
Estábamos listos, dispuestos a buscar a los portadores de tan insoportable aroma, nos adentramos en el bosque desde el patio trasero de la casa.
-Recuerden mantener la calma- hablo mi padre al acercarnos a unos helechos que daban sin exagerar un metro de altura, todos asentimos esperando un plan.
-Esto será sencillo, Ethan, tu trata de leer sus mentes cuando los tengamos cerca- hice una señal de “Si” con mi cabeza –El resto solo sígame la corriente, ¿okey?
-¿Y si ellos muestran señal de ataque?- preguntó Will.
-Entonces nos defenderemos- aseguró Luperth.
-Esto será divertido- dijo en un juego Andy.
-Wendy, tu permanecerás todo el tiempo detrás de John, ¿de acuerdo?- Luperth miro a Wendy con severidad en el rostro, ella solo pudo asentir y resignarse a visitar a los recién llegados.
Cuando estuvimos ocultos muy adentrados entre los arboles todos cambiamos de forma humana a cuadrúpeda, Luperth con un gruñido se transformó en un lobo negro, Dolly en una loba blanca, Will en un salto se transformo en un lobo dorado, John pasando entre los helechos se convirtió en un lobo de pelaje color caramelo, Wendy se transformo en una loba de pelaje canela, Andy entre unas rocas se convirtió en un lobo marrón y yo tímidamente entre los arboles me convertí en el depredador que yace dentro de mi, un lobo plateado. Corrimos a toda velocidad siguiendo la dirección del olor, saltando agraciadamente de lado a lado, presumiendo nuestra forma lobuna, queriendo provocar envidia a los insignificantes animales que dejábamos atrás, llegamos a una no muy grande colina, y abajo había lo que parecía ser un patio trasero, ya el aroma era fuerte, sentía que mi nariz convertida ahora en hocico se quemaba por dentro, retrocedimos un poco para repasar nuestro plan, “Recuerden lo que tenemos que hacer, ya en estos momentos deben saber que estamos aquí” vociferó mi padre, “Ethan, ya sabes tú objetivo” asentí de nuevo sin decir una sola palabra. Volvimos a mirar la zona y ya no estaba sola, habían siete humanos, dos mujeres pálidas al igual que un chico alto que estaba en ese pequeño grupo, el resto tenían un color de piel oliváceo debajo de su palidez, tres mujeres y un chico fornido como el otro, miraban la colina, sabían que estábamos ahí, y por la forma que nos miraban parecía no agradarles nuestra visita, “será mejor que tomemos su misma apariencia, así sabrán que venimos en son de paz” aseguro mi padre.
Volvimos a tomar nuestra forma humana y caminamos sin un rastro de temor, vi como los “humanos” arrugaban la nariz mientras nos acercábamos, nosotros también hicimos expresión despreciativa al acercarnos más o menos a un metro de distancia, John se tapó la nariz de manera insultante, Andy dejo escapar una risa petulante y Wendy y yo los miramos de reojo divertido, Luperth nos miro serio y volvimos a mirar a los intrusos, quienes nos veían con el mas grato desprecio. La que parecía la líder del aquelarre dio un paso al frente, no se podía negar su hermosura, era tan blanca, casi deslumbrante, su piel iluminaba mas que el sol y sus labios carmesí se abrieron para decir…
-Buenas tardes, déjenme presentarme, soy Luna Hawkind y esta es mi familia: Susana, Oscar, Natalie, Lucy, Nathan y Alissa- movió su brazo señalando a cada uno de los integrantes mientras los nombraba.
-Yo soy Luperth Cromwell y ellos son mi familia: Dolly, Will, John, Andy, Wendy e Ethan. – Nos presentaba papá –No quisiera ser grosero pero, ¿por cuánto tiempo piensan quedarse?
-Aun no lo sabemos, creo que por un largo tiempo- respondió la mujer llamada Luna, con una voz hostil.
-Bueno, ya que es así, deben saber que esta no es zona de caza, por lo tanto deben tener cuidado con su menú- advirtió Luperth sonando igual de hostil.
