martes, 23 de junio de 2009

Vampiros.

Todo lo que buscaba resultaba tan falso y tan ilógico, nada me era nuevo, necesitaba más información, con los libros que había en casa solo obtenía las mismas respuestas, y las imágenes que lograba obtener resultaban ser del famoso Conde Drácula.

Los meses pasaron rápido, ya estábamos a mitad de mayo, veintiocho muertes registradas, chicos de diecisiete años y todos con la misma mordida. En las reuniones de lobos siempre discutían las mismas cosas, no se ponían de acuerdo, estábamos permitiendo que los invasores se alimentaran de personas inocentes, incumpliendo la ley que ellos mismos habían prometido. Los ciudadanos sólo culpaban a los lobos de los asesinatos, y yo aún no lograba encontrar una teoría acertada sobre los chupasangres para atacarles y acabar con esto de una vez por todas. Ver en la secundaria a los Hawkind todos los días era perturbador y molesto. Malditos asesinos.

Le pedí el favor a Will de que me llevara a la ciudad en uno de sus autos, ahí había una pequeña librería, él se fue a una tienda de artículos deportivos que quedaba a dos cuadras de Eny’Book, entré al local y me maravillé con tantos libros de diferentes tamaños y colores, me distraje por completo, ojeé unos cuantos hasta que el dueño me preguntó si deseaba llevar algo, era un anciano de unos ochenta años con melena blanca.
-Si…ehm, ¿de casualidad usted, tiene libros que hablen sobre vampiros?
-Oh, cuentos para niños…si, si tengo…del otro lado de la estancia.
-No, no quiero cuentos para niños, señor…- miré la pequeña laminilla dorada que adornaba su camisa azul -…Benny, quiero un libro que hable de leyendas antiguas sobre vampiros.
-Hmm, si creo tener- enarco una ceja, dio media vuelta y desapareció por una cortinilla de terciopelo color vino tinto, unos minutos después salió con cuatro libros no muy gruesos, al parecer eran de un mismo autor, polvorientos, los cuatro libros tenían títulos diferentes en letras grabadas color plata –Han estado aquí por años, nunca los vendí por que nadie se interesaba por ellas.
-¿Cuanto es el costo?- pregunte.
-Setenta y cinco dólares cada uno- respondió examinando el estado de los libros –Son algo antiguos.
-Bueno... me llevo este- tome uno de los libros que me llamó la atención, “100 Maneras de exterminar a un Vampiro”.
-Creí que buscaba historia sobre vampiros- señaló “Descendientes del Conde Dracula” otros de los libros, hice una mueca de duda y desaprobación, tenia el presentimiento de que ese decía lo mismo que había investigado en casa.
-No, solo me llevare este- insistí, el anciano se encogió de hombros rendido por mi insistencia y recibió el pago, envolvió el libro en papel de seda y me lo entrego como si de una reliquia se tratase. Me despedí y salí de la tienda.

-¿Qué has comprado?- pregunto Will viendo el paquete cuando íbamos camino a casa.
-Solo un libro, nada interesante- respondí.
-Puros cuentos para niños, verdad- dejo salir una carcajada.
-No, son…libros de…

-…Necesitas comprar una guía de cómo conquistar chicas en lugar de comprar libros aburridos, hermano- no evito volverse a reír.
-Seguro- puse los ojos en blanco.
-Te sumerges tanto en ellos que olvidas que existe el mundo exterior- continuo hablando.
-No creo…
-Vamos, dime cuantas veces has salido de casa para bailar en la ciudad o ligar- acomodo el retrovisor para verme cuando respondiera.
-Nunca- conteste mirando el libro envuelto. Si mi intuición no me fallaba, Will me estaba hablando como un padre cuando aconseja a su hijo, con la diferencia de que este me quería arrastrar al lado oscuro, me reí con la idea.
-Ya vez…te aconsejo…- palabra clave “aconsejo” -…Conocer chicas universitarias…un día de estos te llevare a conocer unas cuantas- prometió.
-De acuerdo- mire por la ventanilla.
-A ver cuantas te ligas- se rió acelerando para pasar a un auto verde que estorbaba desde hace rato, cuando vi se trataba de una anciana que apenas llegaba al volante, sentí pena.



Cerré la puerta de mi habitación y deje caer el paquete sobre mi cama, me senté y espere un minuto antes de abrirlo.
-¡Ethan, baja a cenar!- grito Dolly desde las escaleras.
-¡No tengo hambre!- avise aun mirando el paquete.
-¡Te guardare la cena por si te da hambre mas tarde!

Asentí sin responder, estaba dudoso de abrir el libro ¿Qué pasaría si no encontraba la respuesta que necesitaba? ¿Qué tal si no aparecía un método efectivo para eliminar a los vampiros? Temía no encontrar la respuesta correcta, pero aun así decidí rasgar el papel de ceda que cubría el único libro de cuero negro.
-Que tenemos aquí.
Pase las primeras cinco paginas para llegar al capitulo uno, las paginas eran amarillentas y la letra tenia muchas florituras. Comencé a leer.

Según algunas culturas, los vampiros tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o en niebla.

-Ya comenzamos mal- refunfuñe al leer la palabra “lobo” ¡Que gran mentira!

Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también son antropófagos y en algunas culturas se considera que la sangre no es la base de su sustento, sino el "fluido vital" humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre.

En los Balcanes, existía el cazador de vampiros que podía ser un religioso o un dhampiro que según la tradición gitana era el hijo o descendiente de un vampiro con el poder de detectarlos, aunque fueran invisibles y destruirlos.

-No sabia que podían reproducirse- le comente al libro con incredulidad.

Una de las maneras mas frecuentes es:
Clavar una estaca en el corazón. El fresno es la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca suele clavarse apuntando a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, o al estómago en el noreste de Serbia.

La decapitación es el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo.

La incineración completa del cadáver y rociar agua hirviendo sobre la tumba son medidas adicionales frecuentes. Desmembrar el cuerpo y quemar las partes, luego mezclar las cenizas con agua bendita.

Repetir el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver.

Los vampiros no toleran el ajo. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.

Por su naturaleza demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana.

Los vampiros son vulnerables a la luz del sol, su cuerpo se hace roca.

Todos estos métodos me parecían tan raros, cerré el libro para ver en el lomo el nombre del autor: V. Tepes.
Hice una mueca de decepción. Deje caer el libro sobre la almohada y me senté apoyado de la pared, los Hawkind eran unos sanguinarios de una raza distinta a lo que había leído y estos métodos para eliminar vampiros eran tan indefensos y fáciles. Recordé la historia de Damián y la manera en la que habían acabado con las hermanas de Transilvania: quemándolas en la hoguera. Había algo más en esto, pero no me rendiría, buscaría la mejor forma para destruir a los Hawkind, empezando por la hostil Alissa…
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N: Por fin nuevo cap de Diario xD, espero que les guste tanto como me gustó a mí =P..No pude poner imagen porq esta cosa no me deja poner imágenes, ni idea de porqué, a lo mejor es mi inter u.u la pondré cuando se acomode...
VampiBesos.
Alissa.