lunes, 20 de abril de 2009

Muertes sin rastro.


Faltaban cuatro horas para salir de la secundaria, la clase de francés pasaba lento, era algo que me torturaba, tomaba notas de las cosas que interesaban y se escuchaban a los alumnos participando en clases, más que todo había una chica que interrumpía a todo momento, prácticamente era la que daba la clase.

En gimnasia, la clase no estuvo tan mal, se estaba aprendiendo a jugar básquet, un juego en el que veía a Will o a Andy disfrutarlo, sinceramente a mí no me gustaba ese deporte, Anastasia tenía talento, se movía con tal gracia al jugar que intimidaba competir contra ella.

Cuando salí por fin, Andy y Michael discutían algo referente a una de sus canciones en el estacionamiento, al parecer no sonaba muy bien el órgano en una estrofa, mas retirados estaban en un pequeño grupo Zaray, Wendy, John y Laure. A esta última la reconocí, era la que daba la clase de francés.
-Ethan!! Ven, únete- llamó Zaray haciendo señas con su brazo derecho.
-¿Hola, que hay?- pregunté al sentarme junto a ellos.
-Contamos novedades- apremió Laure con una sonrisota.
-¿Novedades?
-Sí, nos cuentan que anoche unos cazadores encontraron a un aquelarre de lobos salvajes- respondió Wendy con algo de ironía en la voz.
-¿Vaya…y que tal estuvo eso?- ¡fatal!, pudimos haber salido muertos todos, me respondí – Ha de haber sido peligroso.
-Pues no, ellos dicen que los lobos escaparon tomando caminos diferentes y no atacaron a nadie- cabeceó Zaray de un lado a otro.
-Oh…

Duramos rato sentados hablando de cosas no muy importantes, más tarde se unieron Michael y Andy, ya se habían puesto de acuerdo referente al tema de su música, John bromeaba sobre leyendas urbanas y Wendy estuvo casi todo el tiempo distraída y con la vista perdida, traté de buscar la dirección de su mirada pero no veía si no un grupo de chicos reunidos que se pasaban unos utensilios para campin, probablemente planeaban irse de excursión, tenían un aspecto intimidante, todos parecían osos por lo enorme que eran esos sujetos.
“Vaya monstruos” pensé “¿Por qué los vera tanto?”
Casi todos se fueron retirando hasta que quedamos mis hermanos y yo sentados en la mesilla.
-Anoche estuvo fuerte la cosa, ¿no?.
-Cómo es que no olfateé a los cazadores?
-Andy, ninguno de nosotros lo previno, ninguno percibió sus aromas- señaló Wendy.
-Que persecución- exclamé
-Aun así, ¿cómo es que John no pudo verlo?
-No lo sé, estaba completamente distraído y pues no ví el peligro que nos acechaba- se defendió.
-En ese caso, ¿ya hiciste uso de la clarividencia para ver que tenemos visitantes?- vaciló Andy señalando a un grupo de vampiros que estaban del otro lado de la calle, John al verlos les gruñó con la mirada, parecían divertidos.
-Esto… ¿ahora que querrán?- pregunté fijando mi mirada en ellos.

