*Canadá, Agosto de 1975*
El bosque, un paisaje hermoso y tímido, inofensivo a la vista humana, un gran cofre que guarda los secretos de quien se los pide, testigo de millones de crímenes y casa de animales de diferentes tipos de razas, especies y tamaños, escondite de dos feroces y temidas bestias.
Un Alce joven pastaba tranquilamente en un claro, lejos de su manada, no se había dado cuenta que se alejaba poco a poco de ellos buscando la hierba más verde, la más deliciosa podría decirse.
Unos ojos lo observaban de entre las sombras, oscuros ojos que miraban atentamente, esperando el momento adecuado para atacar. La criatura se agazapó y se lanzó en pos del Alce que, captando el peligro, echó a correr, corrió velozmente, pero su velocidad no se comparaba con la de la criatura que estaba persiguiéndole, aún así no se dio por vencido y corrió, notando como dejaba atrás a su perseguidor, hasta que detrás de un árbol salió otra criatura; asustado, el Alce retrocedió, sin darse cuenta que detrás de él estaba la criatura que le perseguía primero, esta sonrió mostrando sus puntiagudos dientes, y sin darle tiempo a escapar, lo tomó y clavó los dientes en su cuello, la vena yugular, por donde la sangre fluía más rápidamente. El Alce trató de pelear para liberarse pero la criatura no lo dejaba, cerró los ojos notándose débil, sus patas cayeron sin vida mientras la criatura saciaba en él su sed de sangre.
-Sabes que no es bueno jugar con la comida, Alissa.-dijo Logan a la criatura de ojos dorados y cabellos ondulados que en ese momento se levantaba, limpiando con su dedo una gota de sangre que resbalaba por su barbilla y llevándoselo a los labios.
-Que puedo decir, Logan? Me gusta jugar.-dijo Alissa con una sonrisa, riendo ligeramente ante el doble sentido que sólo ella entendía, que siempre le imprimía a sus palabras.
-No me gusta la sangre de Alce.-dijo otra voz, sentada en la rama de un abeto.-Tiene un gusto…
-Diferente, lo sabemos.-dijo una dulce voz acercándose a ellos a paso tranquilo, con otra persona a su lado.-Pero es la única forma de sobrevivir sin ser monstruos.
-“Ya lo somos…”.-pensó la vampira llamada Alissa.
-Luna tiene razón, es lo único que podemos hacer para sobrevivir, Oscar.-dijo Logan mirando como Oscar saltaba de la rama y aterrizaba en el suelo sin hacer ruido.
-Porqué tuvimos que venir acá? En África estábamos muy bien, además había una multitud de depredadores…-terminó en un susurro.
-Basta Oscar, eso que estás pensando no está ayudándome mucho que digamos.-dijo Alissa mordazmente, sintiendo un ardor conocido en su garganta, a pesar de que no hacía mucho se había alimentado.
-Entonces no leas mi mente, hermanita.-dijo Oscar mostrándole los dientes a Alissa.
-Prácticamente lo estás gritando! Como quieres que haga?-replicó ella.
-Basta los dos.-dijo Luna y ellos callaron de repente, Alissa le sacó la lengua a Oscar en una actitud infantil, éste le sonrió y se acercó rápidamente, en un fluido movimiento, para pasarle el brazo por los hombros mientras ella le abrazaba de la cintura.
-Dónde están Natalie, Lucy, Susana y Nathan?.-preguntó Logan.
-Nos llamaban?.-se escuchó una suave voz, perteneciente a Natalie.
-Sí, ahora esperen aquí, volveré en un momento.-dijo Logan.
-Porqué? Pensé que nos marcharíamos ya.-dijo Nathan.
-No se ha alimentado bien, y saben que es peligroso.-dijo Alissa mirando a Logan atentamente.
-Bueno, entonces esperen.
Y sin decir más, se movió fluidamente y desapareció de su vista.
Corrió por unos minutos hasta que notó un olor en el aire, frunció la nariz al notar lo que era, “Venado”, pensó con disgusto, pero se apresuró, lo tomó entre sus brazos, una presa fácil, y clavó sus colmillos en su garganta, succionando su sangre rápidamente, notaba como bajaba por su garganta y aliviaba el escozor que le producía la sed. Escuchó un ruido cercano, y levantó la vista hasta de dónde supuso, habría algo escondido, se levantó habiendo finalizado su comida, pero ese ruido le había producido curiosidad así que se acercó rápidamente, colocándose en frente de lo que había producido el ruido, en sólo dos segundos, se dio cuenta que lo que estaba ante sus ojos era una cría de lobo, la miró atentamente por un segundo más, estaba decidido a irse de allí cuando escuchó movimiento a sus espaldas, y de entre la maleza salió un enorme lobo negro, supuso que era el padre de la cría así que se irguió en toda su estatura, al ver que ese lobo le mostraba los dientes, gruñendo en su dirección, una clara invitación a un enfrentamiento. Escuchó ruidos detrás de sí y notó como otro lobo, de color blanco, aparecía detrás de la cría mientras esta corría a refugiarse detrás de la loba que, según supuso, era su madre. Notó como el lobo negro gruñía en dirección a la loba blanca, y como ésta tomo del lomo a la cría con los dientes, alejándose de allí.
Le sonrió al lobo negro, que no se movía de su posición y seguía gruñendo, al instante escuchó movimientos en las copas de los árboles cercanos, olfateando el aire se dio cuenta que los que los acompañaban eran los miembros de su familia.
-Logan, deja a ese perro tranquilo.-decía Luna, colocando una mano en su hombro, susurrando furiosamente en su oído.-Vámonos deprisa, los chicos están impacientes.
-Déjame Luna.-dijo él.-Los chicos tendrán que esperar, creo que este perro quiere pelea.
Miró a su alrededor y vió a la loba blanca salir de entre los matorrales, colocándose al lado de el lobo negro, preparándose para el ataque.
Notó como Natalie bajaba de los árboles y sonriendo, se acercó a la loba blanca, le jaló la cola, haciendo que esta chillara de dolor, lo que provocó que el lobo negro se abalanzara sobre ella. Logan corrió, tomando al lobo negro de la cola y lanzándolo, haciendo que se estrelle contra un árbol que se estremeció, los pájaros que habían allí se alejaron volando rápidamente.
Los demás bajaron de los árboles dispuestos a ayudar, pero Logan extendió su mano y los detuvo. Esto era solo entre ese perro y él.
El lobo se levantó sin ninguna dificultad, con el hocico completamente abierto, mordió el brazo extendido de Logan, este lo golpeó, haciendo que se quitara, con un salto, el lobo se dirigió a su cuello, clavando en él sus colmillos, rompiendo su cuello, montones de un líquido que aquél lobo no supo identificar salió de la herida abierta de el cuello de Logan, este cayó al suelo, inmóvil.
Diferentes gritos de rabia se escucharon en ese claro. Alissa, Nathan y Natalie observaron a los lobos correr, más estos se lanzaron en persecución de ellos, mientras Alissa gritaba.
-Malditos Lobos! Os juro que los mataré y me los comeré!.-apresuró su paso, dejando atrás a los demás, en pos de esos lobos, que se iban alejando cada vez más de ellos.
-No podemos perder su rastro, tenemos que vengar la muerte de Logan!.-gritó Alissa enfurecidamente.
Corrieron por unos minutos más, llegaron a una cueva donde el olor se hacía más fuerte, frunciendo la nariz registraron el lugar, notando que no estaban allí, su furia se multiplicó.
–¡Juro que cuando encuentre a esos malditos perros los despedazaré,!-gritó Alissa, presa de la rabia, con sus manos temblando.
–No serás la única en deshuesar a esos apestosos, Alissa- dijo Natalie, tratando de controlarse.
-Controlen sus emociones. Ya saben lo que pasa si se dejan llevar por una de ellas. – susurró Nathan, apretando los puños, tratando de calmarse.
-Está bien.-dijo Alissa entre los dientes, cerró los ojos y suspiró, relajándose un poco.
–Deberíamos irnos, este lugar huele repugnante, Alissa, Natalie-dijo Nathan, aparentemente calmado, mientras que en su interior, bullía esa rabia que tanto se esforzaba por contener. Alissa y Natalie le hicieron caso y salieron de ese lugar, llenos de odio, jurando venganza.
Llegaron al fatídico claro rápidamente, Oscar salió a su encuentro, preguntando:
-Los encontraron?.
-No, los malditos huyeron.-dijo Alissa entre dientes.
Miró a su izquierda y vió a Luna arrodillada al lado del que una vez había sido como su padre, su creador. Un sentimiento de tristeza combinado con rabia se combinó en su interior, y de repente sintió ganas de llorar, lágrimas que nunca derramaría. Los vampiros no pueden llorar.
-Deberíamos…quemar…sus…restos.-dijo Susana en un susurro audible para sus agudos oídos. Nadie habló, nadie dijo una palabra, pero Oscar sacó un encendedor de su bolsillo mientras Natalie y Lucy tomaban ramas y hojas secas de los alrededores, Oscar acercó el encendedor al montón de hojas secas y ramas, soplando un poco y alejándose mientras el fuego cobraba vida rápidamente. Todos observaban con diferentes expresiones a el montón de hierba quemándose junto con el que alguna vez había sido su amigo, su padre, esposo y creador que se quemaba lentamente, con el humo elevándose a los cielos, mientras que la vampira de ojos dorados, tez oscura y cabello ondulado miraba todo ausentemente, dejando que la rabia recorriera su cuerpo, sintiendo como las ansias de venganza aclaraban su mente, formando planes, sorprendentemente sonrió una sonrisa sin alegría, pensando en la mejor forma de vengarse de aquellos perros malditos que habían asesinado a Logan, su padre.
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N/A: Por fin nuevo cap! Lo tenía escrito hace tiempo, pero hasta ahorita lo subo. Cuento con la aprobación de Ethan :)
La imagen es cortesía de Zananeichan en Deviantart.
Espero les guste el cap.
Besos.
Alissa.
viernes, 26 de febrero de 2010
viernes, 7 de agosto de 2009
Prefacio - Alissa Hawkind.

Tenia que idear el plan perfecto para vengar la muerte de mi padre, acabar con cada uno de los Cromwell iba a ser una aventura única, atacaría de la misma manera que lo hizo el perro negro, quitando de en medio a sus seres queridos. Miré mi reloj y sonreí dando espacio a mis dientes blancos, el tiempo había llegado, todos y cada uno de los minutos que quedaban para acabar con la vida de los Cromwell los aprovecharía para divertirme.
Un juego no apto para cardíacos…
Primera victima, Ethan Cromwell, imaginarlo en su lecho de muerte me hacia sonreír, verlo desesperado por falta de aire, suplicando piedad mientras lo asfixio con mis propias manos; no, no era lo ideal, eso sería muy infantil, suave y sin una pizca de diversión, pero, ¿Como lo asesinaría?, atraerlo a lo mas profundo del bosque y luego desmembrarlo era tentador, dejarlo en la puerta de su casa en ese estado no era mala idea, ver a la familia sufrir sería excitante.
Luego acabaría con la chica lobo llamada Wendy, siguiente en sufrir antes de morir, Andy, luego John, Will y por ultimo su compañera la loba mayor, Dolly. Acabar con la familia de Luperth era una buena manera de hacerlo pagar, dejarlo solo, desamparado, perturbarlo hasta la locura y verlo morir lentamente iba a ser mi venganza.
Si…esa será mi venganza.
Alissa Hawkind, tienes una mente brillante e inocente…
Un juego no apto para cardíacos…
Primera victima, Ethan Cromwell, imaginarlo en su lecho de muerte me hacia sonreír, verlo desesperado por falta de aire, suplicando piedad mientras lo asfixio con mis propias manos; no, no era lo ideal, eso sería muy infantil, suave y sin una pizca de diversión, pero, ¿Como lo asesinaría?, atraerlo a lo mas profundo del bosque y luego desmembrarlo era tentador, dejarlo en la puerta de su casa en ese estado no era mala idea, ver a la familia sufrir sería excitante.
