sábado, 28 de marzo de 2009

La Niña Sin Rostro.



Cuando llegamos a casa vi que aun no llegaban ni mi padre ni mi hermano, era raro por que siempre estaban cuando llegábamos del colegio, fui al refrigerador y tomé un poco de agua, luego tomé un poco de carne cruda para saciar mi hambre, subí a mi habitación a leer un rato, sentí que aporrearon la puerta de mi habitación.

–Adelante- permití, y era Wendy quien se asomaba.
-Ethan, papá ha llegado- avisó y desapareció de mi vista. Bajé respirando hondo y ahí estaba sentado en el sofá de la sala, acababa de llegar del trabajo, todos estaban excepto Will, que aún estaba en la universidad, o tal vez en camino.
-Hijo, tienes que saber algo, pero aún falta…
-¡¡ ¿Como es que un Hawkind esta en mi universidad?!!- entró Will molesto con la nariz roja –Soporté su asqueroso olor durante todo el entrenamiento de ciclismo.
-Quieren invadirnos- dijo Andy ceñudo
-Quieren molestarnos- habló John.
-Hoy estuvo en clases de latín Alissa Hawkind- contó Wendy
-Serán más fácil de vigilar, después de lo sucedido anoche, no cumplieron su promesa- Dijo mi padre severo y con ira en la mirada.
-¿Es sobre el chico asesinado del bosque?- preguntó Will –De eso es lo único que se habló en la universidad, Penélope Sienkiewicz se encargo de decir que había sido un ataque de Lobo- continuó irritado.
-Si, sobre eso- comenzó Luperth –Apareció el hijo del vendedor asesinado anoche en el bosque con una mordida de vampiro, cuando vi el cadáver pálido y la luna en el cuello supe que venían con otras intenciones, aparte de vengarse.
-Padre, anoche…- me detuve en seco, todos me miraron interrogantes.
-Continúa, Ethan- ordeno mi padre.
-Anoche, vi algo entre los arboles…y…y fui a explorar…
-¿Qué hacías despierto a esas horas, y mas en el bosque?- pregunto histérico mi padre, parecía saber ya lo que había hecho pero prefería que yo mismo me delatara – ¿No te das cuenta lo que dicen?..."lobos asesinaron a este chico"
-Lo siento papá…yo…
-Si se llegan a dar cuenta de nuestra existencia, por tu osadía, Ethan…
-Luperth- intervino mi madre –No le hables así, esta asustado… ¿no te das cuenta?
-Dolly, ha puesto en peligro a todos- continuó irritado
-Pero no hice nada, yo solo vi el cuerpo tirado y cuando vi que tenia la mordida en el cuello me alejé- continué tratando de excusarme.
-¡¡PELO DE LOBO GRIS ENCONTRARON EN SU PECHO, ETHAN!!- me gritó
-P-pero yo…yo no hice mas que huir- dije estupefacto mirando su cara de enojo.
-¿Hermano, que viste aparte de eso?- me interrogó Will hablando serenamente con la vista fija en Luperth.
-Pues…vi a una vampira, pero no estoy seguro de…
-¿Leíste su mente?- me preguntó John.
-No pude, no había nada- respondí.
-Alissa…a ella no le pudiste leer sus pensamientos- dijo Andy sentándose erguido
-Eso pienso yo también, pero con ella había otra- dije mirando nervioso la cara de mi padre.
-Esta mas que claro, los Hawkind fueron los atacantes- aseguró Will.
-Ethan solo estuvo en el sitio equivocado, Luperth- me defendió mi madre sentándose a mi lado -Eso…
-Dolly, abre los ojos, y entra en los pensamientos de los humanos, ellos no piensan que halla sido un vampiro, ¡¡Ni saben de su existencia!!…piensan en lobos…¡¡Lobos!!- hablo a punto de perder la calma.
-¿No podremos transformarnos en cuadrúpedos constantemente?- pregunto Andy.
-No, los cazadores estarán a toda hora con sus rifles cargados- respondió Luperth mirándome ceñudo.
-¿Y que haremos ahora?- pregunto Wendy, sintiéndose aliviada de no ser ella la que estuviera en aprietos.
-Tengo que pensarlo, por ahora será mejor que vallan a sus labores…esto se terminó…permiso- se levantó del sofá y lanzándome una ultima mirada salió de la sala, apenado y con las miradas aún encima de mí, me crucé de brazos.
-Vamos Ethan, no tenias que salir de tu habitación anoche- cantó Wendy mirándome ceñuda.
-Al parecer Wendy te ha transmitido parte de su espíritu explorador- dijo Will, lo miré ceñudo, lo mismo hizo Wendy y salí como un vendaval. Subí a mi habitación haciendo sonar cada escalón, una vez en ella cerré la puerta con fuerza para hacer notar donde estaba, en la penumbra me di la vuelta, estaba detrás de mi una mujer pálida con un cabellos ondulados y ojos rojos, tenia unos labios carmesí muy hermosos y lucia un traje negro, su olor se me hizo conocido y me congelé en el mismo momento que la vi a duras penas en la oscuridad.
-Al parecer se ha hecho una revuelta desde que me alimenté de ese insignificante humano- habló esta mujer, con una voz suave y seseante.
-¿Qué buscas aquí?- pregunté desafiante.
-A ti, perro- me confesó
-Y… ¿Para que soy bueno?- vacilé aún mostrándome a punto de atacar si era necesario.
-Para el postre- dijo al momento en que se abalanzaba hacia mí, luchamos un largo rato hasta que golpes en la puerta se escucharon, la vampira me dedicó una maligna sonrisa y desapareció, exhausto me lancé a la puerta para abrirla y era mi madre.
-¿Qué son todos esos ruidos, Ethan?- me preguntó. Sin responder me le fuí encima y la abracé asustado, ella encendió la luz que con tanto relajo había olvidado encender.

–La ventana- masculló.

Cuando la vi estaba completamente abierta, y una fuerte brisa hacía volar la cortina de mi habitación con tanta violencia que pegaba del techo, me solté y la fuí a cerrar, encaré a mamá para…¡¡No se para que!! Si del susto se me había olvidado hasta como me llamaba, me senté en la cama mirando el piso y ella se me acercó.
-Que has hecho enojar a tu padre, eh- comenzó con voz pausada.
-Si, lo sé- hablé indiferente.
-Que hacías ahí, Ethan?- dijo en tono de pregunta sobando mi cabeza.
-Había una sombra en el patio, y sin darme cuenta estaba en el bosque investigando…hasta que encontré el cuerpo de Antoni Euse- empecé aún mirando el piso alfombrado de mi habitación.
-Te creo, y sé que tu padre también, solo que ahora tenemos que cuidarnos…esta algo tenso por la situación- consoló mi madre.
-Lo sé- susurré
-Tu padre hablará con las manadas vecinas mañana al anochecer, y tenemos que ir todos- avisó.
-De acuerdo- dije.
-Vamos, descansa, y recoge tu habitación, normalmente no eres desordenado- dijo asombrada, ojeando mi habitación.
-Si, ya recojo, disculpa- dije sonrojándome por completo, no me quise atrever a decirle sobre la reciente visita. Me besó en la frente y se retiró, me puse a ordenar y ¡¡Vaya desorden!!. Después de recoger me senté a leer, no sin antes cerrar la ventana con seguro, me acosté a descansar y perdiendo la noción del tiempo me quede dormido…