Alissa me miró con la misma hostilidad de siempre -como si eso me afectara- la miré con indiferencia. Nos levantamos y esperamos a que ellos dieran el primer paso. Susana encabezó la marcha, después de ella les siguieron Alissa, Natalie, Oscar y Lucy e instintivamente arrugamos la nariz, ya su asqueroso aroma dulzón no nos afectaba demasiado, nos estábamos acostumbrando.
-¿Qué es lo que quieren?- preguntó John encabezando nuestro pequeño grupo.
-Que dejen de decir que fuimos nosotros los asesinos- respondió Susana secamente.
-¿Eso como lo supieron?…aún no les hemos acusado directamente- inquirió saber Wendy.
-Alissa estudió la mente del perro- vociferó Lucy orgullosamente dirigiéndome una mirada no muy discreta. Envenené a Alissa mentalmente por eso.
-En ese caso… ¿Por qué habríamos de creer que no fueron ustedes?- gruñó incrédulo Andy.
-¡¡Porque no hemos sido nosotros!!- alzó la voz Alissa.
-Es mejor que moderes ese tono de voz, chupasangre- le apunté con amargura.
-¿Y qué harás si no?- retó el vampiro Oscar.
Suspiré y lo miré con cierto sarcasmo amenazador.
-Podemos demostrártelo ahora mismo si quieres- se adelantó Andy.
-Cálmate, An- lo tomó Wendy.
-Esto es absurdo, Cromwell sabes perfectamente que no hemos sido nosotros- señaló Alissa. Fijé mi vista en Lucy y luego miré a la olivácea vampira. Me percaté de que no era el único que la miraba, todos los demás estudiantes veían la pequeña escena.
-Esto no es algo que hay que discutir aquí- sugerí mirándola con el ceño fruncido, sentía cólera de ira.
-Mejor vallamos al bosque- propuso Andy
-Sería una buena idea- estuvo de acuerdo Oscar mirando a mi hermano amenazantemente.
-Discutamos esto después- tanteó Natalie hablando por primera vez, sus ojos eran negros como el carbón.
-Oh, entiendo- exclamó Susana al verla, pues ella no era la única, Oscar y Lucy también tenían los ojos negros.
-Esto no se quedara así…Cromwell- me amenazó Alissa haciendo énfasis en mi apellido, los cinco dieron media vuelta y comenzaron a alejarse.
-¿A que vino tan absurda conversación?- preguntó Wendy –¡¡Demonios Andy cálmate ya!!- le regañó, este estaba temblando de ira, y podía transformarse delante de todos los espectadores que estaban ahí.
-No lo sé, no encontré sentido a sus palabras- respondió John -La vampira dijo que tú sabias que ellos no habían sido, Ethan.
-Esto…- me encogí de hombros.
-¡Esto es ridículo!- bufó Wendy eufórica.
-Será mejor que vayamos a casa- dijo John. Y sin decir más nos montamos en el coche.


Abrí un poco mis ojos y todavía estaba oscuro, miré la luz verde fluorescente del reloj despertador, marcaba las cinco y cuarenta y tres de la madrugada, seguramente el sol estaba tan grogui como yo que no empezaba a salir, me estiré girando un poco y quedé estampado al piso, haber caído de bruces hizo que me despertara de golpe, suspiré rendido y me levanté a lavarme, así pasarían las horas hasta que amaneciera por completo y viniera Anastasia para ir al muelle.
-Tres muertes seguidas en una sola noche… ¡esto es impresionante!- decía papá mirando el periódico.
-¡¡Eso es terrible Luperth!!- se alarmó Dolly.
-Lo sé…encontraron los cadáveres cerca del muelle, y ni un rastro de los asesinos.
-Claro que ya sabemos quiénes son- cantó Will con una media sonrisa de suficiencia.
-Sinceramente, una muerte limpia.
-¿Qué edad tenían?- preguntó Will.
-Diecisiete años tenían los tres chicos- respondió Luperth releyendo el diario.
-Igual que el chico del bosque.
-¿Qué dice el diario, Luperth?- pregunto Dolly.
-Turistas hallaron muertos cerca del muelle- comenzó a leer Luperth –vieron los cadáveres flotando en las orillas del mar, siendo arrastrados por las olas “Caminaba con mi esposa y mis dos hijos, cuando el pequeño echó a correr creyendo ver una ballena” contaba unos de los turistas “cuando nos acercamos vi que era el cadáver de un muchacho, mi esposa descubrió los otros dos”…Esto ha formado manifestaciones nocturnas por la falta de seguridad que tienen los habitantes de la ciudad de Aberdeen, cuatro homicidios sin un rastro del atacante, los cadáveres poseen la marca de la media luna en sus cuellos. Fueron identificados como Taylor Luhman, Eddie McCollí y Peter Schmitz.
-¿Tendrá algún significado eso?- preguntó Dolly
-¿Qué cosa?
-Que los cuatro chicos tengan la misma edad.
-Pues…de los vampiros se puede esperar muchas cosas, pero, no creo que sus asesinatos tengan significado en la coincidencia de edad- habló papá dejando el café a un lado.
-¿Serán tan ignorantes los ciudadanos para decir ahora que “lobos” merodeaban por la playa?- dijo Will apartando lo que quedaba de su lasaña irritado.

La corneta del auto de Anastasia me apuró y salí de mi habitación como un vendaval.
-¿A dónde vas Ethan?- interrogó Will subiendo las escaleras en el momento que me lanzaba cabeza abajo.
-A caminar con unos amigos- respondí sin mirar atrás, imaginé la cara de asombro de Will en medio de las escaleras –¡¡Adiós, mamá…hasta más tarde papá!!- grité cuando comenzaba a montarme en el auto, ellos levantaron la mano estupefactos en señal de despedida cuando Anastasia pisó el acelerador.
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Editado por Primera vez:
Jueves, 23 de Abril de 2009.
02:40 pm, Venezuela.
Alissa Hawkind.

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