasta los momentos, prefería que estuviéramos todos en casa, llegamos a la Secundaria de Aberdeen y el clima seguía siendo tenue, el sol estaba oculto en alguna parte del cielo, camine a clase de Historia y estaba algo vacio el salón, me senté a esperar a que el resto de los muchachos llegara.
-Buen día, Ethan- me saludo una chica que llegaba con unos cuantos libros en la mano.
-Ni tan buenos- respondí hundiendo mi barbilla entre mis brazos cruzados en la mesa.
-¿Qué?- me pregunto confundida.
-No me hagas caso…son tonterías- le mentí.

-Seguro- dijo aun desconfiada –Esta mañana mi padre estaba algo alarmado, al parecer paso algo anoche.
-¿Qué?- pregunte nervioso, mirando como se sentaba en la mesa de al lado, sentí un repentino escalofrío.
-Deberías mirar tu cara, Ethan- dijo mirándome curiosa, trate de disimular y mire hacia la pizarra.

–Bueno, te entiendo, la misma cara puse cuando mi papá leía el diario.
-¿Pero que vieron, Rebeca?- pregunte insistente.
-Pues solo escuche que vieron a un chico muerto…vaya…pero como tenia prisa por venir, no preste mucha atención- terminó diciéndome encogiéndose de hombros, yo la miraba inquieto pero al notar que ella me miraba como asustada volví la vista a la pizarra.