"Estaba en una casa vieja, con tablillas en las ventanas, todo estaba oscuro y los únicos rayos de luz entraban tímidamente entre las rendijas, caminé gritando un nombre, que por primera vez salía de mi boca, no sabía a quién buscaba, subí las escaleras y estas rechinaban amenazando con romperse, llegué a un pasillo de alfombra roja y la seguí, a mi derecha había una puerta entreabierta, éun vistazo pero no había nadie, escuché risitas silenciosas que me pararon los pelos de punta, reuniendo valentía abrí la puerta para ver quien era, y había una niña, de unos catorce o quince años vestida con ropa colonial del siglo dieciocho, muchos faralaos en una falda abombada hasta las rodillas, dos moños en su cabeza y muchos lazos en sus vestidos, había algo peculiar en su persona y era que el cabello cubría su rostro, me acerqué lentamente diciendo su maldito nombre, y con ternura hacia la niña retiré los cabellos, espantado vi que no tenia rostro, parpadeé no sé cuantas veces para que en su rostro aparecieran unos amenazantes dientes ensangrentados, me di la vuelta y corrí saliendo de la habitación, escalera abajo fallé un escalón y caí rodando, al llegar a piso firme miré el rostro de la niña"…desperté sobresaltado empapado de sudor y respirando con dificultad.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Muerte Revelada.



El miércoles estaba algo pesado, no sabía si era por que aún tenía miedo, o por que sabía que explotaría la bomba del chico asesinado en el bosque, miré el reloj y ya se hacia tarde para ir a clases, bajé deprisa y solo di una mordida a mi tostada, me despedí de mamá y me monte en el auto de John, no quería decir lo que había visto hasta los momentos, prefería que estuviéramos todos en casa, llegamos a la Secundaria de Aberdeen y el clima seguía siendo tenue, el sol estaba oculto en alguna parte del cielo, camine a clase de Historia y estaba algo vacio el salón, me senté a esperar a que el resto de los muchachos llegara.
-Buen día, Ethan- me saludo una chica que llegaba con unos cuantos libros en la mano.
-Ni tan buenos- respondí hundiendo mi barbilla entre mis brazos cruzados en la mesa.
-¿Qué?- me pregunto confundida.
-No me hagas caso…son tonterías- le mentí.

-Seguro- dijo aun desconfiada –Esta mañana mi padre estaba algo alarmado, al parecer paso algo anoche.
-¿Qué?- pregunte nervioso, mirando como se sentaba en la mesa de al lado, sentí un repentino escalofrío.
-Deberías mirar tu cara, Ethan- dijo mirándome curiosa, trate de disimular y mire hacia la pizarra.

–Bueno, te entiendo, la misma cara puse cuando mi papá leía el diario.
-¿Pero que vieron, Rebeca?- pregunte insistente.
-Pues solo escuche que vieron a un chico muerto…vaya…pero como tenia prisa por venir, no preste mucha atención- terminó diciéndome encogiéndose de hombros, yo la miraba inquieto pero al notar que ella me miraba como asustada volví la vista a la pizarra.


El salón se fue llenando y luego entro la Sra. Baldini, una clase totalmente aburrida, debo admitir que mis pensamientos se enfocaban en otros incidentes que la guerra de Troya. Sonó el timbre y me dirigí a la cafetería, ahí estaban Andy, Wendy y Michael, me pregunté donde estaría John, y cuando lo busque lo vi solo en una mesa junto con una chica que reconocí al instante, sorprendido me senté para hablar de cualquier cosa que no tuviera que ver con el asesinato, y menos mal la conversación no tomaba ese rumbo, hasta que…
-¡¿Han leído el diario esta mañana?!- pregunto Zaray excitada y venía con compañía.
-Lo del incidente del bosque- respondió Michael esperanzado de acertar la respuesta.
-Pues si- premió Zaray, me saludo con un abrazo al sentarse y nos miró a Wendy, Andy y a mí esperando a que le preguntáramos que había pasado, de mi parte no tendría pregunta, quería hacerme el loco con respecto al tema, pero Wendy tuvo la osadía de preguntar. Sinceramente en ese momento deseé que fuera muda.
-Pues al parecer lo encontraron desmembrado- respondió Zaray.
-Que asco, pobre chico- habló la amiga de Zaray.
-Pero como desmembrado, mi papá ha dicho que vio el cadáver del chico, y en su cuello tenia la marca de una mordida- resoplo Michael.
-¿Mordida?- repitió Andy mirándonos a Wendy y a mí tenuemente.
-Si, mordida- puntualicé sin darme cuenta de que había hablado. En seguida las miradas se giraron a mí como flechas, solo pude desear que me tragara la tierra.
-¿Cómo aseguras que fue una mordida, Ethan?- me preguntó Wendy mirándome estupefacta pero con un poco de insultante incredulidad.
-Pues…p-por que me lo han dicho en Historia- mentí mirándolos a todos suplicante.
-Bueno, la verdad es que es extraño que un animal pueda morder de la forma en la que mordieron al chico- habló de nuevo la amiga de Zaray.
-Y que forma tenía?- preguntó Michael.
-Era como una especie de media luna- respondió la chica –Es extraño, solo un lobo podría morder de esa forma. Cuando dijo la palabra proveniente del Licántropo se me erizaron los pelos.
-¿Por que dices que pudo haber sido un lobo?- pregunto Michael sintiéndose insultado, Andy pisó su pie cuando notó la mirada intrigada de Zaray.
-Pues porque es lo que dicen en los diarios- respondió.
-Y los que vieron al cadáver- apoyó Zaray.
-¿Y con todo esto, a quién asesinaron?- preguntó Wendy.
-A Antoni Euse- respondió la amiga. Euse, ese apellido me sonaba, ¡Claro! Era el hijo del señor que atendía en una pequeña lunchería de la ciudad, había visto al chico unas cuantas veces en bicicleta entregando paquetes, pero ¿Cómo no lo reconocí al verlo tirado?
-Ethan estás algo nervioso- dijo Zaray al mirarme.
-¿Eh?- vacilé –Oh, no es nada, es solo que no desayune y estoy algo tenso, disculpen- mentí.
-Bueno…Laure tenemos que irnos, o llegaremos tarde a clases de Química- apuro Zaray a su amiga.
-Si, seguro- se levantó –Un placer conocerlos- sonrió y se alejó con Zaray.
-Esa muerte jamás pudo haber sido ocasionada por un lobo- hablo Michael irritado y hablando por lo bajo.
-Lo sabemos, ninguno de nosotros come humanos- apoyó Andy.
-Y es extraño, como pueden ser tan ignorantes los ciudadanos, si un lobo hubiera matado a ese chico, lo encontrarían en pedazos y con más de una mordida- comento Wendy.
-¡Exacto!- aseguró Michael –Nosotros no…
-Bueno, será mejor que vallamos a clases, Wen- interrumpí para que cortaran el tema, y la suerte estuvo de mi lado, por que justo cuando presentía que me iban a preguntar algo sonó el timbre, nos levantamos y nos dirigimos a nuestras respectivas clases, Andy y Michael se fueron a trigonometría y Wendy y yo teníamos clases de latín.
-Ethan, noté lo tenso que estabas en el comedor- comenzó a sonar la voz de Wendy en mis oídos mientras caminábamos hacia el salón.
-No me fijé- corté
-Sabes lo que está pasando, verdad?- continuó
-No…no diré nada hasta que no lleguemos a casa, Wen- corté de nuevo, esta vez con un tono de voz malhumorado.
-Bien- se convenció Wendy entrando al salón, me senté en mi puesto y Wendy un puesto mas atrás, me puse a leer un cartel pequeño que estaba cerca de un perchero y sentí un ardor fuerte en mi nariz, mire a Wendy inquieto y ella se llevo con brutalidad una mano a la nariz, su mirada era interrogatoria, pero yo no me explicaba que hacían en la secundaria y también le pedía una explicación, cuando era mas insoportable el olor me giré bruscamente y mire la puerta fijamente, ahí estaba, parada como si deseaba llamar la atención, el peor enemigo del lobo, la miré fijamente con ira y ella se percató de mi mirada, le dio una pequeña lista de asistencia al Sr. Alighieri con una sonrisa petulante y odiosa, después de que el profesor le firmo la nota se sentó en la ultima fila pasando a un lado de mi mesa, la seguí con la mirada y Wendy también la veía, aturdido mire al frente para ver la clase, pero en ningún momento logre concentrarme, se me vino a la mente la imagen de Antoni muerto y la mordida en su cuello, los Hawkind eran unos forasteros mentirosos, rompieron su palabra de no cazar en nuestra zona, pero era confuso, ¿por que el olor no me había afectado tan fuerte como ahora?, no estaba seguro, y la mejor solución era meterme en sus pensamientos, pero estaba muy lejos, y se me haría difícil. La clase terminó y Wendy salió sin esperarme, yo eche un último vistazo al puesto donde se encontraba la vampira y esta me veía con petulancia, Salí del salón preguntándome que hacia Alissa Hawkind en mi secundaria, como no fuera peor la soportaría ahora en clase de latín.


