
No me había puesto a pensar lo importante que era vivir rodeado de personas “iguales” a ti, pero a la vez tan diferentes, ese era mi caso…
*Septiembre 1987*
…Si, era mi caso definitivamente, tenía un fuerte secreto desde que me mude a la ciudad de Aberdeen “La ciudad del granito”, en Reino Unido, una ciudad de 184.46Km2, población 212.125…212.132 contando a mi familia para ser exactos, con un pésimo pero a la vez agradable clima, escasa luz del sol y con muchas lloviznas, era lo que me molestaba, curioso era que amaba la neblina, en fin, mi problema estaba en el secreto que ocultaba, Yo, soy un depredador, lejos del mito de comer pastorcillas pero cerca de comer sus ovejas, nadie podía saber lo que escondía, nadie podía saber que era una criatura diferente y nadie podía saber porque desaparecían algunos animales misteriosamente.
Vivo en una casa normal, con muchas habitaciones y gran patio trasero, poblado de arboles ya que vivíamos en lo más profundo del bosque. Luperth mi padre, trabaja de abogado desde que llegamos aquí, es justo y siempre tiene respuesta para todo. Dolly mi madre, tiene un gran corazón, y ama a todos por igual, Will, mi hermano mayor, divertido y amante de autos deportivos, estudia en la Universidad de Aberdeen cerca de la secundaria a la que voy, John, es otro de mis hermanos, siempre misterioso, Wendy, mi melliza, traviesa y un poco desobediente, pero al final una excelente hermana, Andy, el más pequeño de la familia y guitarrista de una pequeña banda de rock, aun ensayan en la cochera de la casa, produciéndole dolores de cabeza a mamá y por ultimo yo, Ethan Cromwell un chico al que se le podría decir “el aburrido de la familia”.
Era lunes, comienzo de la semana de clases, tenía que alistarme para ir, baje a desayunar y no estaban ni papá ni Will, solo estaban en el recibo Wendy, John y Andy esperándome, me despedí de mamá y los cuatros nos fuimos en uno de los Mercedes de John. Al llegar, en la puerta de la Escuela Secundaria de Aberdeen me esperaba Zaray, mi novia, completamente humana y perfecta, no tenía ni idea de mi secreto, muchas veces quise decírselo pero temía que se alejara, entramos a la primera clase del día, biología, mi clase favorita, estudiábamos la reproducción de las moscas de ojos blancos y ciclos de su transformación, el profesor Boorgon era bueno dando la clase aunque unas cuantas veces demostraba lo despistado que era, el timbre sonó y me dirigí junto con Zaray a la cafetería, ya estaban mis tres hermanos sentados en el centro apartando tres sillas.
-El señor Boorgon me… ¡aburre!- comentó Zaray, retenía una pequeña risita mientras lo decía.
-Es un chiflado, está loco por los insectos- hablo un chico de cabellos castaños, llamado Michael que ocupada el último puesto vacio.
-A mí me gusta como da la clase- opine, pero no pareció importar, les gustaba burlarse del rechoncho y calvo profesor.
-Cambiando de tema, ¿Andy esta tarde ensayaremos en tu casa, no?- preguntó Michael cambiando completamente el rumbo del tema –Hay que practicar la nota alta.
-Okey, vale- contesto Andy tomando un poco de gaseosa.
No me había fijado de que la pequeña charla había tomado todo el tiempo, el timbre había sonado y la cafetería comenzaba a quedar sola, me levante y me dirigí a clase de trigonometría, luego tenía gimnasia, como si no fuera peor, deje a Zaray en clases de lenguas y seguí mi camino.
-¡Hey…como estas!- me saludo Ariadna cuando entraba al salón, como de costumbre mi puesto estaba junto al de ella en esa clase.
-¡Hola!- salude mostrándole una sonrisa, mientras me sentaba en mi lugar.
-¿Sabes que estoy planeando con los muchachos ir al muelle a pasear el sábado, te unes?- me pregunto algo interesada por mi respuesta. Lo medite un momento pensando que sería bueno, y un Sí salió como respuesta.
-Y… ¿Quiénes irán?- pregunte curioso.
-Irán Sebastián, Anastasia y Damián- respondió mientras escribía unas cosas en su cuaderno.
-Hmm, será bien- finalice la invitación mirando a la profesora entrar.
-…Buenos días chicos- saludó mientras entraba con montañas de papeles, el salón resonó en un uniforme “Buenos días señorita Stuart” –Eh corregido los exámenes de la semana pasada…debo decir que vi un muy buen esfuerzo esta vez- dijo sonriendo encantadoramente sin importar que tan bajo estaba el ánimo en el salón. Entregó los exámenes y en el mío tenía un…
-¡Diez eh!...no me ha ido mal a mí, un nueve- dijo Ariadna buscando el minúsculo error en su examen.