El salón se fue llenando y luego entro la Sra. Baldini, una clase totalmente aburrida, debo admitir que mis pensamientos se enfocaban en otros incidentes que la guerra de Troya. Sonó el timbre y me dirigí a la cafetería, ahí estaban Andy, Wendy y Michael, me pregunté donde estaría John, y cuando lo busque lo vi solo en una mesa junto con una chica que reconocí al instante, sorprendido me senté para hablar de cualquier cosa que no tuviera que ver con el asesinato, y menos mal la conversación no tomaba ese rumbo, hasta que…
-¡¿Han leído el diario esta mañana?!- pregunto Zaray excitada y venía con compañía.
-Lo del incidente del bosque- respondió Michael esperanzado de acertar la respuesta.
-Pues si- premió Zaray, me saludo con un abrazo al sentarse y nos miró a Wendy, Andy y a mí esperando a que le preguntáramos que había pasado, de mi parte no tendría pregunta, quería hacerme el loco con respecto al tema, pero Wendy tuvo la osadía de preguntar. Sinceramente en ese momento deseé que fuera muda.
-Pues al parecer lo encontraron desmembrado- respondió Zaray.
-Que asco, pobre chico- habló la amiga de Zaray.
-Pero como desmembrado, mi papá ha dicho que vio el cadáver del chico, y en su cuello tenia la marca de una mordida- resoplo Michael.
-¿Mordida?- repitió Andy mirándonos a Wendy y a mí tenuemente.
-Si, mordida- puntualicé sin darme cuenta de que había hablado. En seguida las miradas se giraron a mí como flechas, solo pude desear que me tragara la tierra.
-¿Cómo aseguras que fue una mordida, Ethan?- me preguntó Wendy mirándome estupefacta pero con un poco de insultante incredulidad.
-Pues…p-por que me lo han dicho en Historia- mentí mirándolos a todos suplicante.
-Bueno, la verdad es que es extraño que un animal pueda morder de la forma en la que mordieron al chico- habló de nuevo la amiga de Zaray.
-Y que forma tenía?- preguntó Michael.
-Era como una especie de media luna- respondió la chica –Es extraño, solo un lobo podría morder de esa forma. Cuando dijo la palabra proveniente del Licántropo se me erizaron los pelos.
-¿Por que dices que pudo haber sido un lobo?- pregunto Michael sintiéndose insultado, Andy pisó su pie cuando notó la mirada intrigada de Zaray.
-Pues porque es lo que dicen en los diarios- respondió.
-Y los que vieron al cadáver- apoyó Zaray.
-¿Y con todo esto, a quién asesinaron?- preguntó Wendy.
-A Antoni Euse- respondió la amiga. Euse, ese apellido me sonaba, ¡Claro! Era el hijo del señor que atendía en una pequeña lunchería de la ciudad, había visto al chico unas cuantas veces en bicicleta entregando paquetes, pero ¿Cómo no lo reconocí al verlo tirado?
-Ethan estás algo nervioso- dijo Zaray al mirarme.
-¿Eh?- vacilé –Oh, no es nada, es solo que no desayune y estoy algo tenso, disculpen- mentí.
-Bueno…Laure tenemos que irnos, o llegaremos tarde a clases de Química- apuro Zaray a su amiga.
-Si, seguro- se levantó –Un placer conocerlos- sonrió y se alejó con Zaray.
-Esa muerte jamás pudo haber sido ocasionada por un lobo- hablo Michael irritado y hablando por lo bajo.
-Lo sabemos, ninguno de nosotros come humanos- apoyó Andy.
-Y es extraño, como pueden ser tan ignorantes los ciudadanos, si un lobo hubiera matado a ese chico, lo encontrarían en pedazos y con más de una mordida- comento Wendy.
-¡Exacto!- aseguró Michael –Nosotros no…
-Bueno, será mejor que vallamos a clases, Wen- interrumpí para que cortaran el tema, y la suerte estuvo de mi lado, por que justo cuando presentía que me iban a preguntar algo sonó el timbre, nos levantamos y nos dirigimos a nuestras respectivas clases, Andy y Michael se fueron a trigonometría y Wendy y yo teníamos clases de latín.
-Ethan, noté lo tenso que estabas en el comedor- comenzó a sonar la voz de Wendy en mis oídos mientras caminábamos hacia el salón.
-No me fijé- corté
-Sabes lo que está pasando, verdad?- continuó
-No…no diré nada hasta que no lleguemos a casa, Wen- corté de nuevo, esta vez con un tono de voz malhumorado.
-Bien- se convenció Wendy entrando al salón, me senté en mi puesto y Wendy un puesto mas atrás, me puse a leer un cartel pequeño que estaba cerca de un perchero y sentí un ardor fuerte en mi nariz, mire a Wendy inquieto y ella se llevo con brutalidad una mano a la nariz, su mirada era interrogatoria, pero yo no me explicaba que hacían en la secundaria y también le pedía una explicación, cuando era mas insoportable el olor me giré bruscamente y mire la puerta fijamente, ahí estaba, parada como si deseaba llamar la atención, el peor enemigo del lobo, la miré fijamente con ira y ella se percató de mi mirada, le dio una pequeña lista de asistencia al Sr. Alighieri con una sonrisa petulante y odiosa, después de que el profesor le firmo la nota se sentó en la ultima fila pasando a un lado de mi mesa, la seguí con la mirada y Wendy también la veía, aturdido mire al frente para ver la clase, pero en ningún momento logre concentrarme, se me vino a la mente la imagen de Antoni muerto y la mordida en su cuello, los Hawkind eran unos forasteros mentirosos, rompieron su palabra de no cazar en nuestra zona, pero era confuso, ¿por que el olor no me había afectado tan fuerte como ahora?, no estaba seguro, y la mejor solución era meterme en sus pensamientos, pero estaba muy lejos, y se me haría difícil. La clase terminó y Wendy salió sin esperarme, yo eche un último vistazo al puesto donde se encontraba la vampira y esta me veía con petulancia, Salí del salón preguntándome que hacia Alissa Hawkind en mi secundaria, como no fuera peor la soportaría ahora en clase de latín.


Me dirigí a clase de gimnasia, y me cambié en los vestidores, tomé mi raqueta de tenis y salí para jugar.
-Hola, Ethan- me saludó Anastasia
-Hola Ana, que tal estás?- saludé efusivamente.
-Muy bien, aunque algo alarmada con lo del…
-Por favor no lo digas, ese ha sido el tema tabú del día- interrumpí tratando de no sonar mal educado. Ella no insistió más.
-Ariadna me ha dicho que irás este sábado al muelle- dijo sonriendo.
-Oh, si, lo había olvidado…si, si iré- hablé tranquilo.
-Estupendo- se alegró, el entrenamiento empezó y lleve más pelotazos que punto de pirámide de botellines en feria, bochornoso salí cuando terminó la clase, y me dirigí hacia la salida, me monté en el coche de John y miré por la ventanilla, estaba saliendo Alissa y el resto de sus hermanos, pero faltaba uno, comencé a sentir cólera de ira y sin darme cuenta ya estábamos saliendo del estacionamiento, aún no le decía nada de lo que había visto, pero Wendy pareció alarmar a John y a Andy, porque ocasionalmente me lanzaban miradas llenas de preguntas.

lunes, 23 de marzo de 2009

La Media Luna del Cuello.