-¿Están claras las reglas?- pregunto Andy cruzado de brazos para hacerse notar.
-Sí, sí, no morder ni matar a ningún humano cerca de esta zona porque sino los pondríamos en compromiso, nos atacarán y bla, bla, bla – dijo una chica de piel olivácea con anteojos llamada Susana, John y Will dejaron salir un pequeño gruñido. Yo aprovechaba cada palabra y segundo sin decir una sola palabra, para estudiar sus pensamientos, cada palabra que decían en sus fríos cerebros se lo informaba a mi familia, cuando estuve a punto de leer la mente de la vampira llamada Alissa ¡¡quede sorprendido!!
“Ni se te ocurra leer mi mente, estúpido perro”.
“Que… ¿cómo? ¿Como supiste…?”, yo la mire por un momento y ella me dirigía una mirada hostil mientras yo la miraba con incredulidad.
“Pues porque también leo tu mente, so bobo”.
“Pero como…”
“Mira, no tengo porque explicártelo, además no quiero hacerlo, solo no te metas en mi mente”, me gruñó y quien supuse era su madre, Luna, le dirigió una mirada de advertencia al ver que Luperth clavaba los ojos en Alissa.
-Alissa…- dijo su madre mirándola con atención, ella resopló y miró a mi padre atentamente, abrió los ojos como platos y en un instante trató de abalanzarse sobre él, los vampiros Nathan y Didel la detuvieron.
-¿Alissa, que te pasa?- dijo Nathan tomándola por un brazo.
-¡ES EL!- gritó ella, tratando de zafarse del agarre de sus hermanos.-¿¿Que no lo reconocen?? ¡¡ES EL MALDITO QUE ASESINO A NUESTRO PADRE!!- yo la mire e hice un intento por mostrarme defensivo. Todos los vampiros se tensaron, y miraron a mi padre, esperando una explicación a la acusación de la buchona Alissa, pero nosotros también miramos a Luperth expectantemente esperando una respuesta.
-¿Es eso verdad?... ¿Fuiste tu el asesino de Logan?-preguntó la pálida Luna, fríamente.
-Tuve que hacerlo. El estuvo a punto de atacar a mi hija Wendy…- trono mi padre mirándola con el ahora desprecio en sus ojos.
-¡Fue lógico que la atacara!- interrumpió Alissa hablando fuerte y claro -Ella estaba en SU territorio, ella no debía estar allí. ¡Fue SU culpa!-terminó de decir señalando a mi hermana Wendy. Clave mis ojos en Alissa fulminándola con la mirada y esta hizo lo mismo.
-Alissa- dijo Luna - Cálmate- y mirándola a los ojos le dijo “Es mejor tenerlos de amigos que de enemigos, recuerda eso”, claramente paso por mi mente, sin que esa vampira se diera cuenta, solo lo noto Alissa sin darle importancia.
-Será mejor que no la soltemos- dijo Nathan a Oscar -Solo por si acaso.
-Sí, no vaya a ser que se vuelva loca- sonrió el segundo vampiro, y Alissa resoplo sin encontrarle el punto chistoso al comentario.
La mujer llamada Luna aún estaba rígida en su sitio, mirando a Luperth inexpresivamente, el le devolvía la mirada mientras mi madre, Dolly, se sentía incomoda ante lo que pasaba. Yo mire a Luna y trate de leer su mente.
-Ni se te ocurra hacer eso, lobo.-dijo Alissa, mirándome. Los demás la miraban con expresión interrogativa en sus rostros perfectos.
-Mi nombre es Ethan, pero es mucho nombre para que lo pronuncies, ¿te cuesta tanto que te diriges a mi como…lobo?- repliqué orgullosamente.
-No me interesa como te llames, perro, solo deja de hacer lo que estas haciendo porque te las veras conmigo- y sorpresivamente me sonrió, dejando a la vista sus blancos y delineados dientes. La deteste en ese momento y por mi mente pasaron millones de insultos que sabia ella leería.
-¿Crees que te tengo miedo, vampira?- le pregunte, sonriendo también, pensé en atacarle pero me contuve.