Luego acabaría con la chica lobo llamada Wendy, siguiente en sufrir antes de morir, Andy, luego John, Will y por ultimo su compañera la loba mayor, Dolly. Acabar con la familia de Luperth era una buena manera de hacerlo pagar, dejarlo solo, desamparado, perturbarlo hasta la locura y verlo morir lentamente iba a ser mi venganza.
Si…esa será mi venganza.
Alissa Hawkind, tienes una mente brillante e inocente…
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N: Me gustaría aclarar unas cosas, este prefacio no lo escribí yo, naturalmente lo escribió fué Ethan. Quiero añadirle no sólo acción a la historia, sino los motivos que Alissa tiene para vengarse de los Cromwell, no sólo por el asesinato de Logan. sino por el de su padre y creador(el mismo Logan) si lo vemos todo desde el punto de vista de ella obtenemos algo muy interesante porq Alissa tiene una mente macabra y calculadora, es cierto, pero es producto de su sed de venganza, los vampiros son criaturas muy vengativas, y eso se refleja en los pensamientos de ella y de todos los Hawkind al clamar justicia por sus propias manos por la muerte de la cabeza de la familia.
Pero, ella también tiene una mente inocente, por eso digo que será interesante su punto de vista de todo lo que ha pasado. Espero poder explicar bien eso, ya que me toca escribir eso a mí jeje.
Espero no tardarme tanto, he sufrido de bajas de inspiración que ni que les cuento =S
Besos y que estén bien.
Alissa.
viernes, 24 de julio de 2009
Inocentes.
El camino se me hizo largo debido al morbo de ser descubiertos en algún momento, me acerque a Wendy y a Andy que estaban parados como piedra.
-¿Qué pasa?- quise saber.
Wendy me señalo el camino con su dedo índice, había una larga línea roja que indicaba como llegar al gimnasio.
-Los guardias se están acercando- aviso John que acababa de llegar. Wendy corrió siguiendo la fina línea que se curvaba en la pared formando agraciadas ondulaciones, al parecer quien lo había hecho se había divertido con su sádico juego.
Llegamos a la puerta central del gimnasio mirando las marcas de manos rojas por todos lados de la puerta.
-Abre, Wen- ordeno John tragando saliva.
Wendy empujo la puerta y sus manos automáticamente fueron a parar en su boca, Andy se puso tenso y John cerró los ojos y apretó los dientes, dude por un segundo mirar pero no resistí la tentación: El cuerpo de Scott Mariótti colgaba desde uno de los aros de Básquet, tan pálido como el yeso, con sus ropas raídas, con mas de una mordida y sus ojos desorbitados reflejando horror y temor.
-¿Pero quien tiene una mente tan descabellada?- gruño Wendy.
-Lo sabemos perfectamente- espetó Andy mirando aun el cadáver.
-Dices que viste en tu visión a uno de ellos- recordé.
-Si- asintió John.
-Es una lastima que su muerte halla sido tan...divertida, ¿puede ser?- se acercaba el vampiro oliváceo.
-Cuentas tus horas- amenazó John perdiendo los estribos. Mire a nuestro nuevo acompañante.
-Solo que, esto no es algo que, haríamos- lo ignoro el vampiro cruzándose de brazos.
-¿Como pruebas eso?- se acerco John temblando de ira apunto de entrar en fase.
-No deberíamos atacar aquí- le tome del brazo sabiendo sus intenciones.
-Eso te lo puede responder, Ethan- canto la voz de Alissa apareciendo detrás de Oscar –Quien se halla alimentado de este miserable humano no es de mi familia.
-El no lo hizo, John…pero si se lamenta no haber podido divertirse con Scott- murmure para calmar a John, Andy lo tomo del otro brazo para ayudarme.
-E ahí la respuesta- volvió a hablar Alissa petulante arrastrando cada una de las palabras.
-Si, verdaderamente lamento no haberlo hecho yo- se quejo Oscar dándome la razón con la vista fija en el cadáver.
-¿Qué hacías aquí entonces?- interrogo Andy dedicándole una mirada envenenada.
-Solo estuvo en el sitio equivocado, Cromwell- vocifero Natalie apareciendo detrás de Alissa con sus manos atrás y gesto angelical –A Oscar no se le puede acusar de eso- señalo al cadáver -hasta probar todo lo contrario- sonrió
-Es curioso que siempre están en el sitio equivocado, entonces- el sarcasmo broto de Wendy.
-¡Solo investigamos!- grito Alissa con ira.
-Vaya manera de investigar- la fulmine –Y cálmate…no deberías ponerte nerviosa- sonreí agriamente.
-Ustedes siempre aparecen, cuando no han sido…
-Tenemos derecho, es nuestro territorio, vampiro- interrumpió Andy a Oscar.
-Ustedes no son los únicos que pueden invadir territorios, les recuerdo…
-Mi padre tenia que salvar a Wendy…no iba a dejar que la asesinara, Alissa Hawkind, si a eso quieres llegar- esperaba haberle quitado las palabras de la boca. Alissa me miro con su típica hostilidad.
-El será vengado, perro, no creas que se ha quedado así- se acerco a mi calculadora, sentí su aliento frio en mi rostro y de repente John quiso atacarle –Es una pena que no puedas ver a través de mi, Cromwell…se lo mucho que te frustra no poder hacerlo- se rio en mi cara ignorando el forcejeo de John.
-Esperamos que intenten vengarse- hablo John enseñando una ancha sonrisa.
-Esto…será mejor que descarten la idea de acusarnos de asesinatos que no hemos cometido- espetó Oscar tomando a su hermana vampira del brazo para alejarla de mí, se lo agradecí.
-Si, dejaremos de sospechar de ti especialmente- la voz de Wendy sonó como si tratara de ocultar la incredulidad mientras miraba el cuerpo del que había sido amigo de John. Oscar miro el cadáver y gruño algo inaudible.
-Los guardias y los forenses se acercan- informó Natalie girando su cabeza hacia la puerta –Será mejor que nos vallamos Alissa, Oscar.
-Si- aceptó la vampira –Cuídense, Lobos- nos dedico una última mirada y salió caminando de manera despreocupada del gimnasio. Oscar miro por última vez de donde colgaba el cuerpo y mostro una burlona sonrisa antes de salir, por ultimo Natalie miro a Wendy ceñuda y revoleando los ojos giro un poco para encararnos.
-Cuídense- recordó la vampira divertida, nos giño el ojo con sonrisa picara y desapareció con una elegante gracia al caminar. Wendy apretó los dientes.
-No es envidiable su forma de caminar, Wen- desaprobé y ella se sonrojo enojada –Perdón por escuchar eso- sonreí –Pero llevo razón.
-No vuelvas a hacer eso Ethan o te arrepentirás- se cruzó de brazos.
-Vamos- apuro Andy encabezando la marcha, los cuatro salimos con cautela del gimnasio sin mirar al cadáver.
_______
-¡¡YA NO MAS…ESTO SE TIENE QUE ACABAR!!
-Cálmate Luperth- le miraba Dolly asustada.
-¡¡No puedo, ya esto es lo ultimo que podemos dejar pasar!!- caminaba mi padre de un lado a otro.
-Pero hay un problema, papá- comento Wendy.
-¡¡¿Qué?!!- quiso saber.
-Ethan, vio en la mente de Oscar que no habían sido ellos- informo –Son “inocentes”.
-¿Es eso verdad?- se dirigió a mi con sus ojos llenos de furia.
-Si…eso fue lo que pude leer en su mente- me encogí de hombro –Pero con esta muerte los ciudadanos no dirán que fueron lobos, seria extraño sacar esa conclusión, así que por ese lado nos podemos quedar tranquilos.
-A parte, quieren vengar la muerte de Logan…Alissa sonaba decidida- dijo Andy ceñudo.
-Y lo esta- estuvo de acuerdo Luperth –Pero no me tomara desprevenido, atacare primero- golpeo la mesa.
-Atacaremos querrás decir- corrigió Will hablando por primera vez -Es evidente que ya no son siete chupasangres, quien sabe cuántos son ahora- cabeceo Will de un lado a otro.
-Ya que los Hawkind no fueron los atacantes, entonces estos vampiros desconocidos…
-Si, Andy, ellos son los que acabaron con la vida de los chicos- apoyo Will la conclusión de Andy.
-Necesitamos refuerzos- apunto John.
-Si- acepto Luperth desarrollando un plan en su cabeza.
-Llamare a Michael, y que venga con su padre- se ofreció Andy.
-Damián estará más que gustoso en venir, también le avisare- me encogí de hombros dando la idea.
-Pero… ¿Quién mas podría venir?- pregunto Will.
-Madeleine querrá venir- canturrio Wendy dándole con el codo a Will.
-Enana- la abrazo por el cuello rascándole la cabeza.
-¡Basta!...no estamos para juegos- regaño Luperth. Wendy y Will se quedaron inmóviles clavando la mirada en Luperth, no muy contentos por interrumpir su juego.
-Esto tiene que acabar, y será por nuestra propia cuenta- gruño Luperth frotándose el mentón.
-Hay que tener cuidado con los habitantes de Aberdeen, los pondríamos en peligro- recordó Dolly preocupada.
-Mas del peligro en el que están, no creo- bufó Luperth haciendo caso omiso a lo que había dicho Dolly.
-¡Pero no podemos correr más riesgos!- grito mi madre.
-¡Y que pretendes que hagamos entonces, Dolly!- exigió Luperth sabiendo que Dolly no tendría la respuesta para contradecir, se sintió victorioso.
-Es mejor que nos calmemos- propuso Andy alzando la voz.
-Solo diré esto por última vez: Iremos a buscar a los vampiros, atacaremos, y si es de perder a alguien en el intento pues así será…y el tema queda concluido aquí- puntualizó. Le miramos sin decir una sola palabra y segundos después salió del recibo sin mirar a nadie.
-¿Qué seguirá ahora?- me pregunte a mi mismo -¿La vampira desconocida de mi habitación, estará metida en esto?
_______________________________
N: Que tal eh? xD ya por fin se descubrió que los Hawkind son libres de toda culpa, que pasará después??? Según tengo entendido este es el cap final...del libro de Ethan por decirlo de alguna manera, luego subiré el prólogo de Alissa, para dar paso a todo lo que ha pasado desde el punto de vista de Alissa y por lo tanto de los Hawkind...
Espero les haya gustado este cap :)
Besos.
P.S: No puedo subir imagenes T.T y tenia una genial para el cap...
-¿Qué pasa?- quise saber.
Wendy me señalo el camino con su dedo índice, había una larga línea roja que indicaba como llegar al gimnasio.
-Los guardias se están acercando- aviso John que acababa de llegar. Wendy corrió siguiendo la fina línea que se curvaba en la pared formando agraciadas ondulaciones, al parecer quien lo había hecho se había divertido con su sádico juego.
Llegamos a la puerta central del gimnasio mirando las marcas de manos rojas por todos lados de la puerta.
-Abre, Wen- ordeno John tragando saliva.
Wendy empujo la puerta y sus manos automáticamente fueron a parar en su boca, Andy se puso tenso y John cerró los ojos y apretó los dientes, dude por un segundo mirar pero no resistí la tentación: El cuerpo de Scott Mariótti colgaba desde uno de los aros de Básquet, tan pálido como el yeso, con sus ropas raídas, con mas de una mordida y sus ojos desorbitados reflejando horror y temor.
-¿Pero quien tiene una mente tan descabellada?- gruño Wendy.
-Lo sabemos perfectamente- espetó Andy mirando aun el cadáver.
-Dices que viste en tu visión a uno de ellos- recordé.
-Si- asintió John.
-Es una lastima que su muerte halla sido tan...divertida, ¿puede ser?- se acercaba el vampiro oliváceo.
-Cuentas tus horas- amenazó John perdiendo los estribos. Mire a nuestro nuevo acompañante.