Me dirigí a clase de gimnasia, y me cambié en los vestidores, tomé mi raqueta de tenis y salí para jugar.
-Hola, Ethan- me saludó Anastasia
-Hola Ana, que tal estás?- saludé efusivamente.
-Muy bien, aunque algo alarmada con lo del…
-Por favor no lo digas, ese ha sido el tema tabú del día- interrumpí tratando de no sonar mal educado. Ella no insistió más.
-Ariadna me ha dicho que irás este sábado al muelle- dijo sonriendo.
-Oh, si, lo había olvidado…si, si iré- hablé tranquilo.
-Estupendo- se alegró, el entrenamiento empezó y lleve más pelotazos que punto de pirámide de botellines en feria, bochornoso salí cuando terminó la clase, y me dirigí hacia la salida, me monté en el coche de John y miré por la ventanilla, estaba saliendo Alissa y el resto de sus hermanos, pero faltaba uno, comencé a sentir cólera de ira y sin darme cuenta ya estábamos saliendo del estacionamiento, aún no le decía nada de lo que había visto, pero Wendy pareció alarmar a John y a Andy, porque ocasionalmente me lanzaban miradas llenas de preguntas.

lunes, 23 de marzo de 2009

La Media Luna del Cuello.



-¿Y bien, Ethan, que averiguaste?-pregunto mi padre. Le conté las pequeñas cosas que leí en la mente de algunos de ellos, cosas sin importancia, aunque solo una pensaba en humanos, no decía en si cual era su objetivo pero si tenía que ver con su sangre, los demás solo guardaban cada palabra que decía Luperth y luna.
-¿Que pensaba la vampira Luna?- pregunto mi madre.
-Solo tenía en su mente lo ocurrido hace doce años, una riña entre un tal Logan y…
-¿Crees que tomarán venganza por lo de ese vampiro llamado Logan?-preguntó Will. Lo mire por un segundo por no dejarme terminar lo que decía.
-No lo creo, no había hostilidad de su parte, de la única era de esa vampira, Alissa creo que se llama-respondió John a la pregunta de Will.
-Luna, en un momento le dijo, que era mejor tenernos de amigos- recordé.
-Les conviene- dijo Luperth ceñudo.
-¿Que supiste de ella, Ethan?- me pregunto Will.
-Nada, no pude leer su mente- respondí decepcionado y pensativo.
-¿Como que no pudiste leer su mente?- preguntó Dolly, incrédula, la mire buscando las palabras exactas para explicarlo.
-Ella no me lo permitió…se dio cuenta de lo que iba a hacer y bloqueó su mente, creo que ella también tiene una habilidad, sólo que no sé cuál es…no…no me explico aun como funciona- conteste sumido en mis pensamientos ¿Qué ocultaba ella que no dejo que leyera sus pensamientos?
-¿Así que los vampiros también tienen habilidades? ...interesante- hablo papá después de largo rato.
-Eso parece.
-¿Y los demás tienen habilidades?-preguntó Dolly.
-No lo sé…Solo pude leer sus mentes, mas ninguno pensaba en sus dones, así que…- me encogí de hombros.
-Muy bien, debemos estar preparados. Puede que estos sean unos vampiros amigables…
Will resopló, John revoleó los ojos, Andy, que no había hablado hasta los momentos alzó las cejas en un gesto de incredulidad, Wendy solo permaneció callada en su sitio ceñuda y yo me encogí de hombros.
-…pero a pesar de eso, tenemos que estar alertas, sobre todo con esta vampira, Alissa…mas alertas tenemos que estar, ya que Ethan no pudo leer su mente, ok?-dijo Luperth mirando a cada uno seriamente.

Después de la pequeña charla de información me fui a mi habitación, ya eran las nueve de la noche y aun no hacia mis deberes, abrí la ventana para que entrara algo de fresco, pero termine tiritando cuando al abrirla me abrazó la neblina sin siquiera pedirlo, vi hacia el cielo y solo se vio la silueta de una luna creciente, la sabana que podía arroparla estaba abajo, así que el cielo estaba despejado y dejaba una desnuda vista negra, sonreí cuando al soplar de mi boca salía humo blanco, y sin distraerme mas me senté en el escritorio, saque cuaderno y lápiz para comenzar la tarea, tome unas cuantas notas y luego me senté en la ventana para disfrutar del frio, sabia que pescaría un resfriado, mamá Dolly me lo decía constantemente, aun así no podía evitarlo, vi el cielo carente de estrellas y sin querer recordar imágenes de mi pesadilla comenzaron a aparecer sin desearlo, sentí un pánico repentino y cerré mis ojos para evitarlo, pero no funcionaba, con mis parpados cerrados veía nítidamente las lagrimas rojas de la hermosa mujer, los abrí impactado y ahí estaba Dolly muy cerca de mi ocupando el lugar de la vampira, de un brinco casi me caigo de la ventana y un grito hizo que ella brincara.
-¡¡Madre me has asustado!!- dije alarmado, mi corazón golpeaba fuerte.
-¿Que ha sido eso, Ethan?- me interrogo estupefacta.
-No es nada, solo…solo me tomaste desprevenido- dije totalmente con la voz quebrada.
-Mírate hijo…estas pálido, te vez igual que un…
-No lo digas…se oye repugnante sin decirlo- interrumpí con una sonrisa curva.
-Bueno, vine a desearte buenas noches hijo- dijo al momento que me daba un beso en la frente y se levantaba para cerrar la ventana –Oh, Ethan, cuando aprenderás a no abrir la ventana de noche, esta neblina por inofensiva que sea puede provocarte pulmonía.
-Lo siento- la abrase y me acosté mirando como salía de mi habitación.