-Bueno, hoy calcularemos la hipotenusa de un triangulo- vociferó la profesora. La clase se dio normal, y con un poco de sueño, tome notas y participe en clases junto con mi compañera de mesa, se hacía cerca de las doce del medio día cuando sonó el timbre, Salí para ir al gimnasio no sin antes despedirme de Ariadna. Fui y me cambie de ropa en el vestuario y salí con mi raqueta de tenis para ver la clase, el entrenador Grawp era muy estricto cuando se trataba de deportes.
-Señor Cromwell, formara equipo con la señorita Queen…- ordenó el entrenador. Así lo hice, el equipo contrario comenzó con un buen saque la cual Anastasia devolvió con facilidad, cuando vino hacia mí la pelota la golpee con un slice haciendo que el contrincante tratara de atacar por debajo pero falló, el juego continuo y ganamos gracias a mi compañera, la clase terminó y salí por un poco de agua en el bebedero y camine a la salida, dos de mis hermanos ya estaban en el estacionamiento, abrí la puerta para salir y un olor desagradable me pego de repente, no era muy fuerte pero si picaba un poco, me extrañe e instintivamente me lleve una mano a la nariz, camine al convertible y note que no era el único, Andy y John también tenían la nariz tapada.
-¿Tienen idea de lo que puede ser este olor?- pregunte curioso.
-No, y no creo que seas tú- contesto John riendo a carcajadas, Andy lo imito y no pude evitar reír también.
-Allá viene Wendy- aviso John, vallan montándose en el auto- Andy y yo obedecimos y vi a Wendy taparse la nariz, los ojos se les aguaron y se metió en el auto con toda a prisa que pudo, como si huyera de una avalancha de fans.
-¿Tienen rato esperándome?- dijo al sentarse a mi lado.
-No, en realidad no creo que tengamos mucho tiempo aquí- le respondí.
-¿Pero qué rayos es este olor?- preguntó inquieta.
-No lo sabemos, Wen, pero será mejor que arranques John- dijo Andy. John prendió el auto y comenzó a salir del estacionamiento, mire por la ventanilla y vi que a nadie le parecía molestar tan repugnante olor, todos caminaban tranquilos, me quede pensativo, sabía que esto no estaba bien, sin embargo no quise decir nada.
*Septiembre 1987*
…Si, era mi caso definitivamente, tenía un fuerte secreto desde que me mude a la ciudad de Aberdeen “La ciudad del granito”, en Reino Unido, una ciudad de 184.46Km2, población 212.125…212.132 contando a mi familia para ser exactos, con un pésimo pero a la vez agradable clima, escasa luz del sol y con muchas lloviznas, era lo que me molestaba, curioso era que amaba la neblina, en fin, mi problema estaba en el secreto que ocultaba, Yo, soy un depredador, lejos del mito de comer pastorcillas pero cerca de comer sus ovejas, nadie podía saber lo que escondía, nadie podía saber que era una criatura diferente y nadie podía saber porque desaparecían algunos animales misteriosamente.
Vivo en una casa normal, con muchas habitaciones y gran patio trasero, poblado de arboles ya que vivíamos en lo más profundo del bosque. Luperth mi padre, trabaja de abogado desde que llegamos aquí, es justo y siempre tiene respuesta para todo. Dolly mi madre, tiene un gran corazón, y ama a todos por igual, Will, mi hermano mayor, divertido y amante de autos deportivos, estudia en la Universidad de Aberdeen cerca de la secundaria a la que voy, John, es otro de mis hermanos, siempre misterioso, Wendy, mi melliza, traviesa y un poco desobediente, pero al final una excelente hermana, Andy, el más pequeño de la familia y guitarrista de una pequeña banda de rock, aun ensayan en la cochera de la casa, produciéndole dolores de cabeza a mamá y por ultimo yo, Ethan Cromwell un chico al que se le podría decir “el aburrido de la familia”.
Era lunes, comienzo de la semana de clases, tenía que alistarme para ir, baje a desayunar y no estaban ni papá ni Will, solo estaban en el recibo Wendy, John y Andy esperándome, me despedí de mamá y los cuatros nos fuimos en uno de los Mercedes de John. Al llegar, en la puerta de la Escuela Secundaria de Aberdeen me esperaba Zaray, mi novia, completamente humana y perfecta, no tenía ni idea de mi secreto, muchas veces quise decírselo pero temía que se alejara, entramos a la primera clase del día, biología, mi clase favorita, estudiábamos la reproducción de las moscas de ojos blancos y ciclos de su transformación, el profesor Boorgon era bueno dando la clase aunque unas cuantas veces demostraba lo despistado que era, el timbre sonó y me dirigí junto con Zaray a la cafetería, ya estaban mis tres hermanos sentados en el centro apartando tres sillas.