-Solo que, esto no es algo que, haríamos- lo ignoro el vampiro cruzándose de brazos.
-¿Como pruebas eso?- se acerco John temblando de ira apunto de entrar en fase.
-No deberíamos atacar aquí- le tome del brazo sabiendo sus intenciones.
-Eso te lo puede responder, Ethan- canto la voz de Alissa apareciendo detrás de Oscar –Quien se halla alimentado de este miserable humano no es de mi familia.
-El no lo hizo, John…pero si se lamenta no haber podido divertirse con Scott- murmure para calmar a John, Andy lo tomo del otro brazo para ayudarme.
-E ahí la respuesta- volvió a hablar Alissa petulante arrastrando cada una de las palabras.
-Si, verdaderamente lamento no haberlo hecho yo- se quejo Oscar dándome la razón con la vista fija en el cadáver.
-¿Qué hacías aquí entonces?- interrogo Andy dedicándole una mirada envenenada.
-Solo estuvo en el sitio equivocado, Cromwell- vocifero Natalie apareciendo detrás de Alissa con sus manos atrás y gesto angelical –A Oscar no se le puede acusar de eso- señalo al cadáver -hasta probar todo lo contrario- sonrió
-Es curioso que siempre están en el sitio equivocado, entonces- el sarcasmo broto de Wendy.
-¡Solo investigamos!- grito Alissa con ira.
-Vaya manera de investigar- la fulmine –Y cálmate…no deberías ponerte nerviosa- sonreí agriamente.
-Ustedes siempre aparecen, cuando no han sido…
-Tenemos derecho, es nuestro territorio, vampiro- interrumpió Andy a Oscar.
-Ustedes no son los únicos que pueden invadir territorios, les recuerdo…
-Mi padre tenia que salvar a Wendy…no iba a dejar que la asesinara, Alissa Hawkind, si a eso quieres llegar- esperaba haberle quitado las palabras de la boca. Alissa me miro con su típica hostilidad.
-El será vengado, perro, no creas que se ha quedado así- se acerco a mi calculadora, sentí su aliento frio en mi rostro y de repente John quiso atacarle –Es una pena que no puedas ver a través de mi, Cromwell…se lo mucho que te frustra no poder hacerlo- se rio en mi cara ignorando el forcejeo de John.
-Esperamos que intenten vengarse- hablo John enseñando una ancha sonrisa.
-Esto…será mejor que descarten la idea de acusarnos de asesinatos que no hemos cometido- espetó Oscar tomando a su hermana vampira del brazo para alejarla de mí, se lo agradecí.
-Si, dejaremos de sospechar de ti especialmente- la voz de Wendy sonó como si tratara de ocultar la incredulidad mientras miraba el cuerpo del que había sido amigo de John. Oscar miro el cadáver y gruño algo inaudible.
-Los guardias y los forenses se acercan- informó Natalie girando su cabeza hacia la puerta –Será mejor que nos vallamos Alissa, Oscar.
-Si- aceptó la vampira –Cuídense, Lobos- nos dedico una última mirada y salió caminando de manera despreocupada del gimnasio. Oscar miro por última vez de donde colgaba el cuerpo y mostro una burlona sonrisa antes de salir, por ultimo Natalie miro a Wendy ceñuda y revoleando los ojos giro un poco para encararnos.
-Cuídense- recordó la vampira divertida, nos giño el ojo con sonrisa picara y desapareció con una elegante gracia al caminar. Wendy apretó los dientes.
-No es envidiable su forma de caminar, Wen- desaprobé y ella se sonrojo enojada –Perdón por escuchar eso- sonreí –Pero llevo razón.
-No vuelvas a hacer eso Ethan o te arrepentirás- se cruzó de brazos.
-Vamos- apuro Andy encabezando la marcha, los cuatro salimos con cautela del gimnasio sin mirar al cadáver.
_______
-¡¡YA NO MAS…ESTO SE TIENE QUE ACABAR!!
-Cálmate Luperth- le miraba Dolly asustada.
-¡¡No puedo, ya esto es lo ultimo que podemos dejar pasar!!- caminaba mi padre de un lado a otro.
-Pero hay un problema, papá- comento Wendy.
-¡¡¿Qué?!!- quiso saber.
-Ethan, vio en la mente de Oscar que no habían sido ellos- informo –Son “inocentes”.
-¿Es eso verdad?- se dirigió a mi con sus ojos llenos de furia.
-Si…eso fue lo que pude leer en su mente- me encogí de hombro –Pero con esta muerte los ciudadanos no dirán que fueron lobos, seria extraño sacar esa conclusión, así que por ese lado nos podemos quedar tranquilos.
-A parte, quieren vengar la muerte de Logan…Alissa sonaba decidida- dijo Andy ceñudo.
-Y lo esta- estuvo de acuerdo Luperth –Pero no me tomara desprevenido, atacare primero- golpeo la mesa.
-Atacaremos querrás decir- corrigió Will hablando por primera vez -Es evidente que ya no son siete chupasangres, quien sabe cuántos son ahora- cabeceo Will de un lado a otro.
-Ya que los Hawkind no fueron los atacantes, entonces estos vampiros desconocidos…
-Si, Andy, ellos son los que acabaron con la vida de los chicos- apoyo Will la conclusión de Andy.
-Necesitamos refuerzos- apunto John.
-Si- acepto Luperth desarrollando un plan en su cabeza.
-Llamare a Michael, y que venga con su padre- se ofreció Andy.
-Damián estará más que gustoso en venir, también le avisare- me encogí de hombros dando la idea.
-Pero… ¿Quién mas podría venir?- pregunto Will.
-Madeleine querrá venir- canturrio Wendy dándole con el codo a Will.
-Enana- la abrazo por el cuello rascándole la cabeza.
-¡Basta!...no estamos para juegos- regaño Luperth. Wendy y Will se quedaron inmóviles clavando la mirada en Luperth, no muy contentos por interrumpir su juego.
-Esto tiene que acabar, y será por nuestra propia cuenta- gruño Luperth frotándose el mentón.
-Hay que tener cuidado con los habitantes de Aberdeen, los pondríamos en peligro- recordó Dolly preocupada.
-Mas del peligro en el que están, no creo- bufó Luperth haciendo caso omiso a lo que había dicho Dolly.
-¡Pero no podemos correr más riesgos!- grito mi madre.
-¡Y que pretendes que hagamos entonces, Dolly!- exigió Luperth sabiendo que Dolly no tendría la respuesta para contradecir, se sintió victorioso.
-Es mejor que nos calmemos- propuso Andy alzando la voz.
-Solo diré esto por última vez: Iremos a buscar a los vampiros, atacaremos, y si es de perder a alguien en el intento pues así será…y el tema queda concluido aquí- puntualizó. Le miramos sin decir una sola palabra y segundos después salió del recibo sin mirar a nadie.
-¿Qué seguirá ahora?- me pregunte a mi mismo -¿La vampira desconocida de mi habitación, estará metida en esto?
_______________________________
N: Que tal eh? xD ya por fin se descubrió que los Hawkind son libres de toda culpa, que pasará después??? Según tengo entendido este es el cap final...del libro de Ethan por decirlo de alguna manera, luego subiré el prólogo de Alissa, para dar paso a todo lo que ha pasado desde el punto de vista de Alissa y por lo tanto de los Hawkind...
Espero les haya gustado este cap :)
Besos.
P.S: No puedo subir imagenes T.T y tenia una genial para el cap...
jueves, 2 de julio de 2009
Preguntas, Dudas y Negligencias.
Las horas pasaban y había olvidado que tenía que cenar, el estómago me rugía ferozmente, me eché fuera de la habitación imaginando cual había sido la cena que había preparado mamá, todas las luces de la casa estaban apagadas ¿Qué hora era que todos dormían?...sorprendido del tiempo que había perdido leyendo, lo que había sido un defraude total, llegué a la cocina, caminé directo al refrigerador, lo abrí y en el centro de la nevera estaba mi cena, la tomé y la metí en el microondas para calentarla, me apoyé del mesón con los brazos cruzados.
El grupo de vampiros había sobrepasado los límites, habían asesinado lo suficiente y nosotros se los habíamos permitido, a este tema había que ponerle un punto final, pero… ¿Dónde se había metido el mayor Alph? ¿Por qué no había hecho lo prometido? Se suponía que iríamos a enfrentar a los vampiros a la mañana siguiente, y nunca fuimos, pero ¿Qué estábamos esperando? ¿¡Otro asesinato!? -probablemente- ¿Pero, quien sería el siguiente? ¿A quién tenían que matar para poner por fin un ultimátum?...todo estaba fuera de control, lo que había averiguado sobre sanguinarios no servía de nada porque era algo realmente estúpido, simples leyendas que no valía la pena ponerlas en prácticas tratándose de algo serio… recordé de nuevo la historia de Damián. Era todo lo que tenía en mente, a las tres hermanas: Yónica, Casandra y Nettie, ya no lo soportaba mas, las veía quemándose en la hoguera riéndose de los pueblerinos.
Mi padre tenía que hacer algo de una vez para detener esto…el mayor Alph, el lobo marrón a quien imaginaba como un anciano de cabellos blancos, se había lavado las manos, o en este caso las patas. La noche de la reunión cuando hablaba sonada decidido y sabio, era reconfortante, un gran líder hasta que la reunión fue interrumpida por cazadores, desde esa noche no habíamos vuelto a saber de él ¿Los cazadores le habrían disparado? No, no creo, de todos los lobos él era el más rápido, a pesar de ser un anciano, pero entonces que estaría tramando, a que se debía su desaparición, los meses habían pasado y nada se sabía de él o de su petulante seguidor Jef, un lobo rojizo y con una enorme cicatriz, era extraño no saber de él tampoco, pero ¿Cuándo fue que se descontroló todo? Quise poner en orden mis pensamientos. Un agudo sonido que venía del microondas me sacó de mi meditación, a pesar de ser bajo hizo eco en toda la cocina, temí despertar a alguien. Mi cena estaba caliente, lista para digerir. Saqué el plato y me senté en la mesa para probar el primer bocado de lasaña.
>>Primero, asesinan a un chico en el bosque, y nos echaron la culpa de todo, principalmente a mí porque encontraron unos cuantos pelos de lobo gris. Y por esa negligencia no podemos transformarnos constantemente en lobos para salvarnos de los cazadores.
>>Segundo somos emboscados por los susodichos, una persecución penosa, esa noche temí que hirieran a uno de mis hermanos, todo se había convertido en un total desastre, lobos corriendo a todos lados ladrando y aullando temiendo por sus vidas, todo un matiz de colores, un retrato vivo de la desesperación.
>>Tercero, desaparece el lobo mayor, sinceramente algo desalentador.
>>Cuarto, mueren más de veintiocho chicos víctimas de hambrientos muertos vivientes. Pasan los meses y nosotros los licántropos no hacemos nada al respecto.
-¡Vaya cosa!- reproché.
Era desesperante todo este asunto, y eso poniendo a parte a mi visitante misteriosa, las dos noches que había tenido encuentro con ella no me había afectado su aroma en absoluto, no había podido entrar en su mente y no había podido ver su rostro, pensar que había desaparecido no me tranquilizaba, estaba cerca y eso lo presentía, solo podía relacionarla con un miembro Hawkind, pero había algo que no encajaba en el rompecabezas de mis dudas.
Me lo preguntaba una y otra vez, pero no encontraba una respuesta razonable: ¿Por qué estar cerca de una vampira desconocida no me quema la nariz y al acercarme a Hawkind siento repulsión y asco? ó ¿Por qué entro en la mente de todos los vampiros y al entrar a la mente de Alissa, me bloqueo completamente sintiéndome vulnerable por no poder escuchar sus pensamientos…llega mi visitante desconocida y tampoco puedo leer lo que piensa? y ¿Por qué no le soy repugnante a mi invasora pero al ver a los Hawkind, noto como ellos arrugan sus pálidas caras? ¿Estarán fingiendo que les repugnamos para despistarnos?...no encontraba sentido a mis preguntas mezcladas con una posible respuesta.