-Vamos, atrévete lobo. Nunca podrás conmigo-dijo burlonamente, con una cantarina voz que era estridente en mis oídos.
-Estoy ansioso.-le mire.
-¡Ethan!- bramo mi padre severamente.-No queremos enfrentamientos, ¿cierto Dolly?
-Cierto. Ethan, hijo, por favor ya basta- escuche la voz de mi madre por primera vez y me tranquilice, aun así miraba a la vampira con odio.
-Alissa, ya sabes lo que te he dicho. No seas tan hostil- hablo Luna, con una mirada de advertencia.
-Sí, madre- contesto Alissa, mientras sus ojos se oscurecían un poco. Me pareció extraño, pero no quise hacerle creer que me importaba.
-Madre, ¿te importaría si nos llevamos a Alissa de caza?- pidió Nathan, dándose cuenta de lo oscuro de los ojos de Alissa y sintiendo un poco de hambre el también.
-No, vayan, después de todo ha sido un largo viaje.
-Recuerden, nada de cazar…
-Sí, ya sabemos, nada de cazar ni matar humanos en esta zona- dijo Natalie hablando por primera vez, con voz hastiada. Wendy la miro recelosa y ceñuda.
-Vamos Natalie, Susana y Lucy, vamos a cazar.
Alissa me miro por última vez antes de voltearse y correr rápidamente seguida de sus hermanos. Yo también la mire ceñudo, cuidando de no leerle la mente, quería evitarme tener problemas con el aquelarre de vampiros y mi familia.
-Ya están advertidos- recordó mi padre por ultima vez.
-Considéranos advertidos, Luperth. Aunque no tienen nada de que preocuparse- dijo Luna, inexpresivamente.
-Muy bien, eso espero. Familia, vámonos. Estaremos vigilándolos, vampira.
-Seremos cuidadosos- fueron las ultimas palabras de la blanquecina mujer, mi padre dio media vuelta y todos lo imitamos, nos adentramos en el bosque y para ser mas veloces nos transformamos en cuadrúpedos feroces.
-Recuerden mantener la calma- hablo mi padre al acercarnos a unos helechos que daban sin exagerar un metro de altura, todos asentimos esperando un plan.
-Esto será sencillo, Ethan, tu trata de leer sus mentes cuando los tengamos cerca- hice una señal de “Si” con mi cabeza –El resto solo sígame la corriente, ¿okey?
-¿Y si ellos muestran señal de ataque?- preguntó Will.
-Entonces nos defenderemos- aseguró Luperth.
-Esto será divertido- dijo en un juego Andy.
-Wendy, tu permanecerás todo el tiempo detrás de John, ¿de acuerdo?- Luperth miro a Wendy con severidad en el rostro, ella solo pudo asentir y resignarse a visitar a los recién llegados.
Cuando estuvimos ocultos muy adentrados entre los arboles todos cambiamos de forma humana a cuadrúpeda, Luperth con un gruñido se transformó en un lobo negro, Dolly en una loba blanca, Will en un salto se transformo en un lobo dorado, John pasando entre los helechos se convirtió en un lobo de pelaje color caramelo, Wendy se transformo en una loba de pelaje canela, Andy entre unas rocas se convirtió en un lobo marrón y yo tímidamente entre los arboles me convertí en el depredador que yace dentro de mi, un lobo plateado. Corrimos a toda velocidad siguiendo la dirección del olor, saltando agraciadamente de lado a lado, presumiendo nuestra forma lobuna, queriendo provocar envidia a los insignificantes animales que dejábamos atrás, llegamos a una no muy grande colina, y abajo había lo que parecía ser un patio trasero, ya el aroma era fuerte, sentía que mi nariz convertida ahora en hocico se quemaba por dentro, retrocedimos un poco para repasar nuestro plan, “Recuerden lo que tenemos que hacer, ya en estos momentos deben saber que estamos aquí” vociferó mi padre, “Ethan, ya sabes tú objetivo” asentí de nuevo sin decir una sola palabra. Volvimos a mirar la zona y ya no estaba sola, habían siete humanos, dos mujeres pálidas al igual que un chico alto que estaba en ese pequeño grupo, el resto tenían un color de piel oliváceo debajo de su palidez, tres mujeres y un chico fornido como el otro, miraban la colina, sabían que estábamos ahí, y por la forma que nos miraban parecía no agradarles nuestra visita, “será mejor que tomemos su misma apariencia, así sabrán que venimos en son de paz” aseguro mi padre.