-El señor Boorgon me… ¡aburre!- comentó Zaray, retenía una pequeña risita mientras lo decía.
-Es un chiflado, está loco por los insectos- hablo un chico de cabellos castaños, llamado Michael que ocupada el último puesto vacio.
-A mí me gusta como da la clase- opine, pero no pareció importar, les gustaba burlarse del rechoncho y calvo profesor.
-Cambiando de tema, ¿Andy esta tarde ensayaremos en tu casa, no?- preguntó Michael cambiando completamente el rumbo del tema –Hay que practicar la nota alta.
-Okey, vale- contesto Andy tomando un poco de gaseosa.
No me había fijado de que la pequeña charla había tomado todo el tiempo, el timbre había sonado y la cafetería comenzaba a quedar sola, me levante y me dirigí a clase de trigonometría, luego tenía gimnasia, como si no fuera peor, deje a Zaray en clases de lenguas y seguí mi camino.
-¡Hey…como estas!- me saludo Ariadna cuando entraba al salón, como de costumbre mi puesto estaba junto al de ella en esa clase.
-¡Hola!- salude mostrándole una sonrisa, mientras me sentaba en mi lugar.
-¿Sabes que estoy planeando con los muchachos ir al muelle a pasear el sábado, te unes?- me pregunto algo interesada por mi respuesta. Lo medite un momento pensando que sería bueno, y un Sí salió como respuesta.
-Y… ¿Quiénes irán?- pregunte curioso.
-Irán Sebastián, Anastasia y Damián- respondió mientras escribía unas cosas en su cuaderno.
-Hmm, será bien- finalice la invitación mirando a la profesora entrar.
-…Buenos días chicos- saludó mientras entraba con montañas de papeles, el salón resonó en un uniforme “Buenos días señorita Stuart” –Eh corregido los exámenes de la semana pasada…debo decir que vi un muy buen esfuerzo esta vez- dijo sonriendo encantadoramente sin importar que tan bajo estaba el ánimo en el salón. Entregó los exámenes y en el mío tenía un…
-¡Diez eh!...no me ha ido mal a mí, un nueve- dijo Ariadna buscando el minúsculo error en su examen.
-Bueno, hoy calcularemos la hipotenusa de un triangulo- vociferó la profesora. La clase se dio normal, y con un poco de sueño, tome notas y participe en clases junto con mi compañera de mesa, se hacía cerca de las doce del medio día cuando sonó el timbre, Salí para ir al gimnasio no sin antes despedirme de Ariadna. Fui y me cambie de ropa en el vestuario y salí con mi raqueta de tenis para ver la clase, el entrenador Grawp era muy estricto cuando se trataba de deportes.
-Señor Cromwell, formara equipo con la señorita Queen…- ordenó el entrenador. Así lo hice, el equipo contrario comenzó con un buen saque la cual Anastasia devolvió con facilidad, cuando vino hacia mí la pelota la golpee con un slice haciendo que el contrincante tratara de atacar por debajo pero falló, el juego continuo y ganamos gracias a mi compañera, la clase terminó y salí por un poco de agua en el bebedero y camine a la salida, dos de mis hermanos ya estaban en el estacionamiento, abrí la puerta para salir y un olor desagradable me pego de repente, no era muy fuerte pero si picaba un poco, me extrañe e instintivamente me lleve una mano a la nariz, camine al convertible y note que no era el único, Andy y John también tenían la nariz tapada.
-¿Tienen idea de lo que puede ser este olor?- pregunte curioso.
-No, y no creo que seas tú- contesto John riendo a carcajadas, Andy lo imito y no pude evitar reír también.
-Allá viene Wendy- aviso John, vallan montándose en el auto- Andy y yo obedecimos y vi a Wendy taparse la nariz, los ojos se les aguaron y se metió en el auto con toda a prisa que pudo, como si huyera de una avalancha de fans.
-¿Tienen rato esperándome?- dijo al sentarse a mi lado.
-No, en realidad no creo que tengamos mucho tiempo aquí- le respondí.
-¿Pero qué rayos es este olor?- preguntó inquieta.
-No lo sabemos, Wen, pero será mejor que arranques John- dijo Andy. John prendió el auto y comenzó a salir del estacionamiento, mire por la ventanilla y vi que a nadie le parecía molestar tan repugnante olor, todos caminaban tranquilos, me quede pensativo, sabía que esto no estaba bien, sin embargo no quise decir nada.
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