No podía dormir, era ya casi media noche, tenia miedo de ver la imagen de la pálida mujer, así que me senté, tome un libro para leer y entretenerme así, tal vez me daría sueño y terminaría dormido, leía y leía pero no lo conseguía, me levante de la cama y me dirigí hacia la ventana, la abrí y una fuerte brisa entro acompañada de neblina, parecía haberme extrañado, me senté y vi en el patio trasero los negros arboles frondosos. Pasaron tres cosas a la vez sin darme cuenta hasta que tuve uso de razón, primero vi una sombra entre los alejados arboles, segundo un aroma peculiar invadió mi nariz pero no tan fuerte como creía y tercero ya estaba convirtiéndome en lobo para seguir a esa persona. Cada vez estaba mas lejos y yo desorientado, la neblina me cegaba todo, se colaba entre los arboles de tal forma que no dejaba vista alguna, olfateé para buscar una pista pero un grito me saco de mi tarea, me encogí y pare mis orejas, como antena parabólica la puse a funcionar, otro grito desesperado me hizo reaccionar y corrí para ver que pasaba, todo un bosque negro, yo solo, y un intruso al acecho, llegue hasta unos helechos y camine olfateando, enseguida un olor que me mareaba hizo que imaginara lo que había pasado, ese olor a oxido salado que caracterizaba tanto al fluido escarlata, sentí asco pero aun así prefería llegar hasta el final, camine en círculos haciéndose cada vez mas fuerte el olfato y al pisar algo suave pero a la vez duro me di cuenta de lo que había encontrado, era una mano, fijando y esforzando la vista entre la oscuridad y la neblina vi el brazo, luego el cuerpo entero, estaba sin camisa y sin zapatos, estaba rasgado con delicadeza el cuerpo del muchacho joven que estaba en frente de mi, le calcule diecisiete años, me acerque y con mi pata derecha moví su cabeza, había una media luna en su cuello y sus ojos estaban en blanco, me eché hacia atrás y horrorizado me viré para correr, los vampiros no habían cumplido su promesa de no atacar humanos en esta zona.
Me acercaba cada vez mas hacia lo que conocía la luz de mi habitación, pero algo, mejor dicho, alguien jalo de mi cola, y cuando me di cuenta estaba en lo más profundo del bosque, tardé un segundo para darme cuenta de que el olor no me quemaba la nariz, y me transforme como si eso sirviera de algo en un humano, alguien tomo mi cuello y me llevo acorralado a un árbol, era una mano helada la que me sujetaba “¿quien eres?” pregunte, no me respondió, quise leer su mente, pero no podía, no había nada, “¿Que quieres de mi?” volví a preguntar, pero una risa invadió mis oídos, sentí un frio aliento acercarse a mi cuello, no entendía nada
-Que clase de vampi…
-Hueles tan apetitoso, perro maldito- siseo una voz seductora, sentí escalofríos
-No juegues con la comida- dijo una voz cantarina, la diversión estaba entre cada palabra. No entendía nada, como es que una vampira olía tan exquisitamente, no inquietaba mi olfato, y como es que yo, un lobo, podía serle de su agrado.
-No entiendo lo que pasa, quienes son ustedes, por que asesinaron a ese chico- confundido estaba, luche por alejarla pero parecía poder mas que yo, me estaba dejando sin respiración, intente leer la mente de la otra vampira pero tampoco pude hacerlo.
-No tienes que saber quienes somos- rio sutilmente, sentí una humedad en mi cuello que me arrastraba a una especie de trance y al fuerte deseo de ser mordido, interrumpiendo escuche voces, estas se alarmaron y los tres vimos antorchas que se acercaban por todos lados, de seguro averiguaban cuales eran esos gritos, y al darse cuenta del cadáver se alborotarían. Aproveche el momento y me solté de la vampira anónima que me sujetaba, corrí todo lo que pude hasta que recordé que con cuatro patas era mas veloz, me convertí en lobo y acelere hasta llegar por fin a mi habitación donde tome forma humana, cerré la ventana esperando a que no me hubiera seguido…quienes eran esas dos bebedoras de sangre, por que habían dicho que era comida, se suponía que un vampiro no soporta el olor de los licántropos, estaba en muchas incógnitas, pero aun así envuelto en pánico.

viernes, 20 de marzo de 2009

La Visita.


Estábamos listos, dispuestos a buscar a los portadores de tan insoportable aroma, nos adentramos en el bosque desde el patio trasero de la casa.

-Recuerden mantener la calma- hablo mi padre al acercarnos a unos helechos que daban sin exagerar un metro de altura, todos asentimos esperando un plan.
-Esto será sencillo, Ethan, tu trata de leer sus mentes cuando los tengamos cerca- hice una señal de “Si” con mi cabeza –El resto solo sígame la corriente, ¿okey?
-¿Y si ellos muestran señal de ataque?- preguntó Will.
-Entonces nos defenderemos- aseguró Luperth.
-Esto será divertido- dijo en un juego Andy.
-Wendy, tu permanecerás todo el tiempo detrás de John, ¿de acuerdo?- Luperth miro a Wendy con severidad en el rostro, ella solo pudo asentir y resignarse a visitar a los recién llegados.

Cuando estuvimos ocultos muy adentrados entre los arboles todos cambiamos de forma humana a cuadrúpeda, Luperth con un gruñido se transformó en un lobo negro, Dolly en una loba blanca, Will en un salto se transformo en un lobo dorado, John pasando entre los helechos se convirtió en un lobo de pelaje color caramelo, Wendy se transformo en una loba de pelaje canela, Andy entre unas rocas se convirtió en un lobo marrón y yo tímidamente entre los arboles me convertí en el depredador que yace dentro de mi, un lobo plateado. Corrimos a toda velocidad siguiendo la dirección del olor, saltando agraciadamente de lado a lado, presumiendo nuestra forma lobuna, queriendo provocar envidia a los insignificantes animales que dejábamos atrás, llegamos a una no muy grande colina, y abajo había lo que parecía ser un patio trasero, ya el aroma era fuerte, sentía que mi nariz convertida ahora en hocico se quemaba por dentro, retrocedimos un poco para repasar nuestro plan, “Recuerden lo que tenemos que hacer, ya en estos momentos deben saber que estamos aquí” vociferó mi padre, “Ethan, ya sabes tú objetivo” asentí de nuevo sin decir una sola palabra. Volvimos a mirar la zona y ya no estaba sola, habían siete humanos, dos mujeres pálidas al igual que un chico alto que estaba en ese pequeño grupo, el resto tenían un color de piel oliváceo debajo de su palidez, tres mujeres y un chico fornido como el otro, miraban la colina, sabían que estábamos ahí, y por la forma que nos miraban parecía no agradarles nuestra visita, “será mejor que tomemos su misma apariencia, así sabrán que venimos en son de paz” aseguro mi padre.