Levanté la vista hacia el ventanal de la cocina y me sumergí en el cielo, la luna cuarto menguante apenas iluminaba. Mis conclusiones seguían viajando de manera distraída.
-No deberías estar despierto a estas horas, Ethan- me envaré en la silla atragantándome del susto.
-Ni tú, que haces levantado, Andy?- le miré tratando de tragar.
-Tenía sed- se encogió de hombros.
-Y yo hambre- me reí después de poder engullir.
-Vale, pero si viene mamá te ganarás una riña, así que…- bebió jugo de naranja, lo saboreó y después trago con gusto haciendo ruido al tomarlo -…Es mejor que subas.
-En un rato- lo miré desaparecer de la cocina…me levanté y lavé el plato, el reloj del micro marcaba la una y diez de la madrugada, ver la hora me dió sueño de repente y subí a mi habitación.
El grupo de vampiros había sobrepasado los límites, habían asesinado lo suficiente y nosotros se los habíamos permitido, a este tema había que ponerle un punto final, pero… ¿Dónde se había metido el mayor Alph? ¿Por qué no había hecho lo prometido? Se suponía que iríamos a enfrentar a los vampiros a la mañana siguiente, y nunca fuimos, pero ¿Qué estábamos esperando? ¿¡Otro asesinato!? -probablemente- ¿Pero, quien sería el siguiente? ¿A quién tenían que matar para poner por fin un ultimátum?...todo estaba fuera de control, lo que había averiguado sobre sanguinarios no servía de nada porque era algo realmente estúpido, simples leyendas que no valía la pena ponerlas en prácticas tratándose de algo serio… recordé de nuevo la historia de Damián. Era todo lo que tenía en mente, a las tres hermanas: Yónica, Casandra y Nettie, ya no lo soportaba mas, las veía quemándose en la hoguera riéndose de los pueblerinos.
Mi padre tenía que hacer algo de una vez para detener esto…el mayor Alph, el lobo marrón a quien imaginaba como un anciano de cabellos blancos, se había lavado las manos, o en este caso las patas. La noche de la reunión cuando hablaba sonada decidido y sabio, era reconfortante, un gran líder hasta que la reunión fue interrumpida por cazadores, desde esa noche no habíamos vuelto a saber de él ¿Los cazadores le habrían disparado? No, no creo, de todos los lobos él era el más rápido, a pesar de ser un anciano, pero entonces que estaría tramando, a que se debía su desaparición, los meses habían pasado y nada se sabía de él o de su petulante seguidor Jef, un lobo rojizo y con una enorme cicatriz, era extraño no saber de él tampoco, pero ¿Cuándo fue que se descontroló todo? Quise poner en orden mis pensamientos. Un agudo sonido que venía del microondas me sacó de mi meditación, a pesar de ser bajo hizo eco en toda la cocina, temí despertar a alguien. Mi cena estaba caliente, lista para digerir. Saqué el plato y me senté en la mesa para probar el primer bocado de lasaña.
>>Primero, asesinan a un chico en el bosque, y nos echaron la culpa de todo, principalmente a mí porque encontraron unos cuantos pelos de lobo gris. Y por esa negligencia no podemos transformarnos constantemente en lobos para salvarnos de los cazadores.
>>Segundo somos emboscados por los susodichos, una persecución penosa, esa noche temí que hirieran a uno de mis hermanos, todo se había convertido en un total desastre, lobos corriendo a todos lados ladrando y aullando temiendo por sus vidas, todo un matiz de colores, un retrato vivo de la desesperación.
>>Tercero, desaparece el lobo mayor, sinceramente algo desalentador.
>>Cuarto, mueren más de veintiocho chicos víctimas de hambrientos muertos vivientes. Pasan los meses y nosotros los licántropos no hacemos nada al respecto.
-¡Vaya cosa!- reproché.
Era desesperante todo este asunto, y eso poniendo a parte a mi visitante misteriosa, las dos noches que había tenido encuentro con ella no me había afectado su aroma en absoluto, no había podido entrar en su mente y no había podido ver su rostro, pensar que había desaparecido no me tranquilizaba, estaba cerca y eso lo presentía, solo podía relacionarla con un miembro Hawkind, pero había algo que no encajaba en el rompecabezas de mis dudas.
Me lo preguntaba una y otra vez, pero no encontraba una respuesta razonable: ¿Por qué estar cerca de una vampira desconocida no me quema la nariz y al acercarme a Hawkind siento repulsión y asco? ó ¿Por qué entro en la mente de todos los vampiros y al entrar a la mente de Alissa, me bloqueo completamente sintiéndome vulnerable por no poder escuchar sus pensamientos…llega mi visitante desconocida y tampoco puedo leer lo que piensa? y ¿Por qué no le soy repugnante a mi invasora pero al ver a los Hawkind, noto como ellos arrugan sus pálidas caras? ¿Estarán fingiendo que les repugnamos para despistarnos?...no encontraba sentido a mis preguntas mezcladas con una posible respuesta.
Levanté la vista hacia el ventanal de la cocina y me sumergí en el cielo, la luna cuarto menguante apenas iluminaba. Mis conclusiones seguían viajando de manera distraída.
-No deberías estar despierto a estas horas, Ethan- me envaré en la silla atragantándome del susto.
-Ni tú, que haces levantado, Andy?- le miré tratando de tragar.
-Tenía sed- se encogió de hombros.
-Y yo hambre- me reí después de poder engullir.
-Vale, pero si viene mamá te ganarás una riña, así que…- bebió jugo de naranja, lo saboreó y después trago con gusto haciendo ruido al tomarlo -…Es mejor que subas.
-En un rato- lo miré desaparecer de la cocina…me levanté y lavé el plato, el reloj del micro marcaba la una y diez de la madrugada, ver la hora me dió sueño de repente y subí a mi habitación.
________________
-¡Pero qué demonios pasa!- gritó John frente al volante.
-Quien sabe?- movió la cabeza Wendy.
-¡Háganse a un lado!- tocaba la bocina. Pero la gente hacía caso omiso a nuestro apuro.
-Presiento que esto no está nada bien- habló Andy mirando por la ventanilla.
-Sera mejor que nos bajemos aquí, John… ¿John?- lo movió Wendy –¿John que pasa?- lo siguió moviendo. John estaba petrificado con la mirada perdida.
-¿John, que estás viendo?- se acercó Andy al asiento del conductor.
No pasó mucho tiempo para que nuestro hermano reaccionara, nos miró a todos tratando de explicarnos con la mirada lo que había visto.
-Es…es uno de mis compañeros de clases- habló distraído tratando de recordar lo que había visto.
-¿Qué paso con él?- pregunté ceñudo tratando de descifrar su mirada.
-Está en el gimnasio- dijo al fin.
-Ves que tu compañero está en el gimnasio, que interesante- bufó sarcástico Andy acomodándose otra vez en el asiento trasero.
-No, no me han entendido…con el está el vampiro Hawkind.
-¡¿Qué?!- gruñó Wendy.
-Será mejor que vallamos a ver qué sucede- hablé quitándome el cinturón de seguridad. John encontró un espacio libre en el estacionamiento de la secundaria y los cuatro nos bajamos entre la multitud que caminaban de un lado a otro. Miré buscando alguna cara conocida pero no podía con tanta gente tropezándome, Wendy me tomó de la mano y me guió hasta un espacio vacío que logré ver, la gente más se aglomeraba en ese punto hasta que entendí el por qué…había una cinta amarilla que dividía un gran tramo del edificio al estacionamiento, habían unos cuantos guardias con sus rifles en la mano para hacerse más intimidantes y poder controlar a los curiosos sedientos de evidencia.
-¿Cómo iremos al gimnasio?- pregunto Andy mirándonos en busca de solución.
-Veamos por la parte de atrás- propuso Wendy.
-Todo está atestado de gente- contradije.
-Caminemos a ver por el lado de la cafetería- desapareció John, sin más remedio le seguimos haciendo espacio entre las personas que tratábamos de apartar, y en efecto la cafetería estaba sola, solo una cinta amarilla nos dividía de ella pero lo mejor era que guardias no habían. Entramos agachados cuidando que no nos descubrieran, de vez en cuando Wendy echaba una ojeada para ver si nos veían de algún lado pero no había peligro alguno. Atravesamos la cafetería y la siguiente puerta nos dejaba cerca de la pequeña plaza de la secundaria…como suponía habían algunos guardias caminando de un lado a otro.
-Genial, el edificio completo está custodiado- se quejó Andy.
-Vamos por acá- indicó Wendy. Alejándose entre un pequeño callejón que dividía el edificio cuatro del edificio tres, pasamos sigilosamente, ya nos acercábamos al gimnasio, otros dos edificios más y listo.
-Cuando aquel guardia se aleje nos…
-¡Shh!- le tapo la boca John a Wendy, nos pegamos todos a la pared deseando no ser descubiertos, el director estaba caminando de un lado a otro nervioso tratando de hablar con uno de los guardias.
-¿Cuanto tiempo tardarán en llegar los forenses?- preguntaba el director con una risita histérica…
Dejé al descubierto mi ojo izquierdo para verlos alejarse.
-Se han ido- avisé.
-¡Bien!- echó a correr Wendy desapareciendo de nuestra vista.
-¡¡Wen…Wen!!- llamó John enojado –¡Te descubrirán, vuelve aquí ahora mismo!- pero no obedeció, siguió su ruta, Andy no lo pensó y corrió tras ella.
-Esto es de película- chilló ceñudo John.
-Ya conoces a Wendy, ama el peligro- me encogí de hombros indiferente – y Andy va por el mismo camino.
-Que buena influencia- se quejó.
-Qué más da, ya estamos aquí- mire por última vez para ver si estaba todo despejado, era un alivio que los guardias estaban del otro lado, empecé a correr.
-¡Pero qué demonios pasa!- gritó John frente al volante.
-Quien sabe?- movió la cabeza Wendy.
-¡Háganse a un lado!- tocaba la bocina. Pero la gente hacía caso omiso a nuestro apuro.
-Presiento que esto no está nada bien- habló Andy mirando por la ventanilla.
-Sera mejor que nos bajemos aquí, John… ¿John?- lo movió Wendy –¿John que pasa?- lo siguió moviendo. John estaba petrificado con la mirada perdida.
-¿John, que estás viendo?- se acercó Andy al asiento del conductor.
No pasó mucho tiempo para que nuestro hermano reaccionara, nos miró a todos tratando de explicarnos con la mirada lo que había visto.
-Es…es uno de mis compañeros de clases- habló distraído tratando de recordar lo que había visto.
-¿Qué paso con él?- pregunté ceñudo tratando de descifrar su mirada.
-Está en el gimnasio- dijo al fin.
-Ves que tu compañero está en el gimnasio, que interesante- bufó sarcástico Andy acomodándose otra vez en el asiento trasero.
-No, no me han entendido…con el está el vampiro Hawkind.
-¡¿Qué?!- gruñó Wendy.
-Será mejor que vallamos a ver qué sucede- hablé quitándome el cinturón de seguridad. John encontró un espacio libre en el estacionamiento de la secundaria y los cuatro nos bajamos entre la multitud que caminaban de un lado a otro. Miré buscando alguna cara conocida pero no podía con tanta gente tropezándome, Wendy me tomó de la mano y me guió hasta un espacio vacío que logré ver, la gente más se aglomeraba en ese punto hasta que entendí el por qué…había una cinta amarilla que dividía un gran tramo del edificio al estacionamiento, habían unos cuantos guardias con sus rifles en la mano para hacerse más intimidantes y poder controlar a los curiosos sedientos de evidencia.
-¿Cómo iremos al gimnasio?- pregunto Andy mirándonos en busca de solución.
-Veamos por la parte de atrás- propuso Wendy.