Volvimos a tomar nuestra forma humana y caminamos sin un rastro de temor, vi como los “humanos” arrugaban la nariz mientras nos acercábamos, nosotros también hicimos expresión despreciativa al acercarnos más o menos a un metro de distancia, John se tapó la nariz de manera insultante, Andy dejo escapar una risa petulante y Wendy y yo los miramos de reojo divertido, Luperth nos miro serio y volvimos a mirar a los intrusos, quienes nos veían con el mas grato desprecio. La que parecía la líder del aquelarre dio un paso al frente, no se podía negar su hermosura, era tan blanca, casi deslumbrante, su piel iluminaba mas que el sol y sus labios carmesí se abrieron para decir…
-Buenas tardes, déjenme presentarme, soy Luna Hawkind y esta es mi familia: Susana, Oscar, Natalie, Lucy, Nathan y Alissa- movió su brazo señalando a cada uno de los integrantes mientras los nombraba.
-Yo soy Luperth Cromwell y ellos son mi familia: Dolly, Will, John, Andy, Wendy e Ethan. – Nos presentaba papá –No quisiera ser grosero pero, ¿por cuánto tiempo piensan quedarse?
-Aun no lo sabemos, creo que por un largo tiempo- respondió la mujer llamada Luna, con una voz hostil.
-Bueno, ya que es así, deben saber que esta no es zona de caza, por lo tanto deben tener cuidado con su menú- advirtió Luperth sonando igual de hostil.
-¿Están claras las reglas?- pregunto Andy cruzado de brazos para hacerse notar.
-Sí, sí, no morder ni matar a ningún humano cerca de esta zona porque sino los pondríamos en compromiso, nos atacarán y bla, bla, bla – dijo una chica de piel olivácea con anteojos llamada Susana, John y Will dejaron salir un pequeño gruñido. Yo aprovechaba cada palabra y segundo sin decir una sola palabra, para estudiar sus pensamientos, cada palabra que decían en sus fríos cerebros se lo informaba a mi familia, cuando estuve a punto de leer la mente de la vampira llamada Alissa ¡¡quede sorprendido!!
“Ni se te ocurra leer mi mente, estúpido perro”.
“Que… ¿cómo? ¿Como supiste…?”, yo la mire por un momento y ella me dirigía una mirada hostil mientras yo la miraba con incredulidad.
“Pues porque también leo tu mente, so bobo”.
“Pero como…”
“Mira, no tengo porque explicártelo, además no quiero hacerlo, solo no te metas en mi mente”, me gruñó y quien supuse era su madre, Luna, le dirigió una mirada de advertencia al ver que Luperth clavaba los ojos en Alissa.
-Alissa…- dijo su madre mirándola con atención, ella resopló y miró a mi padre atentamente, abrió los ojos como platos y en un instante trató de abalanzarse sobre él, los vampiros Nathan y Didel la detuvieron.
-¿Alissa, que te pasa?- dijo Nathan tomándola por un brazo.
-¡ES EL!- gritó ella, tratando de zafarse del agarre de sus hermanos.-¿¿Que no lo reconocen?? ¡¡ES EL MALDITO QUE ASESINO A NUESTRO PADRE!!- yo la mire e hice un intento por mostrarme defensivo. Todos los vampiros se tensaron, y miraron a mi padre, esperando una explicación a la acusación de la buchona Alissa, pero nosotros también miramos a Luperth expectantemente esperando una respuesta.
-¿Es eso verdad?... ¿Fuiste tu el asesino de Logan?-preguntó la pálida Luna, fríamente.