-¿Y bien, Ethan, que averiguaste?-pregunto mi padre. Le conté las pequeñas cosas que leí en la mente de algunos de ellos, cosas sin importancia, aunque solo una pensaba en humanos, no decía en si cual era su objetivo pero si tenía que ver con su sangre, los demás solo guardaban cada palabra que decía Luperth y luna.
-¿Que pensaba la vampira Luna?- pregunto mi madre.
-Solo tenía en su mente lo ocurrido hace doce años, una riña entre un tal Logan y…
-¿Crees que tomarán venganza por lo de ese vampiro llamado Logan?-preguntó Will. Lo mire por un segundo por no dejarme terminar lo que decía.
-No lo creo, no había hostilidad de su parte, de la única era de esa vampira, Alissa creo que se llama-respondió John a la pregunta de Will.
-Luna, en un momento le dijo, que era mejor tenernos de amigos- recordé.
-Les conviene- dijo Luperth ceñudo.
-¿Que supiste de ella, Ethan?- me pregunto Will.
-Nada, no pude leer su mente- respondí decepcionado y pensativo.
-¿Como que no pudiste leer su mente?- preguntó Dolly, incrédula, la mire buscando las palabras exactas para explicarlo.
-Ella no me lo permitió…se dio cuenta de lo que iba a hacer y bloqueó su mente, creo que ella también tiene una habilidad, sólo que no sé cuál es…no…no me explico aun como funciona- conteste sumido en mis pensamientos ¿Qué ocultaba ella que no dejo que leyera sus pensamientos?
-¿Así que los vampiros también tienen habilidades? ...interesante- hablo papá después de largo rato.
-Eso parece.
-¿Y los demás tienen habilidades?-preguntó Dolly.
-No lo sé…Solo pude leer sus mentes, mas ninguno pensaba en sus dones, así que…- me encogí de hombros.
-Muy bien, debemos estar preparados. Puede que estos sean unos vampiros amigables…
Will resopló, John revoleó los ojos, Andy, que no había hablado hasta los momentos alzó las cejas en un gesto de incredulidad, Wendy solo permaneció callada en su sitio ceñuda y yo me encogí de hombros.
-…pero a pesar de eso, tenemos que estar alertas, sobre todo con esta vampira, Alissa…mas alertas tenemos que estar, ya que Ethan no pudo leer su mente, ok?-dijo Luperth mirando a cada uno seriamente.

Después de la pequeña charla de información me fui a mi habitación, ya eran las nueve de la noche y aun no hacia mis deberes, abrí la ventana para que entrara algo de fresco, pero termine tiritando cuando al abrirla me abrazó la neblina sin siquiera pedirlo, vi hacia el cielo y solo se vio la silueta de una luna creciente, la sabana que podía arroparla estaba abajo, así que el cielo estaba despejado y dejaba una desnuda vista negra, sonreí cuando al soplar de mi boca salía humo blanco, y sin distraerme mas me senté en el escritorio, saque cuaderno y lápiz para comenzar la tarea, tome unas cuantas notas y luego me senté en la ventana para disfrutar del frio, sabia que pescaría un resfriado, mamá Dolly me lo decía constantemente, aun así no podía evitarlo, vi el cielo carente de estrellas y sin querer recordar imágenes de mi pesadilla comenzaron a aparecer sin desearlo, sentí un pánico repentino y cerré mis ojos para evitarlo, pero no funcionaba, con mis parpados cerrados veía nítidamente las lagrimas rojas de la hermosa mujer, los abrí impactado y ahí estaba Dolly muy cerca de mi ocupando el lugar de la vampira, de un brinco casi me caigo de la ventana y un grito hizo que ella brincara.
-¡¡Madre me has asustado!!- dije alarmado, mi corazón golpeaba fuerte.
-¿Que ha sido eso, Ethan?- me interrogo estupefacta.
-No es nada, solo…solo me tomaste desprevenido- dije totalmente con la voz quebrada.
-Mírate hijo…estas pálido, te vez igual que un…
-No lo digas…se oye repugnante sin decirlo- interrumpí con una sonrisa curva.
-Bueno, vine a desearte buenas noches hijo- dijo al momento que me daba un beso en la frente y se levantaba para cerrar la ventana –Oh, Ethan, cuando aprenderás a no abrir la ventana de noche, esta neblina por inofensiva que sea puede provocarte pulmonía.
-Lo siento- la abrase y me acosté mirando como salía de mi habitación.