-Todo está atestado de gente- contradije.
-Caminemos a ver por el lado de la cafetería- desapareció John, sin más remedio le seguimos haciendo espacio entre las personas que tratábamos de apartar, y en efecto la cafetería estaba sola, solo una cinta amarilla nos dividía de ella pero lo mejor era que guardias no habían. Entramos agachados cuidando que no nos descubrieran, de vez en cuando Wendy echaba una ojeada para ver si nos veían de algún lado pero no había peligro alguno. Atravesamos la cafetería y la siguiente puerta nos dejaba cerca de la pequeña plaza de la secundaria…como suponía habían algunos guardias caminando de un lado a otro.
-Genial, el edificio completo está custodiado- se quejó Andy.
-Vamos por acá- indicó Wendy. Alejándose entre un pequeño callejón que dividía el edificio cuatro del edificio tres, pasamos sigilosamente, ya nos acercábamos al gimnasio, otros dos edificios más y listo.
-Cuando aquel guardia se aleje nos…
-¡Shh!- le tapo la boca John a Wendy, nos pegamos todos a la pared deseando no ser descubiertos, el director estaba caminando de un lado a otro nervioso tratando de hablar con uno de los guardias.
-¿Cuanto tiempo tardarán en llegar los forenses?- preguntaba el director con una risita histérica…
Dejé al descubierto mi ojo izquierdo para verlos alejarse.
-Se han ido- avisé.
-¡Bien!- echó a correr Wendy desapareciendo de nuestra vista.
-¡¡Wen…Wen!!- llamó John enojado –¡Te descubrirán, vuelve aquí ahora mismo!- pero no obedeció, siguió su ruta, Andy no lo pensó y corrió tras ella.
-Esto es de película- chilló ceñudo John.
-Ya conoces a Wendy, ama el peligro- me encogí de hombros indiferente – y Andy va por el mismo camino.
-Que buena influencia- se quejó.
-Qué más da, ya estamos aquí- mire por última vez para ver si estaba todo despejado, era un alivio que los guardias estaban del otro lado, empecé a correr.
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N: Y aquí termina otro cap, genial cierto?? Será que Ethan logrará las respuestas a sus preguntas? Son muchas cierto? Yo digo que entre toda esa maraña hay algo que se está perdiendo, espero lo vea pronto, por el bien de todos.
Les daré un pequeño adelanto del siguiente cap, se llama "Inocentes" el título habla por sí solo cierto?
Nos vemos en la siguiente actualización.
Vaya, hoy estoy de gran humor, a lo mejor será porque pronto tendré participación, ya sabrán de que hablo ;)
Besos mordelones ;)
Alissa.
martes, 23 de junio de 2009
Vampiros.
Todo lo que buscaba resultaba tan falso y tan ilógico, nada me era nuevo, necesitaba más información, con los libros que había en casa solo obtenía las mismas respuestas, y las imágenes que lograba obtener resultaban ser del famoso Conde Drácula.
Los meses pasaron rápido, ya estábamos a mitad de mayo, veintiocho muertes registradas, chicos de diecisiete años y todos con la misma mordida. En las reuniones de lobos siempre discutían las mismas cosas, no se ponían de acuerdo, estábamos permitiendo que los invasores se alimentaran de personas inocentes, incumpliendo la ley que ellos mismos habían prometido. Los ciudadanos sólo culpaban a los lobos de los asesinatos, y yo aún no lograba encontrar una teoría acertada sobre los chupasangres para atacarles y acabar con esto de una vez por todas. Ver en la secundaria a los Hawkind todos los días era perturbador y molesto. Malditos asesinos.
Le pedí el favor a Will de que me llevara a la ciudad en uno de sus autos, ahí había una pequeña librería, él se fue a una tienda de artículos deportivos que quedaba a dos cuadras de Eny’Book, entré al local y me maravillé con tantos libros de diferentes tamaños y colores, me distraje por completo, ojeé unos cuantos hasta que el dueño me preguntó si deseaba llevar algo, era un anciano de unos ochenta años con melena blanca.
-Si…ehm, ¿de casualidad usted, tiene libros que hablen sobre vampiros?
-Oh, cuentos para niños…si, si tengo…del otro lado de la estancia.
-No, no quiero cuentos para niños, señor…- miré la pequeña laminilla dorada que adornaba su camisa azul -…Benny, quiero un libro que hable de leyendas antiguas sobre vampiros.
-Hmm, si creo tener- enarco una ceja, dio media vuelta y desapareció por una cortinilla de terciopelo color vino tinto, unos minutos después salió con cuatro libros no muy gruesos, al parecer eran de un mismo autor, polvorientos, los cuatro libros tenían títulos diferentes en letras grabadas color plata –Han estado aquí por años, nunca los vendí por que nadie se interesaba por ellas.
-¿Cuanto es el costo?- pregunte.
-Setenta y cinco dólares cada uno- respondió examinando el estado de los libros –Son algo antiguos.
-Bueno... me llevo este- tome uno de los libros que me llamó la atención, “100 Maneras de exterminar a un Vampiro”.
-Creí que buscaba historia sobre vampiros- señaló “Descendientes del Conde Dracula” otros de los libros, hice una mueca de duda y desaprobación, tenia el presentimiento de que ese decía lo mismo que había investigado en casa.
-No, solo me llevare este- insistí, el anciano se encogió de hombros rendido por mi insistencia y recibió el pago, envolvió el libro en papel de seda y me lo entrego como si de una reliquia se tratase. Me despedí y salí de la tienda.
-¿Qué has comprado?- pregunto Will viendo el paquete cuando íbamos camino a casa.
-Solo un libro, nada interesante- respondí.
-Puros cuentos para niños, verdad- dejo salir una carcajada.
-No, son…libros de…
-…Necesitas comprar una guía de cómo conquistar chicas en lugar de comprar libros aburridos, hermano- no evito volverse a reír.
-Seguro- puse los ojos en blanco.
-Te sumerges tanto en ellos que olvidas que existe el mundo exterior- continuo hablando.
-No creo…
-Vamos, dime cuantas veces has salido de casa para bailar en la ciudad o ligar- acomodo el retrovisor para verme cuando respondiera.
-Nunca- conteste mirando el libro envuelto. Si mi intuición no me fallaba, Will me estaba hablando como un padre cuando aconseja a su hijo, con la diferencia de que este me quería arrastrar al lado oscuro, me reí con la idea.
-Ya vez…te aconsejo…- palabra clave “aconsejo” -…Conocer chicas universitarias…un día de estos te llevare a conocer unas cuantas- prometió.
-De acuerdo- mire por la ventanilla.
-A ver cuantas te ligas- se rió acelerando para pasar a un auto verde que estorbaba desde hace rato, cuando vi se trataba de una anciana que apenas llegaba al volante, sentí pena.
Cerré la puerta de mi habitación y deje caer el paquete sobre mi cama, me senté y espere un minuto antes de abrirlo.
-¡Ethan, baja a cenar!- grito Dolly desde las escaleras.
-¡No tengo hambre!- avise aun mirando el paquete.
-¡Te guardare la cena por si te da hambre mas tarde!
Asentí sin responder, estaba dudoso de abrir el libro ¿Qué pasaría si no encontraba la respuesta que necesitaba? ¿Qué tal si no aparecía un método efectivo para eliminar a los vampiros? Temía no encontrar la respuesta correcta, pero aun así decidí rasgar el papel de ceda que cubría el único libro de cuero negro.
-Que tenemos aquí.
Pase las primeras cinco paginas para llegar al capitulo uno, las paginas eran amarillentas y la letra tenia muchas florituras. Comencé a leer.
Según algunas culturas, los vampiros tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla.
-Ya comenzamos mal- refunfuñe al leer la palabra “lobo” ¡Que gran mentira!
Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se considera que la sangre no es la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre.
En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana era el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos.
-No sabia que podían reproducirse- le comente al libro con incredulidad.
Una de las maneras mas frecuentes es:
Clavar una estaca en el corazón. El fresno es la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca suele clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia.
La decapitación es el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo.
La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba son medidas adicionales frecuentes. Desmembrar el cuerpo y quemar las partes, luego mezclar las cenizas con agua bendita.
Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver.
Los vampiros no toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.
Por su naturaleza demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana.
Los vampiros son vulnerables a la luz del sol, su cuerpo se hace roca.
Todos estos métodos me parecían tan raros, cerré el libro para ver en el lomo el nombre del autor: V. Tepes.
Hice una mueca de decepción. Deje caer el libro sobre la almohada y me senté apoyado de la pared, los Hawkind eran unos sanguinarios de una raza distinta a lo que había leído y estos métodos para eliminar vampiros eran tan indefensos y fáciles. Recordé la historia de Damián y la manera en la que habían acabado con las hermanas de Transilvania: quemándolas en la hoguera. Había algo más en esto, pero no me rendiría, buscaría la mejor forma para destruir a los Hawkind, empezando por la hostil Alissa…
Los meses pasaron rápido, ya estábamos a mitad de mayo, veintiocho muertes registradas, chicos de diecisiete años y todos con la misma mordida. En las reuniones de lobos siempre discutían las mismas cosas, no se ponían de acuerdo, estábamos permitiendo que los invasores se alimentaran de personas inocentes, incumpliendo la ley que ellos mismos habían prometido. Los ciudadanos sólo culpaban a los lobos de los asesinatos, y yo aún no lograba encontrar una teoría acertada sobre los chupasangres para atacarles y acabar con esto de una vez por todas. Ver en la secundaria a los Hawkind todos los días era perturbador y molesto. Malditos asesinos.
Le pedí el favor a Will de que me llevara a la ciudad en uno de sus autos, ahí había una pequeña librería, él se fue a una tienda de artículos deportivos que quedaba a dos cuadras de Eny’Book, entré al local y me maravillé con tantos libros de diferentes tamaños y colores, me distraje por completo, ojeé unos cuantos hasta que el dueño me preguntó si deseaba llevar algo, era un anciano de unos ochenta años con melena blanca.
-Si…ehm, ¿de casualidad usted, tiene libros que hablen sobre vampiros?
-Oh, cuentos para niños…si, si tengo…del otro lado de la estancia.
-No, no quiero cuentos para niños, señor…- miré la pequeña laminilla dorada que adornaba su camisa azul -…Benny, quiero un libro que hable de leyendas antiguas sobre vampiros.
-Hmm, si creo tener- enarco una ceja, dio media vuelta y desapareció por una cortinilla de terciopelo color vino tinto, unos minutos después salió con cuatro libros no muy gruesos, al parecer eran de un mismo autor, polvorientos, los cuatro libros tenían títulos diferentes en letras grabadas color plata –Han estado aquí por años, nunca los vendí por que nadie se interesaba por ellas.
-¿Cuanto es el costo?- pregunte.
-Setenta y cinco dólares cada uno- respondió examinando el estado de los libros –Son algo antiguos.
-Bueno... me llevo este- tome uno de los libros que me llamó la atención, “100 Maneras de exterminar a un Vampiro”.
-Creí que buscaba historia sobre vampiros- señaló “Descendientes del Conde Dracula” otros de los libros, hice una mueca de duda y desaprobación, tenia el presentimiento de que ese decía lo mismo que había investigado en casa.
-No, solo me llevare este- insistí, el anciano se encogió de hombros rendido por mi insistencia y recibió el pago, envolvió el libro en papel de seda y me lo entrego como si de una reliquia se tratase. Me despedí y salí de la tienda.
-¿Qué has comprado?- pregunto Will viendo el paquete cuando íbamos camino a casa.
-Solo un libro, nada interesante- respondí.
-Puros cuentos para niños, verdad- dejo salir una carcajada.
-No, son…libros de…
-…Necesitas comprar una guía de cómo conquistar chicas en lugar de comprar libros aburridos, hermano- no evito volverse a reír.
-Seguro- puse los ojos en blanco.
-Te sumerges tanto en ellos que olvidas que existe el mundo exterior- continuo hablando.