Volvimos a tomar nuestra forma humana y caminamos sin un rastro de temor, vi como los “humanos” arrugaban la nariz mientras nos acercábamos, nosotros también hicimos expresión despreciativa al acercarnos más o menos a un metro de distancia, John se tapó la nariz de manera insultante, Andy dejo escapar una risa petulante y Wendy y yo los miramos de reojo divertido, Luperth nos miro serio y volvimos a mirar a los intrusos, quienes nos veían con el mas grato desprecio. La que parecía la líder del aquelarre dio un paso al frente, no se podía negar su hermosura, era tan blanca, casi deslumbrante, su piel iluminaba mas que el sol y sus labios carmesí se abrieron para decir…
-Buenas tardes, déjenme presentarme, soy Luna Hawkind y esta es mi familia: Susana, Oscar, Natalie, Lucy, Nathan y Alissa- movió su brazo señalando a cada uno de los integrantes mientras los nombraba.
-Yo soy Luperth Cromwell y ellos son mi familia: Dolly, Will, John, Andy, Wendy e Ethan. – Nos presentaba papá –No quisiera ser grosero pero, ¿por cuánto tiempo piensan quedarse?
-Aun no lo sabemos, creo que por un largo tiempo- respondió la mujer llamada Luna, con una voz hostil.
-Bueno, ya que es así, deben saber que esta no es zona de caza, por lo tanto deben tener cuidado con su menú- advirtió Luperth sonando igual de hostil.
-¿Están claras las reglas?- pregunto Andy cruzado de brazos para hacerse notar.
-Sí, sí, no morder ni matar a ningún humano cerca de esta zona porque sino los pondríamos en compromiso, nos atacarán y bla, bla, bla – dijo una chica de piel olivácea con anteojos llamada Susana, John y Will dejaron salir un pequeño gruñido. Yo aprovechaba cada palabra y segundo sin decir una sola palabra, para estudiar sus pensamientos, cada palabra que decían en sus fríos cerebros se lo informaba a mi familia, cuando estuve a punto de leer la mente de la vampira llamada Alissa ¡¡quede sorprendido!!
“Ni se te ocurra leer mi mente, estúpido perro”.
“Que… ¿cómo? ¿Como supiste…?”, yo la mire por un momento y ella me dirigía una mirada hostil mientras yo la miraba con incredulidad.
“Pues porque también leo tu mente, so bobo”.
“Pero como…”
“Mira, no tengo porque explicártelo, además no quiero hacerlo, solo no te metas en mi mente”, me gruñó y quien supuse era su madre, Luna, le dirigió una mirada de advertencia al ver que Luperth clavaba los ojos en Alissa.
-Alissa…- dijo su madre mirándola con atención, ella resopló y miró a mi padre atentamente, abrió los ojos como platos y en un instante trató de abalanzarse sobre él, los vampiros Nathan y Didel la detuvieron.
-¿Alissa, que te pasa?- dijo Nathan tomándola por un brazo.
-¡ES EL!- gritó ella, tratando de zafarse del agarre de sus hermanos.-¿¿Que no lo reconocen?? ¡¡ES EL MALDITO QUE ASESINO A NUESTRO PADRE!!- yo la mire e hice un intento por mostrarme defensivo. Todos los vampiros se tensaron, y miraron a mi padre, esperando una explicación a la acusación de la buchona Alissa, pero nosotros también miramos a Luperth expectantemente esperando una respuesta.
-¿Es eso verdad?... ¿Fuiste tu el asesino de Logan?-preguntó la pálida Luna, fríamente.
-Tuve que hacerlo. El estuvo a punto de atacar a mi hija Wendy…- trono mi padre mirándola con el ahora desprecio en sus ojos.
-¡Fue lógico que la atacara!- interrumpió Alissa hablando fuerte y claro -Ella estaba en SU territorio, ella no debía estar allí. ¡Fue SU culpa!-terminó de decir señalando a mi hermana Wendy. Clave mis ojos en Alissa fulminándola con la mirada y esta hizo lo mismo.
-Alissa- dijo Luna - Cálmate- y mirándola a los ojos le dijo “Es mejor tenerlos de amigos que de enemigos, recuerda eso”, claramente paso por mi mente, sin que esa vampira se diera cuenta, solo lo noto Alissa sin darle importancia.
-Será mejor que no la soltemos- dijo Nathan a Oscar -Solo por si acaso.
-Sí, no vaya a ser que se vuelva loca- sonrió el segundo vampiro, y Alissa resoplo sin encontrarle el punto chistoso al comentario.
La mujer llamada Luna aún estaba rígida en su sitio, mirando a Luperth inexpresivamente, el le devolvía la mirada mientras mi madre, Dolly, se sentía incomoda ante lo que pasaba. Yo mire a Luna y trate de leer su mente.
-Ni se te ocurra hacer eso, lobo.-dijo Alissa, mirándome. Los demás la miraban con expresión interrogativa en sus rostros perfectos.
-Mi nombre es Ethan, pero es mucho nombre para que lo pronuncies, ¿te cuesta tanto que te diriges a mi como…lobo?- repliqué orgullosamente.
-No me interesa como te llames, perro, solo deja de hacer lo que estas haciendo porque te las veras conmigo- y sorpresivamente me sonrió, dejando a la vista sus blancos y delineados dientes. La deteste en ese momento y por mi mente pasaron millones de insultos que sabia ella leería.
-¿Crees que te tengo miedo, vampira?- le pregunte, sonriendo también, pensé en atacarle pero me contuve.
-Vamos, atrévete lobo. Nunca podrás conmigo-dijo burlonamente, con una cantarina voz que era estridente en mis oídos.
-Estoy ansioso.-le mire.
-¡Ethan!- bramo mi padre severamente.-No queremos enfrentamientos, ¿cierto Dolly?
-Cierto. Ethan, hijo, por favor ya basta- escuche la voz de mi madre por primera vez y me tranquilice, aun así miraba a la vampira con odio.
-Alissa, ya sabes lo que te he dicho. No seas tan hostil- hablo Luna, con una mirada de advertencia.
-Sí, madre- contesto Alissa, mientras sus ojos se oscurecían un poco. Me pareció extraño, pero no quise hacerle creer que me importaba.
-Madre, ¿te importaría si nos llevamos a Alissa de caza?- pidió Nathan, dándose cuenta de lo oscuro de los ojos de Alissa y sintiendo un poco de hambre el también.
-No, vayan, después de todo ha sido un largo viaje.
-Recuerden, nada de cazar…
-Sí, ya sabemos, nada de cazar ni matar humanos en esta zona- dijo Natalie hablando por primera vez, con voz hastiada. Wendy la miro recelosa y ceñuda.
-Vamos Natalie, Susana y Lucy, vamos a cazar.

Alissa me miro por última vez antes de voltearse y correr rápidamente seguida de sus hermanos. Yo también la mire ceñudo, cuidando de no leerle la mente, quería evitarme tener problemas con el aquelarre de vampiros y mi familia.
-Ya están advertidos- recordó mi padre por ultima vez.
-Considéranos advertidos, Luperth. Aunque no tienen nada de que preocuparse- dijo Luna, inexpresivamente.
-Muy bien, eso espero. Familia, vámonos. Estaremos vigilándolos, vampira.
-Seremos cuidadosos- fueron las ultimas palabras de la blanquecina mujer, mi padre dio media vuelta y todos lo imitamos, nos adentramos en el bosque y para ser mas veloces nos transformamos en cuadrúpedos feroces.

jueves, 19 de marzo de 2009

Intrusos.



Estaba totalmente obstinado por el olor, era molesto, pero aun así no era muy fuerte, mi hermano John condujo a casa y cuando llegamos, mi padre, mi madre y mi hermano Will estaban sentados en el comedor, fue extraño porque no era muy común, además también estaban algo incómodos por el olor.

-Hijos, acérquense, tenemos un tema que tratar- llamó mi padre, pude en ese momento entrar en su mente y saber que pasaba, pero por respeto preferí no hacerlo, nos sentamos los recién llegados para escuchar lo que tenían que decirnos viéndonos las caras y pidiendo una explicación sobre aquel olor y lo que pasaba –Bueno, como sabrán algo no esta bien…y es que nos ha llegado visita- comenzó.