No podía dormir, era ya casi media noche, tenia miedo de ver la imagen de la pálida mujer, así que me senté, tome un libro para leer y entretenerme así, tal vez me daría sueño y terminaría dormido, leía y leía pero no lo conseguía, me levante de la cama y me dirigí hacia la ventana, la abrí y una fuerte brisa entro acompañada de neblina, parecía haberme extrañado, me senté y vi en el patio trasero los negros arboles frondosos. Pasaron tres cosas a la vez sin darme cuenta hasta que tuve uso de razón, primero vi una sombra entre los alejados arboles, segundo un aroma peculiar invadió mi nariz pero no tan fuerte como creía y tercero ya estaba convirtiéndome en lobo para seguir a esa persona. Cada vez estaba mas lejos y yo desorientado, la neblina me cegaba todo, se colaba entre los arboles de tal forma que no dejaba vista alguna, olfateé para buscar una pista pero un grito me saco de mi tarea, me encogí y pare mis orejas, como antena parabólica la puse a funcionar, otro grito desesperado me hizo reaccionar y corrí para ver que pasaba, todo un bosque negro, yo solo, y un intruso al acecho, llegue hasta unos helechos y camine olfateando, enseguida un olor que me mareaba hizo que imaginara lo que había pasado, ese olor a oxido salado que caracterizaba tanto al fluido escarlata, sentí asco pero aun así prefería llegar hasta el final, camine en círculos haciéndose cada vez mas fuerte el olfato y al pisar algo suave pero a la vez duro me di cuenta de lo que había encontrado, era una mano, fijando y esforzando la vista entre la oscuridad y la neblina vi el brazo, luego el cuerpo entero, estaba sin camisa y sin zapatos, estaba rasgado con delicadeza el cuerpo del muchacho joven que estaba en frente de mi, le calcule diecisiete años, me acerque y con mi pata derecha moví su cabeza, había una media luna en su cuello y sus ojos estaban en blanco, me eché hacia atrás y horrorizado me viré para correr, los vampiros no habían cumplido su promesa de no atacar humanos en esta zona.
Me acercaba cada vez mas hacia lo que conocía la luz de mi habitación, pero algo, mejor dicho, alguien jalo de mi cola, y cuando me di cuenta estaba en lo más profundo del bosque, tardé un segundo para darme cuenta de que el olor no me quemaba la nariz, y me transforme como si eso sirviera de algo en un humano, alguien tomo mi cuello y me llevo acorralado a un árbol, era una mano helada la que me sujetaba “¿quien eres?” pregunte, no me respondió, quise leer su mente, pero no podía, no había nada, “¿Que quieres de mi?” volví a preguntar, pero una risa invadió mis oídos, sentí un frio aliento acercarse a mi cuello, no entendía nada
-Que clase de vampi…
-Hueles tan apetitoso, perro maldito- siseo una voz seductora, sentí escalofríos
-No juegues con la comida- dijo una voz cantarina, la diversión estaba entre cada palabra. No entendía nada, como es que una vampira olía tan exquisitamente, no inquietaba mi olfato, y como es que yo, un lobo, podía serle de su agrado.
-No entiendo lo que pasa, quienes son ustedes, por que asesinaron a ese chico- confundido estaba, luche por alejarla pero parecía poder mas que yo, me estaba dejando sin respiración, intente leer la mente de la otra vampira pero tampoco pude hacerlo.
-No tienes que saber quienes somos- rio sutilmente, sentí una humedad en mi cuello que me arrastraba a una especie de trance y al fuerte deseo de ser mordido, interrumpiendo escuche voces, estas se alarmaron y los tres vimos antorchas que se acercaban por todos lados, de seguro averiguaban cuales eran esos gritos, y al darse cuenta del cadáver se alborotarían. Aproveche el momento y me solté de la vampira anónima que me sujetaba, corrí todo lo que pude hasta que recordé que con cuatro patas era mas veloz, me convertí en lobo y acelere hasta llegar por fin a mi habitación donde tome forma humana, cerré la ventana esperando a que no me hubiera seguido…quienes eran esas dos bebedoras de sangre, por que habían dicho que era comida, se suponía que un vampiro no soporta el olor de los licántropos, estaba en muchas incógnitas, pero aun así envuelto en pánico.