-No creo…
-Vamos, dime cuantas veces has salido de casa para bailar en la ciudad o ligar- acomodo el retrovisor para verme cuando respondiera.
-Nunca- conteste mirando el libro envuelto. Si mi intuición no me fallaba, Will me estaba hablando como un padre cuando aconseja a su hijo, con la diferencia de que este me quería arrastrar al lado oscuro, me reí con la idea.
-Ya vez…te aconsejo…- palabra clave “aconsejo” -…Conocer chicas universitarias…un día de estos te llevare a conocer unas cuantas- prometió.
-De acuerdo- mire por la ventanilla.
-A ver cuantas te ligas- se rió acelerando para pasar a un auto verde que estorbaba desde hace rato, cuando vi se trataba de una anciana que apenas llegaba al volante, sentí pena.
Cerré la puerta de mi habitación y deje caer el paquete sobre mi cama, me senté y espere un minuto antes de abrirlo.
-¡Ethan, baja a cenar!- grito Dolly desde las escaleras.
-¡No tengo hambre!- avise aun mirando el paquete.
-¡Te guardare la cena por si te da hambre mas tarde!
Asentí sin responder, estaba dudoso de abrir el libro ¿Qué pasaría si no encontraba la respuesta que necesitaba? ¿Qué tal si no aparecía un método efectivo para eliminar a los vampiros? Temía no encontrar la respuesta correcta, pero aun así decidí rasgar el papel de ceda que cubría el único libro de cuero negro.
-Que tenemos aquí.
Pase las primeras cinco paginas para llegar al capitulo uno, las paginas eran amarillentas y la letra tenia muchas florituras. Comencé a leer.
Según algunas culturas, los vampiros tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla.
-Ya comenzamos mal- refunfuñe al leer la palabra “lobo” ¡Que gran mentira!
Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se considera que la sangre no es la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre.
En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana era el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos.
-No sabia que podían reproducirse- le comente al libro con incredulidad.
Una de las maneras mas frecuentes es:
Clavar una estaca en el corazón. El fresno es la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca suele clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia.
La decapitación es el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo.
La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba son medidas adicionales frecuentes. Desmembrar el cuerpo y quemar las partes, luego mezclar las cenizas con agua bendita.
Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver.
Los vampiros no toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.
Por su naturaleza demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana.
Los vampiros son vulnerables a la luz del sol, su cuerpo se hace roca.
Todos estos métodos me parecían tan raros, cerré el libro para ver en el lomo el nombre del autor: V. Tepes.
Hice una mueca de decepción. Deje caer el libro sobre la almohada y me senté apoyado de la pared, los Hawkind eran unos sanguinarios de una raza distinta a lo que había leído y estos métodos para eliminar vampiros eran tan indefensos y fáciles. Recordé la historia de Damián y la manera en la que habían acabado con las hermanas de Transilvania: quemándolas en la hoguera. Había algo más en esto, pero no me rendiría, buscaría la mejor forma para destruir a los Hawkind, empezando por la hostil Alissa…
______________________________
N: Por fin nuevo cap de Diario xD, espero que les guste tanto como me gustó a mí =P..No pude poner imagen porq esta cosa no me deja poner imágenes, ni idea de porqué, a lo mejor es mi inter u.u la pondré cuando se acomode...
VampiBesos.
Alissa.
viernes, 22 de mayo de 2009
La Masacre De Transilvania.
-¿A dónde fueron?- pregunté
-Se alojaron en una cueva- respondió
-Pobre de los habitantes de Transilvania- dijo Ariadna con voz quebrada.
-Ninguno de los habitantes de la aldea sobrevivieron- siseó Damián macabramente.
-¡¿Qué?!- se sorprendió Anastasia, Damián le miró por un segundo y continuó la historia.
Cuando el vampiro no encontraba lo que buscaba se volvió loco, mató a todos los que se cruzaban en su paso, bebía su sangre, y los dejaba tirados como si de basura se tratase.
-¡Eso es horrible!- ahogó un grito Ariadna.
-Eso no es nada, el solo había matado a poca gente ahí- se encogió de hombros –Un aldeano carpintero vió cuando el vampiro asesinaba a su única hija, el invasor le persiguió cuando el aldeano echó a correr pidiendo auxilio con toda la voz que pudo.
-¿Qué le paso al carpintero?- pregunté deseando que se hubiera salvado.
-Murió…el vampiro le torció el cuello por su imprudencia, pero era demasiado tarde, los aldeanos gritaban y corrían a todos lados, unos cuantos trataron de apresar al sujeto pero este podía con todos a la vez, esa noche asesinó sin contemplación alguna, murieron niños, jóvenes, adultos, ancianos, ¡¡había sangre en todas partes!!
-Que gustazo el de él- se rio Sebastián, Anastasia le zapeó.
-Esa fue la peor masacre que pudo haber, murieron muchas personas inocentes- murmuró por lo bajo.
-¿Qué pasó con Yonica y Nettie?- pregunto Anastasia.
-Estaban ocultas, no sabían lo que pasaba a sus espaldas por que estaban lo suficientemente lejos del pueblo, tomaron su viaje al este, sin mucho éxito, pues el vampiro las encontró, siguió su aroma después de acabar con Transilvania, solo quedaban estas dos sobrevivientes y al igual que todos tenían que morir, pero algo le detuvo, y fue la belleza y el delicioso aroma las que evitaron que este les tocara un pelo, Yonica y Nettie eran tan bellas como Casandra, y olían como ella. El vampiro se las llevó a Inglaterra, donde también las convertiría en sus esposas.
Casandra al verlo llegar con sus hermanas le rogó que no le hiciera lo mismo que a ella, pero este no le prestó la mas mínima atención, ahora las tres pertenecían a él. Yonica con el tiempo comenzó a sentir cierto afecto por las atenciones y las comodidades que le ofrecía el vampiro, pues ahí en la castillo de la colina tenía todo lo que había deseado, lujos y riquezas, de las tres hermanas ella era la más codiciosa. El vampiro las mantuvo vivas poco tiempo, quería conservarles para siempre, ya era hora, bajo cierto engaño se llevó a Nettie donde experimentó el dolor mas grande, luego se llevo a Yonica, sin necesidad alguna de engañarle, pues esta obedecía a todo lo que él decía, se arrepintió de haberlo hecho después.
Casandra, que se mostraba rebelde a seguirle no tuvo otro remedio que huir, le costó salir de esa prisión pero aun así lo logró. Se internó en una ciudad disfrazándose y cambiándose de nombre, había dejado de ser Casandra, ahora era Phoebe.
-Pero igual la iba a descubrir fuera a donde fuera, ¡por su olor!- espetó Ariadna ceñuda.
-Y lo hizo, él la descubrió sin ninguna dificultad, y se la llevó de nuevo a la mansión- continuó algo molesto por la interrupción –Él podía con ella, como había dicho antes, era muy fuerte, la lastimó en el forcejeo pero aún así logro morderla, Casandra agonizante sin saber que le sucedía a su cuerpo lo maldijo entre dolores, el vampiro solo reía mientras la veía retorcerse. Ahora Casandra, Yonica y Nettie eran como él, pálidas, y frías, eran vampiras, muertas en vida.
Casandra juró vengarse, y decidió asesinarlo, las hermanas se unieron y se apoyaron aún mas, sin importar lo poco que Yonica sentía todavía por él, de todas formas ella amaba sus riquezas, y una vez muerto todo les quedaría a ellas tres, planearon atacarle sorpresivamente, y lo lograron, juntas asesinaron a su único esposo y lo dividieron en partes.
-¡Pero eso es espantoso!- chilló Anastasia escondida detrás de Sebastián.
-Cada parte de su cuerpo lo enterraron en diferentes rincones de Inglaterra específicamente en los cuatro puntos cardinales, temían que se uniera de nuevo, cualquier cosa podía esperarse de aquella bestia. Ahora solas continuaron su vida como Las Damas de la Colina, asesinando continuamente para saciar su sed.
Se alejaron de Inglaterra para buscar un hogar en Francia a mediados del siglo XVIII. Donde una desconocida apareció, vampira e igual de hermosa, aunque de ella no se mucho, de hecho nada, solo que era diferente y abandono a las hermanas tiempo después, ¿Quién era esa vampira? Nunca se supo su nombre, así como vino se fue… Cierta tarde cuando Casandra deambulaba por el bosque, el aroma de la sangre caliente de un humano la hipnotizó, había algo en el que olía diferente, era una mezcla de dos cosas, lo ligero y lo pesado; no, no una mezcla, sino una unidad y además sutil y débil, sólido y denso al mismo tiempo, esa sangre latente que invadía su sensible nariz la volvía loca, era tan fresco como la brisa marina, cruzó varias millas para llegar hasta el origen del olor. Tan penetrante aroma emanaba de un muchacho, deseó matarlo pero a la vez conservarlo, su aroma era exquisito y tentador.
Era un chico de diecisiete años de edad, desgarbado y alto, piel clara y cabellos rubios de brillantes ojos verdes, el chico atendía en una granja, vivía solo con su abuelo de crianza y se llamaba Christopher Peep. Decían que él hacia pactos con espíritus en el bosque, y sus amigos eran los lobos, desde pequeño sentía adoración por estos animales salvajes que nunca hicieron el intento de comérselo, todo lo contrario, lo trataban como a uno mas de sus cachorros, los ciudadanos le llamaban “El niño lobo” y lo trataban mal por considerarlo extraño.
Casandra, lo compró a su abuelo para que le sirviera, así lo tendría siempre cerca y podía olerlo a toda hora, después de comprarlo asesinó a su único pariente quedando instantáneamente huérfano. Nettie y Yonica no estaban muy de acuerdo de mantener a un mortal, pues el chico era una droga y para ellas era necesario matarlo, algo había en el que les repugnaba a la vez que les agradaba, pero la hermana mayor no hizo caso, aún lo quería para jugar con él. Nettie escondida de Casandra intentó matar al chico, sin mucho éxito. Christopher era astuto y sedujo a la vampira menor para escapar. Sabedor de lo que le esperaba prefirió actuar primero e intentó matar a las hermanas, las traicionó delatando la presencia de vampiras en la ciudad.
Los ciudadanos encendieron antorchas y se armaron de hachas para cazar a las inmortales, Christopher aprovechando la distracción escapó. Casandra sintiéndose insultada fue detrás del muchacho y lo torturó, mordió su cuello y bebió su sangre, era el néctar que ella había deseado pero que se había resistido a probar, ya no había marcha atrás, molesta por la traición de este sin contemplación le quitó la vida, ya no olería jamás un exquisito aroma como ese. Y eso la mantuvo airada.
-¿Como intentaron matar a las vampiras?- pregunté prestando más atención –Ella podía más que ellos, fácilmente los harían polvo.
-Bueno, ciertamente en esa época las personas creían que los vampiros morían si les enterrabas una estaca en el corazón, o si les rociabas agua bendita- respondió Damián…
¿Morirían los Hawkind si intentara hacer eso con ellos?- Me pregunté.
-¿Qué pasó después?- pregunto Sebastián.
-Bueno, ellas fueron quemadas después de encontrar el cuerpo de Christopher, hasta donde sé- contesto Damián haciendo una mueca.
-¿Quemadas?- pregunté incrédulo.
-Si…quemadas en la hoguera- miró la fogata.
-Es la historia más horrible que he escuchado- jadeó Anastasia.
-Ya es tarde, deberíamos estar camino a casa- miro el reloj Ariadna –Pasan de las nueve y quince.
-Sí, será mejor que nos vallamos- acepto Sebastián levantándose y dándose un buen estirón.
-Ethan, te llevaré a casa- ofreció Anastasia.
-Si…gracias- me levanté, estaba entumecido, era una historia muy entretenida pobre Christopher y pobre de los ciudadanos de Transilvania, pero tenía dudas sobre la muerte de las vampiras, había sido tan fácil que no me resultaba creerlo.