-Como así que visitas, papá, explícate mejor- cantó Wendy

-Calma hija…verán, lo que se avecina no es nada normal, y puede ser peligroso- note como mi padre clavaba sus ojos en Wendy al decir la palabra “peligroso” –Hace doce años nos alejamos de esto, y al parecer nos ha seguido aquí.

-Quieres decir que…

-Si, Will, han venido, los reconozco por su repugnante aroma- al ver la seriedad de Luperth, mi padre, se me erizaron los pelos, no sabia aun que era lo que sucedía, ¿Quiénes eran esos sujetos?

-Papá… ¿de quienes hablas?- quise saber, el solo me miro ahogando una respuesta, desvié la mirada para encontrar la de Wendy y luego la de Will.

-¿Qué sugieres que hagamos Luperth?- pregunto mi madre con angustia en sus ojos.

-No lo sé aun, Dolly- le respondió apretando los puños

-Padre no volveremos a irnos como lo hicimos… ¿Verdad?- le preguntó John.

-Ellos son los intrusos, nosotros no tenemos por que huir- estallo Will sin perder la paciencia, Wendy lo tomo de un brazo y miro a papá de manera suplicante.

-Sí, tienes razón, ellos son los intrusos pero aun no sabemos que es lo que quieren- estudio cada palabra mi padre.

-Seria cuestión de hacerles una visita, y saber que buscan, ¿no?- escuche la voz de Andy que hablaba por primera vez.

-¿Pero no seria arriesgado?- pregunte alarmado, mi madre tomo mi mano para tranquilizarme y la mire pidiéndole una respuesta.


-Seria arriesgado, pero tenemos que hacerlo, hijos y cuento con ustedes- hablo Luperth, todos asentimos y quedamos en darles una visita a los intrusos.

Después de que la charla terminó, subí a mi habitación y me puse a escuchar un disco compacto, Angels mi canción favorita del momento, simplemente escuchar al grupo Within Temptation me relajaba de tal forma que me hacia olvidar todo y cuando estuve a punto de quedarme dormido entro Wendy a mi habitación.

-Ethan, ¿que opinas de lo que está sucediendo ahora?- me hablo mientras se sentaba en una esquina de mi cama.

-No sé qué pensar Wen, no quiero dejar Aberdeen, solo porque hallan aparecido esas personas- le respondí mientras me sentaba y cruzaba las piernas, le di espacio para que ella me imitara y estuviera mas cómoda.

-Se notaba que papá hablaba en serio, yo sinceramente no quiero ir mañana a verlos- dijo Wendy mientras desviaba la mirada.

-¿Qué paso exactamente, hace doce años? Quiero que me cuentes…

-No Ethan, eso fue lo mas horrible que pude haber visto…

-Quiero saberlo Wen, confía en mi, ¡oh! ¡Vamos!- le supliqué, desenrosque mis piernas y me acerque mas a ella tomándola de la mano.

-Papá me hizo prometer que no hablaría sobre esto, Ethan- me miro suplicante para que no insistiera, pero era en vano que dejara de insistir.

-Te prometo que no diré nada hermana, pero quiero saber la razón de aquella huida…por favor- apreté su mano esperando a que por fin me contara. Sin poderse resistir más comenzó a redactarme cada escena que vio aquel trágico día, cada vez mas se me ponían los pelos de punta, y no podía creer lo que me decía, pero era verdad, todo aquello resultaba tan ficticio.

-Y eso fue lo que paso… no pude dormir después de eso- me abrazo y la rodee con mis brazos hundiéndola mas hacia mi, duramos así minutos ya que un ruido muy conocido nos hizo despertar.

-¿Veras ensayar a Andy?- me preguntó Wendy secándose algunas lagrimas.

-No, había olvidado que tengo que realizar la tarea de trigonometría, y estudiar la clase de biología- le conteste con una sonrisa.

-Bueno, suerte- me dijo al final y salió de mi habitación casi dando brinquitos agraciados.

Eran las seis de la tarde cuando comencé a realizar mis tareas, abrí la ventana para escuchar las veces que comenzaban a tocar y a parar mientras le hacían cambios a la canción que componían Andy, Michael y sus otros dos amigos, sin darme cuenta se habían hecho las ocho de la noche, cene con mi familia en silencio mientras ellos hablaban de lo que habían hecho en el día, al terminar la cena me despedí y subí como de costumbre organizando en mi mente lo que haría al amanecer y durante el día, me encerré y al acostarme abrí un libro para tener un poco de lectura ligera antes de dormir, pase algunas veintiún paginas y me quede dormido…

"Estaba todo oscuro, y caminaba sin rumbo, vi un lumbral y al acercarme llegue a un frondoso bosque donde vi a una mujer, tan blanca como la nieve y ojos escarlatas, tenía una risa seductora, sus ondulados cabellos le daban a la cintura, estaba sentada erguida sobre una roca, llamándome, hipnotizado me fui acercando a ella, pero al llegar sus blancos y perfectos dientes relucieron en su rostro, sangre empezó a salir de sus ojos, quise alejarme pero no podía, mire alrededor y los arboles también parecían llorar sangre a cantidades, empecé a desesperarme y todo comenzaba a cambiar, los arboles se convertían en cadáveres humanos bañados en sangre, fije los ojos en la misteriosa mujer y esta abrió su boca para morderme".

Al despertar el martes por la mañana el sol estaba oculto entre las nubes, y pequeñas gotas finas caían, me aliste y fui con mis hermanos a la secundaria, la mañana paso normal, fui a clase de matemática, química y gimnasia, charlé con mis amigos en la cafetería y salí a buscar un material de apoyo para biología, después de eso me fui con mis hermanos de nuevo a casa, el olor no desaparecía y la visita no daría marcha atrás, cuando papá daba una orden había que cumplirla.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Aberdeen.



No me había puesto a pensar lo importante que era vivir rodeado de personas “iguales” a ti, pero a la vez tan diferentes, ese era mi caso…

*Septiembre 1987*

…Si, era mi caso definitivamente, tenía un fuerte secreto desde que me mude a la ciudad de Aberdeen “La ciudad del granito”, en Reino Unido, una ciudad de 184.46Km2, población 212.125…212.132 contando a mi familia para ser exactos, con un pésimo pero a la vez agradable clima, escasa luz del sol y con muchas lloviznas, era lo que me molestaba, curioso era que amaba la neblina, en fin, mi problema estaba en el secreto que ocultaba, Yo, soy un depredador, lejos del mito de comer pastorcillas pero cerca de comer sus ovejas, nadie podía saber lo que escondía, nadie podía saber que era una criatura diferente y nadie podía saber porque desaparecían algunos animales misteriosamente.

Vivo en una casa normal, con muchas habitaciones y gran patio trasero, poblado de arboles ya que vivíamos en lo más profundo del bosque. Luperth mi padre, trabaja de abogado desde que llegamos aquí, es justo y siempre tiene respuesta para todo. Dolly mi madre, tiene un gran corazón, y ama a todos por igual, Will, mi hermano mayor, divertido y amante de autos deportivos, estudia en la Universidad de Aberdeen cerca de la secundaria a la que voy, John, es otro de mis hermanos, siempre misterioso, Wendy, mi melliza, traviesa y un poco desobediente, pero al final una excelente hermana, Andy, el más pequeño de la familia y guitarrista de una pequeña banda de rock, aun ensayan en la cochera de la casa, produciéndole dolores de cabeza a mamá y por ultimo yo, Ethan Cromwell un chico al que se le podría decir “el aburrido de la familia”.