-Tuve que hacerlo. El estuvo a punto de atacar a mi hija Wendy…- trono mi padre mirándola con el ahora desprecio en sus ojos.
-¡Fue lógico que la atacara!- interrumpió Alissa hablando fuerte y claro -Ella estaba en SU territorio, ella no debía estar allí. ¡Fue SU culpa!-terminó de decir señalando a mi hermana Wendy. Clave mis ojos en Alissa fulminándola con la mirada y esta hizo lo mismo.
-Alissa- dijo Luna - Cálmate- y mirándola a los ojos le dijo “Es mejor tenerlos de amigos que de enemigos, recuerda eso”, claramente paso por mi mente, sin que esa vampira se diera cuenta, solo lo noto Alissa sin darle importancia.
-Será mejor que no la soltemos- dijo Nathan a Oscar -Solo por si acaso.
-Sí, no vaya a ser que se vuelva loca- sonrió el segundo vampiro, y Alissa resoplo sin encontrarle el punto chistoso al comentario.
La mujer llamada Luna aún estaba rígida en su sitio, mirando a Luperth inexpresivamente, el le devolvía la mirada mientras mi madre, Dolly, se sentía incomoda ante lo que pasaba. Yo mire a Luna y trate de leer su mente.
-Ni se te ocurra hacer eso, lobo.-dijo Alissa, mirándome. Los demás la miraban con expresión interrogativa en sus rostros perfectos.
-Mi nombre es Ethan, pero es mucho nombre para que lo pronuncies, ¿te cuesta tanto que te diriges a mi como…lobo?- repliqué orgullosamente.
-No me interesa como te llames, perro, solo deja de hacer lo que estas haciendo porque te las veras conmigo- y sorpresivamente me sonrió, dejando a la vista sus blancos y delineados dientes. La deteste en ese momento y por mi mente pasaron millones de insultos que sabia ella leería.
-¿Crees que te tengo miedo, vampira?- le pregunte, sonriendo también, pensé en atacarle pero me contuve.
-Vamos, atrévete lobo. Nunca podrás conmigo-dijo burlonamente, con una cantarina voz que era estridente en mis oídos.
-Estoy ansioso.-le mire.
-¡Ethan!- bramo mi padre severamente.-No queremos enfrentamientos, ¿cierto Dolly?
-Cierto. Ethan, hijo, por favor ya basta- escuche la voz de mi madre por primera vez y me tranquilice, aun así miraba a la vampira con odio.
-Alissa, ya sabes lo que te he dicho. No seas tan hostil- hablo Luna, con una mirada de advertencia.
-Sí, madre- contesto Alissa, mientras sus ojos se oscurecían un poco. Me pareció extraño, pero no quise hacerle creer que me importaba.
-Madre, ¿te importaría si nos llevamos a Alissa de caza?- pidió Nathan, dándose cuenta de lo oscuro de los ojos de Alissa y sintiendo un poco de hambre el también.
-No, vayan, después de todo ha sido un largo viaje.
-Recuerden, nada de cazar…
-Sí, ya sabemos, nada de cazar ni matar humanos en esta zona- dijo Natalie hablando por primera vez, con voz hastiada. Wendy la miro recelosa y ceñuda.
-Vamos Natalie, Susana y Lucy, vamos a cazar.
Alissa me miro por última vez antes de voltearse y correr rápidamente seguida de sus hermanos. Yo también la mire ceñudo, cuidando de no leerle la mente, quería evitarme tener problemas con el aquelarre de vampiros y mi familia.
-Ya están advertidos- recordó mi padre por ultima vez.
-Considéranos advertidos, Luperth. Aunque no tienen nada de que preocuparse- dijo Luna, inexpresivamente.
-Muy bien, eso espero. Familia, vámonos. Estaremos vigilándolos, vampira.
-Seremos cuidadosos- fueron las ultimas palabras de la blanquecina mujer, mi padre dio media vuelta y todos lo imitamos, nos adentramos en el bosque y para ser mas veloces nos transformamos en cuadrúpedos feroces.
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