-Ethan, pronto iré a tu casa para visitar a Wendy… ¿puedo?- preguntó animado Damián.
-Pues claro que si, es tu casa, lo sabes- aprobé –Puedes ir las veces que quieras, no tienes ni que preguntar.
Sebastián apagó la fogata y pronto todos nos íbamos, Ariadna se vino con nosotros e iba charlando con Anastasia de lo más contenta por el día que había pasado, me despedí de ellas en lo que llegamos a la puerta de mi casa, estaba molido y solo quería acostarme a dormir, salude a mamá que estaba de pie en las escaleras con el inalámbrico en la mano.
-Se alojaron en una cueva- respondió
-Pobre de los habitantes de Transilvania- dijo Ariadna con voz quebrada.
-Ninguno de los habitantes de la aldea sobrevivieron- siseó Damián macabramente.
-¡¿Qué?!- se sorprendió Anastasia, Damián le miró por un segundo y continuó la historia.
Cuando el vampiro no encontraba lo que buscaba se volvió loco, mató a todos los que se cruzaban en su paso, bebía su sangre, y los dejaba tirados como si de basura se tratase.
-¡Eso es horrible!- ahogó un grito Ariadna.
-Eso no es nada, el solo había matado a poca gente ahí- se encogió de hombros –Un aldeano carpintero vió cuando el vampiro asesinaba a su única hija, el invasor le persiguió cuando el aldeano echó a correr pidiendo auxilio con toda la voz que pudo.
-¿Qué le paso al carpintero?- pregunté deseando que se hubiera salvado.
-Murió…el vampiro le torció el cuello por su imprudencia, pero era demasiado tarde, los aldeanos gritaban y corrían a todos lados, unos cuantos trataron de apresar al sujeto pero este podía con todos a la vez, esa noche asesinó sin contemplación alguna, murieron niños, jóvenes, adultos, ancianos, ¡¡había sangre en todas partes!!
-Que gustazo el de él- se rio Sebastián, Anastasia le zapeó.
-Esa fue la peor masacre que pudo haber, murieron muchas personas inocentes- murmuró por lo bajo.
-¿Qué pasó con Yonica y Nettie?- pregunto Anastasia.
-Estaban ocultas, no sabían lo que pasaba a sus espaldas por que estaban lo suficientemente lejos del pueblo, tomaron su viaje al este, sin mucho éxito, pues el vampiro las encontró, siguió su aroma después de acabar con Transilvania, solo quedaban estas dos sobrevivientes y al igual que todos tenían que morir, pero algo le detuvo, y fue la belleza y el delicioso aroma las que evitaron que este les tocara un pelo, Yonica y Nettie eran tan bellas como Casandra, y olían como ella. El vampiro se las llevó a Inglaterra, donde también las convertiría en sus esposas.
Casandra al verlo llegar con sus hermanas le rogó que no le hiciera lo mismo que a ella, pero este no le prestó la mas mínima atención, ahora las tres pertenecían a él. Yonica con el tiempo comenzó a sentir cierto afecto por las atenciones y las comodidades que le ofrecía el vampiro, pues ahí en la castillo de la colina tenía todo lo que había deseado, lujos y riquezas, de las tres hermanas ella era la más codiciosa. El vampiro las mantuvo vivas poco tiempo, quería conservarles para siempre, ya era hora, bajo cierto engaño se llevó a Nettie donde experimentó el dolor mas grande, luego se llevo a Yonica, sin necesidad alguna de engañarle, pues esta obedecía a todo lo que él decía, se arrepintió de haberlo hecho después.
Casandra, que se mostraba rebelde a seguirle no tuvo otro remedio que huir, le costó salir de esa prisión pero aun así lo logró. Se internó en una ciudad disfrazándose y cambiándose de nombre, había dejado de ser Casandra, ahora era Phoebe.
-Pero igual la iba a descubrir fuera a donde fuera, ¡por su olor!- espetó Ariadna ceñuda.
-Y lo hizo, él la descubrió sin ninguna dificultad, y se la llevó de nuevo a la mansión- continuó algo molesto por la interrupción –Él podía con ella, como había dicho antes, era muy fuerte, la lastimó en el forcejeo pero aún así logro morderla, Casandra agonizante sin saber que le sucedía a su cuerpo lo maldijo entre dolores, el vampiro solo reía mientras la veía retorcerse. Ahora Casandra, Yonica y Nettie eran como él, pálidas, y frías, eran vampiras, muertas en vida.
Casandra juró vengarse, y decidió asesinarlo, las hermanas se unieron y se apoyaron aún mas, sin importar lo poco que Yonica sentía todavía por él, de todas formas ella amaba sus riquezas, y una vez muerto todo les quedaría a ellas tres, planearon atacarle sorpresivamente, y lo lograron, juntas asesinaron a su único esposo y lo dividieron en partes.
-¡Pero eso es espantoso!- chilló Anastasia escondida detrás de Sebastián.
-Cada parte de su cuerpo lo enterraron en diferentes rincones de Inglaterra específicamente en los cuatro puntos cardinales, temían que se uniera de nuevo, cualquier cosa podía esperarse de aquella bestia. Ahora solas continuaron su vida como Las Damas de la Colina, asesinando continuamente para saciar su sed.
Se alejaron de Inglaterra para buscar un hogar en Francia a mediados del siglo XVIII. Donde una desconocida apareció, vampira e igual de hermosa, aunque de ella no se mucho, de hecho nada, solo que era diferente y abandono a las hermanas tiempo después, ¿Quién era esa vampira? Nunca se supo su nombre, así como vino se fue… Cierta tarde cuando Casandra deambulaba por el bosque, el aroma de la sangre caliente de un humano la hipnotizó, había algo en el que olía diferente, era una mezcla de dos cosas, lo ligero y lo pesado; no, no una mezcla, sino una unidad y además sutil y débil, sólido y denso al mismo tiempo, esa sangre latente que invadía su sensible nariz la volvía loca, era tan fresco como la brisa marina, cruzó varias millas para llegar hasta el origen del olor. Tan penetrante aroma emanaba de un muchacho, deseó matarlo pero a la vez conservarlo, su aroma era exquisito y tentador.
Era un chico de diecisiete años de edad, desgarbado y alto, piel clara y cabellos rubios de brillantes ojos verdes, el chico atendía en una granja, vivía solo con su abuelo de crianza y se llamaba Christopher Peep. Decían que él hacia pactos con espíritus en el bosque, y sus amigos eran los lobos, desde pequeño sentía adoración por estos animales salvajes que nunca hicieron el intento de comérselo, todo lo contrario, lo trataban como a uno mas de sus cachorros, los ciudadanos le llamaban “El niño lobo” y lo trataban mal por considerarlo extraño.
Casandra, lo compró a su abuelo para que le sirviera, así lo tendría siempre cerca y podía olerlo a toda hora, después de comprarlo asesinó a su único pariente quedando instantáneamente huérfano. Nettie y Yonica no estaban muy de acuerdo de mantener a un mortal, pues el chico era una droga y para ellas era necesario matarlo, algo había en el que les repugnaba a la vez que les agradaba, pero la hermana mayor no hizo caso, aún lo quería para jugar con él. Nettie escondida de Casandra intentó matar al chico, sin mucho éxito. Christopher era astuto y sedujo a la vampira menor para escapar. Sabedor de lo que le esperaba prefirió actuar primero e intentó matar a las hermanas, las traicionó delatando la presencia de vampiras en la ciudad.
Los ciudadanos encendieron antorchas y se armaron de hachas para cazar a las inmortales, Christopher aprovechando la distracción escapó. Casandra sintiéndose insultada fue detrás del muchacho y lo torturó, mordió su cuello y bebió su sangre, era el néctar que ella había deseado pero que se había resistido a probar, ya no había marcha atrás, molesta por la traición de este sin contemplación le quitó la vida, ya no olería jamás un exquisito aroma como ese. Y eso la mantuvo airada.
-¿Como intentaron matar a las vampiras?- pregunté prestando más atención –Ella podía más que ellos, fácilmente los harían polvo.
-Bueno, ciertamente en esa época las personas creían que los vampiros morían si les enterrabas una estaca en el corazón, o si les rociabas agua bendita- respondió Damián…
¿Morirían los Hawkind si intentara hacer eso con ellos?- Me pregunté.
-¿Qué pasó después?- pregunto Sebastián.
-Bueno, ellas fueron quemadas después de encontrar el cuerpo de Christopher, hasta donde sé- contesto Damián haciendo una mueca.
-¿Quemadas?- pregunté incrédulo.
-Si…quemadas en la hoguera- miró la fogata.
-Es la historia más horrible que he escuchado- jadeó Anastasia.
-Ya es tarde, deberíamos estar camino a casa- miro el reloj Ariadna –Pasan de las nueve y quince.
-Sí, será mejor que nos vallamos- acepto Sebastián levantándose y dándose un buen estirón.
-Ethan, te llevaré a casa- ofreció Anastasia.
-Si…gracias- me levanté, estaba entumecido, era una historia muy entretenida pobre Christopher y pobre de los ciudadanos de Transilvania, pero tenía dudas sobre la muerte de las vampiras, había sido tan fácil que no me resultaba creerlo.
-Ethan, pronto iré a tu casa para visitar a Wendy… ¿puedo?- preguntó animado Damián.
-Pues claro que si, es tu casa, lo sabes- aprobé –Puedes ir las veces que quieras, no tienes ni que preguntar.
Sebastián apagó la fogata y pronto todos nos íbamos, Ariadna se vino con nosotros e iba charlando con Anastasia de lo más contenta por el día que había pasado, me despedí de ellas en lo que llegamos a la puerta de mi casa, estaba molido y solo quería acostarme a dormir, salude a mamá que estaba de pie en las escaleras con el inalámbrico en la mano.
-Ha llamado la señora Queen… ¿se puede saber donde han estado metidos?- interrogó molesta.
-Solo hemos estado en la playa con otros tres amigos mamá- respondí con despreocupación.
-¿Pero has visto la hora que es?- insistió –¡¡Son casi las diez!!
-No nos pasó nada, y no hicimos nada malo- solo arriesgar mi vida en el acantilado. Le dí un beso en la mejilla y subí las escaleras.
Se quedó mirándome mientras iba directo a mi cuarto, cuando entre cerré la puerta con seguro, la cama me llamaba y obedientemente me eché sobre ella, sin darme cuenta ya estaba profundamente dormido.
...Vestía una levita de color oliva, camisa blanca, medias de seda blanca, zapatos marrones de hebilla y un peluquín atado con un lazo negro. Caminaba por la Rue des Marais en una callejuela de Paris, tenebrosa cuya anchura se podía medir con los brazos abiertos, donde solo habían personas de trajes llamativos, pelucas blancas, vestidos adornados, costaba pasar con tantas personas ahí, ¡Era asfixiante! Camine hasta llegar a una plaza, cerré los ojos para relajarme y tomar aire y al abrirlos la plaza había desaparecido, solo habían arboles alrededor y un perfecto radio circular donde me esperaba una hermosa mujer, llevaba un vestido dorado y su cabello recogido en un elegante moño con unos cuantos bucles negros caídos, tenía un abanico en la mano y muchos collares de oro puro que adornaban su garganta…cuando me acerque a ella desapareció, donde hace minutos estaba ella se encontraba el cadáver de un chico rubio con infinitas mordidas rodeado de siete lobos grises muertos...
Desperté sobresaltado por el sueño que había tenido, miré a mi alrededor buscando lo inexistente, todavía estaba oscuro, respiré hondo y volví a cerrar mis ojos… tenia que pensar en una manera de saber mas sobre los vampiros, pero ya averiguaría sobre ellos luego, por ahora solo quería volver a dormir.
-Solo hemos estado en la playa con otros tres amigos mamá- respondí con despreocupación.
-¿Pero has visto la hora que es?- insistió –¡¡Son casi las diez!!