Era lunes, comienzo de la semana de clases, tenía que alistarme para ir, baje a desayunar y no estaban ni papá ni Will, solo estaban en el recibo Wendy, John y Andy esperándome, me despedí de mamá y los cuatros nos fuimos en uno de los Mercedes de John. Al llegar, en la puerta de la Escuela Secundaria de Aberdeen me esperaba Zaray, mi novia, completamente humana y perfecta, no tenía ni idea de mi secreto, muchas veces quise decírselo pero temía que se alejara, entramos a la primera clase del día, biología, mi clase favorita, estudiábamos la reproducción de las moscas de ojos blancos y ciclos de su transformación, el profesor Boorgon era bueno dando la clase aunque unas cuantas veces demostraba lo despistado que era, el timbre sonó y me dirigí junto con Zaray a la cafetería, ya estaban mis tres hermanos sentados en el centro apartando tres sillas.

-El señor Boorgon me… ¡aburre!- comentó Zaray, retenía una pequeña risita mientras lo decía.

-Es un chiflado, está loco por los insectos- hablo un chico de cabellos castaños, llamado Michael que ocupada el último puesto vacio.

-A mí me gusta como da la clase- opine, pero no pareció importar, les gustaba burlarse del rechoncho y calvo profesor.
-Cambiando de tema, ¿Andy esta tarde ensayaremos en tu casa, no?- preguntó Michael cambiando completamente el rumbo del tema –Hay que practicar la nota alta.

-Okey, vale- contesto Andy tomando un poco de gaseosa.

No me había fijado de que la pequeña charla había tomado todo el tiempo, el timbre había sonado y la cafetería comenzaba a quedar sola, me levante y me dirigí a clase de trigonometría, luego tenía gimnasia, como si no fuera peor, deje a Zaray en clases de lenguas y seguí mi camino.

-¡Hey…como estas!- me saludo Ariadna cuando entraba al salón, como de costumbre mi puesto estaba junto al de ella en esa clase.

-¡Hola!- salude mostrándole una sonrisa, mientras me sentaba en mi lugar.

-¿Sabes que estoy planeando con los muchachos ir al muelle a pasear el sábado, te unes?- me pregunto algo interesada por mi respuesta. Lo medite un momento pensando que sería bueno, y un Sí salió como respuesta.

-Y… ¿Quiénes irán?- pregunte curioso.

-Irán Sebastián, Anastasia y Damián- respondió mientras escribía unas cosas en su cuaderno.

-Hmm, será bien- finalice la invitación mirando a la profesora entrar.

-…Buenos días chicos- saludó mientras entraba con montañas de papeles, el salón resonó en un uniforme “Buenos días señorita Stuart” –Eh corregido los exámenes de la semana pasada…debo decir que vi un muy buen esfuerzo esta vez- dijo sonriendo encantadoramente sin importar que tan bajo estaba el ánimo en el salón. Entregó los exámenes y en el mío tenía un…

-¡Diez eh!...no me ha ido mal a mí, un nueve- dijo Ariadna buscando el minúsculo error en su examen.

-Bueno, hoy calcularemos la hipotenusa de un triangulo- vociferó la profesora. La clase se dio normal, y con un poco de sueño, tome notas y participe en clases junto con mi compañera de mesa, se hacía cerca de las doce del medio día cuando sonó el timbre, Salí para ir al gimnasio no sin antes despedirme de Ariadna. Fui y me cambie de ropa en el vestuario y salí con mi raqueta de tenis para ver la clase, el entrenador Grawp era muy estricto cuando se trataba de deportes.

-Señor Cromwell, formara equipo con la señorita Queen…- ordenó el entrenador. Así lo hice, el equipo contrario comenzó con un buen saque la cual Anastasia devolvió con facilidad, cuando vino hacia mí la pelota la golpee con un slice haciendo que el contrincante tratara de atacar por debajo pero falló, el juego continuo y ganamos gracias a mi compañera, la clase terminó y salí por un poco de agua en el bebedero y camine a la salida, dos de mis hermanos ya estaban en el estacionamiento, abrí la puerta para salir y un olor desagradable me pego de repente, no era muy fuerte pero si picaba un poco, me extrañe e instintivamente me lleve una mano a la nariz, camine al convertible y note que no era el único, Andy y John también tenían la nariz tapada.

-¿Tienen idea de lo que puede ser este olor?- pregunte curioso.

-No, y no creo que seas tú- contesto John riendo a carcajadas, Andy lo imito y no pude evitar reír también.

-Allá viene Wendy- aviso John, vallan montándose en el auto- Andy y yo obedecimos y vi a Wendy taparse la nariz, los ojos se les aguaron y se metió en el auto con toda a prisa que pudo, como si huyera de una avalancha de fans.

-¿Tienen rato esperándome?- dijo al sentarse a mi lado.

-No, en realidad no creo que tengamos mucho tiempo aquí- le respondí.

-¿Pero qué rayos es este olor?- preguntó inquieta.

-No lo sabemos, Wen, pero será mejor que arranques John- dijo Andy. John prendió el auto y comenzó a salir del estacionamiento, mire por la ventanilla y vi que a nadie le parecía molestar tan repugnante olor, todos caminaban tranquilos, me quede pensativo, sabía que esto no estaba bien, sin embargo no quise decir nada.

martes, 17 de marzo de 2009

La Batalla.



*Canadá, Agosto de 1975*

El bosque, un paisaje hermoso y tímido, inofensivo a la vista humana, un gran cofre que guarda los secretos de quien se los pide, testigo de millones de crímenes y casa de animales de diferentes tipos de razas, especies y tamaños, escondite de dos feroces y temidas bestias.

Entre las rocas mohosas por la humedad, plantas de diferentes formas y tamaños, arboles gigantes llenas de pequeños parásitos, todo un cuadro de distintos tonos de verdes, se encontraba una pequeña loba explorando la zona traviesamente alejada de sus padres, corría y jugaba alegremente saltando de aquí para allá, corriendo de un lado a otro, una loba de pelaje color canela, por lo pequeña que era se deducía que era un cachorro aun. ¡¡Pero qué animal tan bello!! Serian las palabras de un zoólogo con tan solo verla. Se distrajo al ver a una enorme mariposa azul que pasaba revoloteando de flor en flor, completamente maravillada la pequeña lobita la persiguió adentrándose cada vez más en el frondoso bosque, la mariposa se detuvo en una hoja grande de helechos que estaban junto a un árbol, en frente había un estrecho riachuelo que producía un sonido tranquilizador y relajante, la lobita se detuvo para sopetear un poco de agua, y así calmar su sed, luego siguió persiguiendo a la mariposa cruzando al otro lado, corrió y corrió, saltó y saltó para alcanzar al insecto volador que huía de ella…sin darse cuenta llego hasta una parte carente de arboles, un espacio singular y agradable, y ahí, miro algo que le produjo temor. Se encontraba ahí, un ser temible y aterrador, a la vez hermoso y de rostro jovial, era un hombre tan pálido como el mármol que se alimentaba de un venado, su rostro con rastros de sangre en las mejillas levanto la vista en dirección a un árbol ancho que estaba oculto entre otros delgados arboles y planta donde estaba escondida la cría de lobo, la pequeña hizo el intento de escapar volviéndose sigilosamente para no ser descubierta, pero ahí estaba, cara a hocico unos enormes ojos negros que la miraban fijamente, la pequeña loba de bello pelaje chillo de susto y corrió en vano hasta el pequeño espacio donde permanecía el cadáver del venado, lo miro fijamente temerosa, preparándose para atacar si este se le acercaba “¿El cuello o la nariz?” pensaba la pequeña lobita inocente, ahí estaba entre la vida y la muerte, no había alternativa, el bebedor de sangre era mucho más grande que ella, perfectamente con una mano podía dividirla en dos si quería, escucho el crujir de las ramas instintivamente una de sus diminutas orejas se giro en dirección al ruido que cada vez se hacía cercano…De la nada apareció un lobo negro de gran tamaño y abundante pelaje parándose en frente de la pequeña, mostrándole al “hombre” sus enormes y afilados colmillos, gruñendo dispuesto a atacar miraba fijo al sujeto, y ahí estaba otra escena templada de lujuria y futuramente de violencia, segundos después apareció detrás del cachorro una loba de mayor tamaño, y un poco más pequeña que el lobo negro, con diferencia de que esta era una hermosura mas blanca que la nieve, en sus ojos reinaba el pánico al ver a su compañero a punto de combatir con el “hombre” ensangrentado, la pequeña loba corrió para refugiarse detrás de la recién aparecida. “¡¡Luperth!!” mascullo mentalmente la loba blanca, “¡Dolly, llévate a Wendy!” ordenó el lobo negro sin bajar la guardia, "Pero..."“¡¡PONLA A SALVO!!” Sin decir más la loba desapareció entre los helechos llevándose con ella a la pequeña en el hocico.

Quedo solo vigilando que no se fuera a mover el bípedo que estaba riéndose de forma maliciosa, los arboles sonaron y las ramas crujieron, Luperth vacilo y miro hacia arriba, mas “humanos” habían llegado, montados en las altas ramas para ver una película de acción, pudo contar a siete ¡¡Estaba rodeado!! Una humana bajo como un felino del árbol para tratar de detener al bebedor de sangre.
–Logan, deja a ese perro tranquilo- le decía la hermosa mujer, Luperth la miro con desprecio por haberlo insultado y dejo salir un gruñido acercando mas el paso.
–Déjame, Luna- respondió Logan, detrás del lobo negro apareció de nuevo la loba blanca, Dolly, en apoyo e instintivamente se puso en guardia, “Vámonos, son muchos” trataba de convencer en vano, los seis bípedos que estaban minutos antes en los arboles bajaron en defensa, uno de ellos se acerco a Dolly, y le jalo de la cola por maldad haciendo que chillara de dolor, Luperth brincó sobre el atacante y en defensa Logan arrastro a Luperth haciéndolo caer lejos, los demás hicieron el intento de ayudar pero Logan no se los permitió, la batalla era solo entre el perro y él, el lobo negro se levanto sin mucho esfuerzo y se abalanzo sobre el humano mordiendo su brazo izquierdo, Logan lo golpeo con fuerza pero Luperth se defendió con un rasguño en la fría mejilla del sujeto, ponzoña salió de la reciente herida, y se alejo para limpiarla bruscamente mientras Luperth y Dolly fruncían aún más el hocico a causa del olor producido, corrió en círculos para rodear al lobo y en un repentino ataque el lobo estaba cayendo sobre una roca, Dolly, la loba blanca quiso ayudar pero Luperth ya se había recuperado, el humano no iba a poder más que él, con un ladrido brinco directo al duro pecho de este y directamente mordió su cuello, apretando con rabia su mandíbula clavando sus colmillos y salpicando de ponzoña los alrededores, siguió apretando mas hasta que en su hocico quedo la mitad del pálido cuello, que ahora solo era una cascada de ponzoña, Logan había muerto degollado por un lobo, cansado y dejando caer el “cadáver humano” se alejo, los siete humanos dejaron salir un grito escalofriante lleno de odio hacia los cuadrúpedos, los lobos salieron huyendo para salvar sus vidas, y tres de los humanos salieron a perseguirlos y acabar con sus vidas, una de ellas gritaba amenazadoramente asegurando comérselos.

Los lobos corrieron lo más rápido que pudieron y de vez en cuando echaban un vistazo para ver si estaban a salvo, pero no, hay seguían ellos, gritando y apartando cuanta rama se les atravesara, con un movimiento veloz Luperth y Dolly se desviaron hacia su guarida, tenían que poner a salvo su pequeña manada, llegaron a la cueva respirado entrecortadamente, una cueva de pasillo estrecho y gran espacio al final, cinco cachorros uno un poco más grande que el otro y de colores surtidos, estaban jugando inocentemente entre ellos mordiéndose las orejas, cuellos y patas, una inofensiva lucha entre cachorros hermanos, la lobita de color canela al ver a sus padres llegar se detuvo y se arrinconó esperando el regaño, Luperth la miro severo y esta se encogió todo lo que pudo, “¡¡Tenemos que irnos…pronto!!” dijo el lobo negro, los cachorros lo miraron extrañados por la noticia “¡¡¿Cómo pudiste alejarte de nosotros?... te prohibí alejarte demasiado!!” dedicó estas últimas palabras a la única cachorra de la manada. Dolly le dedico una mirada de suplica a Luperth para que no fuera duro con Wendy pero este no le prestó atención, “¿Pero a dónde iremos?” quiso saber el más grande de los cachorros, “Lejos de aquí, si es posible cruzaremos el mar” dijo molesto Luperth, “Pero están pequeños, Luperth” suplico Dolly “Resistiremos, solo que no podemos cruzar como animales” aseguro Luperth aun mirando a Wendy de reojo, esta se intimido y giro la cabeza para no ver a su padre, “Tú, y tu espíritu explorador” le dijo el más grande de los cachorros a Wendy, era de un pelaje amarillento, casi dorado “Will” fue lo único que pudo decir la pequeña, en tono suplicante para que no la fastidiara, ya estaba lo suficientemente apenada por lo que había hecho.

Salieron en fila india de la cueva, encabezado por Luperth y finalizado por Dolly, quien vigilaba perfectamente a los cachorros. Tenían que alejarse de ahí a como diera lugar, tenían que ponerse a salvo, irse del país si era posible, mezclarse entre los humanos, usar un disfraz, comenzar una nueva vida, todo lo que fuera necesario para alejarse de los…Vampiros.

Los tres aparentes humanos rastrearon por el olor, la cueva que era hogar de siete lobos, y al notar que ya no estaban, su furia se multiplico
–¡Juro, hacer pedazos a esos perros, cuando los encuentre!- dijo una chica, de piel lisa, morena y hermosa, cabellos ondulados y ojos dorados.
–No serás la única en deshuesar a esos apestosos, Alissa- dijo otra chica mas.
–Deberíamos irnos, este lugar huele repugnante, Alissa, Natalie- vocifero un chico alto, obedecieron y totalmente llenos de odio, los siete vampiros juraron vengarse de los malditos perros, dispuestos a mover cielo y tierra para encontrarlos.

viernes, 13 de marzo de 2009

Prefacio.

"Nunca había pensado en las personas con las que te topas en la vida...personas iguales a ti, pero a la vez tan diferentes, más las personas que son completamente diferentes a ti, son las que marcan la diferencia".