-No nos pasó nada, y no hicimos nada malo- solo arriesgar mi vida en el acantilado. Le dí un beso en la mejilla y subí las escaleras.
Se quedó mirándome mientras iba directo a mi cuarto, cuando entre cerré la puerta con seguro, la cama me llamaba y obedientemente me eché sobre ella, sin darme cuenta ya estaba profundamente dormido.
Desperté sobresaltado por el sueño que había tenido, miré a mi alrededor buscando lo inexistente, todavía estaba oscuro, respiré hondo y volví a cerrar mis ojos… tenia que pensar en una manera de saber mas sobre los vampiros, pero ya averiguaría sobre ellos luego, por ahora solo quería volver a dormir.
martes, 19 de mayo de 2009
Las damas y el hombre de la colina

No podía describir muy bien la sensación que sentía mientras caía, abrí mis brazos y junté mis piernas, cerré mis ojos y me dejé llevar, sentía un nudo en la garganta, y como mi estómago se contraía, sentía como hormiguillas en el cuerpo, el aire me azotaba en la cara, intenté gritar pero no encontraba mi voz.
El contacto con el agua agudizó aun mas esa sensación en el estómago, millones de burbujitas subían de todas direcciones, me relajé antes de comenzar a mover los pies para buscar la superficie mientras comenzaba a bajar cada vez más, el mar estaba completamente negro y la corriente no estaba tan fuerte, todo estaba en silencio, solo en mis oídos tenía ese molesto “diiiin” tan agudo y penetrante, ya perdía el poco aire que tenía en mis pulmones, cuando toqué con mis pies unas cuantas rocas me di cuenta de que había tocado el fondo, miré hacia arriba pero con la vista borrosa no veía superficie alguna, me impulsé con las mohosas y resbalosas piedras y comencé a nadar, era algo difícil ya que la corriente me movía de un lado a otro.
Salí al ancho mar tomando todo el aire que pude, me alegre de poder respirar por fin, busque la orilla con la mirada y cuando estuve orientado nade. Cuando llegue arrastrado a la orilla y respirando con dificultad vi la colina rocosa y me reí de mi mismo, me levante y corrí todo lo que pude casi juraría que estaba caminando para llegar de nuevo con los muchachos, otro grito escuche de Sebastián a lo lejos, ya había saltado el también, jadeando llegue y Anastasia corrió para recibirme, Ariadna suspiro aliviada.
-¡¡Te dije que podrías!!- gritó Anastasia cuando me daba un abrazo casi asfixiante.
-S…si- trate de decir –Me…cuesta…respirar
-Oh, lo siento- me soltó.
-¡¡No estuvo tan mal eh!!- me palmeo Damián con una enorme sonrisa –Saltaras de nuevo… ¿Verdad?
-¡No!- farfulle con mis ojos desorbitados.
-Tranquilo, solo es broma…lo habéis hecho bien para ser tu primer salto- hizo un mohín.
-¡Seguro!- chillé con alivio
-Pero la próxima vez grita, veras que bien se siente- dijo por ultimo al momento que empezaba a correr para saltar.
-Has salido vivo eh, Ethan- se acercó Ariadna
-Si- siseé. Me acerque a buscar mi ropa y la puse sobre la roca en la que estaban sentadas las chicas, espere a que el viento me secara para luego vestirme.
Sebastián y Damián siguieron saltando unas cuatro o cinco veces más, ya eran las tres o cuatro de la tarde y ninguno de nosotros cinco habíamos almorzado, bajamos de la colina y nos acercamos a los vehículos, Sebastián y Damián charlaban sobre quien había saltado mejor, mientras Anastasia y Ariadna apresuraban su paso, yo mientras tanto a pesar de mi firmeza al caminar, me sentía como si aun estuviera debajo del agua siendo movido por la corriente.
El contacto con el agua agudizó aun mas esa sensación en el estómago, millones de burbujitas subían de todas direcciones, me relajé antes de comenzar a mover los pies para buscar la superficie mientras comenzaba a bajar cada vez más, el mar estaba completamente negro y la corriente no estaba tan fuerte, todo estaba en silencio, solo en mis oídos tenía ese molesto “diiiin” tan agudo y penetrante, ya perdía el poco aire que tenía en mis pulmones, cuando toqué con mis pies unas cuantas rocas me di cuenta de que había tocado el fondo, miré hacia arriba pero con la vista borrosa no veía superficie alguna, me impulsé con las mohosas y resbalosas piedras y comencé a nadar, era algo difícil ya que la corriente me movía de un lado a otro.
Salí al ancho mar tomando todo el aire que pude, me alegre de poder respirar por fin, busque la orilla con la mirada y cuando estuve orientado nade. Cuando llegue arrastrado a la orilla y respirando con dificultad vi la colina rocosa y me reí de mi mismo, me levante y corrí todo lo que pude casi juraría que estaba caminando para llegar de nuevo con los muchachos, otro grito escuche de Sebastián a lo lejos, ya había saltado el también, jadeando llegue y Anastasia corrió para recibirme, Ariadna suspiro aliviada.
-¡¡Te dije que podrías!!- gritó Anastasia cuando me daba un abrazo casi asfixiante.
-S…si- trate de decir –Me…cuesta…respirar
-Oh, lo siento- me soltó.
-¡¡No estuvo tan mal eh!!- me palmeo Damián con una enorme sonrisa –Saltaras de nuevo… ¿Verdad?
-¡No!- farfulle con mis ojos desorbitados.
-Tranquilo, solo es broma…lo habéis hecho bien para ser tu primer salto- hizo un mohín.
-¡Seguro!- chillé con alivio
-Pero la próxima vez grita, veras que bien se siente- dijo por ultimo al momento que empezaba a correr para saltar.
-Has salido vivo eh, Ethan- se acercó Ariadna
-Si- siseé. Me acerque a buscar mi ropa y la puse sobre la roca en la que estaban sentadas las chicas, espere a que el viento me secara para luego vestirme.
Sebastián y Damián siguieron saltando unas cuatro o cinco veces más, ya eran las tres o cuatro de la tarde y ninguno de nosotros cinco habíamos almorzado, bajamos de la colina y nos acercamos a los vehículos, Sebastián y Damián charlaban sobre quien había saltado mejor, mientras Anastasia y Ariadna apresuraban su paso, yo mientras tanto a pesar de mi firmeza al caminar, me sentía como si aun estuviera debajo del agua siendo movido por la corriente.
-Damián ve a por las cañas- ordeno Sebastián –Hare la fogata- sonrió
-Ethan, ven a pescar conmigo…o te quedaras chismoseando con Ana y Ari- se burlo Damián, las chicas lo fulminaron con la mirada y yo solo me pude reír. Me fui con Damián al muelle a pescar.
-Que ha sido divertido lo del salto- rió Damián aun recordando mi pálida cara.
-Sí, claro- dije algo riendo también al imaginarme.
Pescamos lo suficiente como para quedar satisfecho los cinco, Sebastián ya tenía encendida la fogata y las muchachas venían con ramillas para pinchar el pescado, nos sentamos en círculo sobre unos cuantos troncos y comenzamos a charlar hasta que Damián propuso contar una historia.
-¿Sobre qué?- quiso saber Anastasia
-¿Han escuchado la historia de las damas y el hombre de la colina?- quiso saber Damián.
-No- dijimos todos casi al unísono.
-Bueno, esto se dice que paso hace millones y millones de años, podría decirse que en el siglo XV- comenzó con aire sabio –Cuenta la historia de tres hermanas pastorcillas que vivían en una pequeña aldea al sur de Transilvania, eran pobres en riquezas pero ricas en belleza, todas las jóvenes del pueblo les tenían envidia y las odiaban, pero por obra de la hipocresía no demostraban la rabia que les tenían a las hermosas damas, lo curioso es que había algo misterioso en ellas.
-¿Qué era eso misterioso?- quiso saber Ariadna
-Que las tres hermanas tenían un aroma único, siempre olían a rosa y lavanda, sin la necesidad de bañarse en perfume- siguió -Un día llega a la aldea un hombre, cuya palidez como la nieve llamaba la atención de todos los que le miraba, aparentaba treinta y un años de edad, y su nívea piel era el resplandor de la luna, las doncellas quedaban hechizadas ante tanta hermosura de aquel sujeto, Casandra la hermana mayor contaba con dieciocho años de edad cuando aquel hombre se fijó en ella, hizo mil y un intento para conquistarle, pero algo había en ella que no caía bajo sus hechizos.
El hombre perdía la cabeza, estaba obsesionado con la belleza de la chica, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para poseer a aquella ninfa que dejaba sin aliento a más de un mortal, consiguió raptarle dejando su rebaño de ovejas y llevársela lejos de todo ambiente pueblerino, sumergidos en lo más profundo del bosque deseo su cálida piel, los gritos de auxilio no llegaban a los oídos de ningún ser para rescatarla.
Los ojos de Anastasia se desorbitaron cuando Damián hacia un gesto de decepción, Ariadna se llevo una mano a la boca.
-Descuida, no hizo nada exagerado si eso están pensando- continuo Damián mirándolas con calma –Aquel hombre tenía planes para ella, quería conservarla jovial y hermosa, tal cual era, se la llevo de Transilvania al norte de Inglaterra. Casandra estaba aterrada, no sabía cuál sería su destino, solo sentía odio y tristeza, el pálido caballero la llevo a vivir en un enorme castillo que parecía haber nacido de una colina, se veía tenebroso a simple vista "Pronto te acostumbraras a tu nueva vida, como dama y señora"
Una vez ahí aquel desconocido la hizo su esposa, y luego su mujer, Casandra solo sentía asco y repulsión por aquel maldito ser, había dejado de ser una niña y se había convertido en una mujer brusca y llena de odio, aquel sujeto tenía una fuerza brutal y era tan duro como el mármol, él tenía una identidad oculta. Casandra investigó sobre el todo lo que pudo hasta descubrir lo que aquel maligno ser era…un vampiro.
Anastasia agarro el brazo de Sebastián tan fuerte que este se quejo de dolor, Ariadna solo tenía un aire pensativo, yo estaba metido por completo en la historia.
Ella ocultó de lo que era sabedora, destinada a que pronto moriría, no quedaba resignación, iba a morir lejos de su hogar y su única familia, sus hermanas. Aquel vampiro inocente de la sabiduría de Casandra, se dedico a tratarla con el único deseo que solo se veía en su escarlata mirada. Era lógico: pálido, fuerte, hermoso, jovial y olor penetrante dulzón…por qué no se había dado cuenta antes de lo que aquel ser era, un demonio.
Poco tiempo después comenzaba a estar inconforme de tener a una sola novia, decidió buscar otra, planeo ir al sur de África donde había mujeres de piel oscura tan bellas como diosas griegas, o al éste de Asia donde podía conseguir a tan joviales damas de cultura exótica. Pero su codicia por coleccionar mujeres hermosas pasaba fugazmente por su mente. Casandra le rogó volver a Transilvania, pero este le negaba de manera brusca regresar a ese lugar.
El vampiro tomo la idea de ir a esa aldea, donde había encontrado a su esposa, y decidió viajar solo, cuando llegó las jóvenes damiselas estaban encerradas en sus cabañas, habían declarado toque de queda desde la desaparición de Casandra. Habían mandado a quemar a los hombres desconocidos que deambularan por la zona, incluso, habían mandado a matar a todos los lobos que se encontraran en el bosque. Aquel níveo bípedo estaba embriagado por los aromas de las niñas vírgenes quinceañeras, planeo poseerlas a todas, disfrutaría de un gran banquete bebiendo su sangre.
Yonica que contaba con diecisiete años de edad y su pequeña hermana Nettie de quince, ambas hermanas de Casandra, se vieron en peligro cuando misteriosamente comenzaron a aparecer cadáveres desnudos, ultrajados y desmembrados de pequeñas pastorcillas doncellas. Las dos hermanas planearon huir de Transilvania lo más lejos posible, pues temían por su vida...
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